jueves, 27 de noviembre de 2025

LA AGACHADIZA CHICA SE DEJA VER A PLACER

El campo tendrá que esperar un poco pues ahora toca estar centrado en lo más importante. Aún así el viernes pasado sacamos un par de horas para acercarnos a la laguna de El Oso a ver como va avanzando el otoño y viendo  como ya están los invernantes habituales del humedal. Pudimos ver al esmerejón (Falco columbarius) posado sobre un montón de arena, también como un gavilán común (Accipiter nisus) se lanzaba a por un bisbita pratense y se lo comió a escasos metros nuestros, pudimos descubrir a los escribanos palustres (Emberiza schoeniclus) en la vegetación y por supuesto más de un millar de grullas comunes (Grus grus).

Pero si hubo una especie que nos alegró la tarde fue una de esas que no se suelen ver aunque sabemos que estás escondidas entre las hierbas. Estos días están siendo muy agradecidos en este paraíso pues en las zonas limosas cercanas al observatorio más grande se están observando dos agachadizas chicas (Lymnocriptes minimus) muy bien. Además las estamos viendo al lado de las agachadizas comunes y así es fácil diferenciar  ambas especies muy similares. Lo primero que destaca es su pequeño tamaño y su movimiento con un bamboleo de cuerpo constante. Además de ellos su corto pico, su dibujo cefálico, su píleo (sin línea central pálida) y las franjas pálidas en los laterales son características. 

Esta especie cría en el norte de Europa y Asia mientras que inverna en zonas meridionales de África o Asia. En la Península se observa en los pasos migratorios y en la invernada pasando desapercibida en la mayoría de los casos. Suele permanecer oculta y sin levantar el vuelo aunque estés a escasos metros de ella y solo cuando estás muy cerca hace un vuelo recto, corto y silencioso (la común zigzaguea y reclama).

Con ellas había un grupito de correlimos comunes (Calidris alpina) ya con su plumaje invernal teñido de gris y blanco.

Agachadiza chica (comparativa con común)

Agachadiza chica (comparativa con común)

Agachadiza chica (comparativa con común)

Agachadiza chica (comparativa con común)

Agachadiza común

Agachadiza común

Correlimos común

Termino con una especie de las que gusta ver en los humedales en invierno,  rodeada de sus primos pratenses, luciendo una preciosa ceja y un plumaje de tonos pardos y grises. Para deleite de Eneko este bisbita alpino (Anthus spinoletta) se puso sobre el poste del observatorio para que le fotografiase.



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lunes, 24 de noviembre de 2025

¡¡ IBIS EREMITA EN ARÉVALO !!

El jueves pasado llegaron noticias de que un ibis eremita (Geronticus eremita) del Proyecto Waldrappteam que se había soltado en la colonia austriaca de Rosseg se había desviado de su viaje migratorio a la Reserva  de Laguna de Orbetello, en Italia, y estaba cerca de la provincia abulense (gracias a los datos del gps que lleva). El viernes por la mañana ya estaba en unos campos cercanos a Nava de Arévalo, posteriormente hemos sabido que pasó la noche en la laguna de El Oso, y a media mañana se pudo ver en el campo de golf de Arévalo.

A primera hora de la tarde, y apenas sin comer, fuimos con unos amigos a buscar a Nugget, que así es como se llama este ejemplar de primer invierno con anilla azul y números blancos 819. Fue llegar y verle sobre la verde hierba alimentándose sin parar de insectos y caracoles. Estaba allí ajeno al grupo que se había acercado para verle. El ibis eremita, como todo ibis, luce un pico largo y curvado de color rojo y un plumaje negro con la cara de un pálida (en los adultos son de un rojo llamativo). Su apellido nos cuenta la predilección de eta especie por las cuevas, donde instala sus nidos coloniales.

El ibis eremita es una de las especies más escasas a nivel global que se extinguió en Europa (en el s.XVII en la Península Ibérica) y que tenía una única población reproductora en Marruecos. Este ave , un mito de la cultura egipcia,  ha vuelto a la Península gracias a un proyecto de reintroducción que se empezó hace 20 años (en 2003) y  que ha conseguido que el ibis calvo vuelva a reproducirse en la provincia de Cádiz (con la conocida colonia de la Barca de Vejer) y se vean en diversos puntos de la Janda aunqe aún no es autosuficiente pues se siguen soltando ejemplares. A este proyecto se ha sumado otro austriaco-alemán que está retornando a la especie a estos países de Europa Central con el fin de que esas poblaciones migren a Cádiz y así interconectar ambas poblaciones. De este proyecto proviene el protagonista del momento en la ornitología abulense.







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jueves, 20 de noviembre de 2025

LA LAGUNA DE EL OSO SE LLENA DE INVERNANTES

 La invernada ya está aquí. Y más ahora que el frío viene para bajar los termómetros por debajo del cero y que el hielo cubre los campos abulenses. Mi sitio favorito para ver la invernada, y para el resto de momentos fenológicos del año, es mi territorio pajarero. La laguna de El Oso es un lugar maravilloso donde puedes disfrutar de un sinfín de aves invernantes que pasarán varios meses con nosotros. Y es mi medicina en momentos difíciles como los que estamos viviendo ahora. 

Para empezar siempre es bueno acercarse al observatorio que hay detrás de la embotelladora para controlar todo el humedal y los campos de alrededor desde una perspectiva idónea. Desde allí puedes ver todas las anátidas que pueblan la lámina de agua. Numerosísimos son los ánades azulones (Anas platyrhynchos) y con ellos puedes ver ya ánades frisos (Mareca strepera), silbones europeos (Mareca penelope), cucharas europeos (Spatula clypeata), cercetas comunes (Anas crecca) y ánades rabudos (Anas acuta). Por la laguna y los campos cercanos podemos ver el grupo de ánsar común (Anser anser). En los campos del fondo ya está el grupo de avutarda euroasiática (Otis tarda) con una decena de ejemplares el viernes pasado. 

Los arbustos de que hay delante del observatorio acoge un sinfín de pajarillos que van y vienen. Los mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) se meten entre las ramas del rosal silvestre donde se posan escribanos trigueros (Emberiza calandra), pardillos comunes (Linaria cannabina) y jilgueros europeos (Carduelis carduelis). El grupo más numerosos es el que forman los gorriones con los más numerosos gorriones comunes (Passer domesticus), los gorriones molineros (Passer montanus) y sus mejillas y algún gorrión moruno (Passer hispanolensis) como el macho que pilló Eneko (buscad los preciosos pecho y flanco rayado y píleo marrón).

Gorrión moruno (Passer hispanolensis) a la derecha

Gorrión moruno (Passer hispanolensis) a la derecha

Tras un rato en ese observatorio llega el momento de ir al observatorio que está en el camino de san Pascual. De camino entre ambos los campos se llenan de puntos negros y marrones en un grupo heterogéneo donde a los residentes estorninos negros (Sturnus unicolor) les acompañan los estorninos pintos. (Sturnus sturnus) Las cogujadas comunes volarán desde la carretera hasta los campos desnudos del invierno y las tarabillas comunes (Saxicola rubecula) lo harán de posadero en posadero. 

Ya en el observatorio los prados encharcados y pequeñas charcas pasan a ser el hábitat a prospectar. Algunos limícolas están ahora en la laguna. Hay un grupo de alrededor de 15 ejemplares de combatiente (Calidris pugnax) algunos correlimos comunes (Calidris alpina) y menudos (Calidris minuta), un par de andarríos bastaros (Tringa glareola), un andarríos grandes (Tringa ochropus) grupos de avefrías (Vanellus vanellus) que van y vienen del humedal y un buen número de agachadizas comunes (Gallinago gallinago) que pasan desapercibidas entre la hierba hasta que algún depredador las asusta. Con ellos están las estrellas del momento que son unas agachadizas chicas (Lymnocryptes minutus) que se dejan ver poco.

En la vegetación palustre se ven algunos escribanos palustres (Emberiza schoeniclus). Es un ave que poco a poco va desapareciendo de nuestros humedales y siempre es un gusto ver los primeros del invierno y refrendar que han vuelto un invierno más.


Andarríos bastardo (Tringa glareola)

Andarríos bastardo (Tringa glareola)

Andarríos bastardo (Tringa glareola)

Andarríos bastardo (Tringa glareola)

Andarríos bastardo (Tringa glareola)

Correlimos comunes (Calidris alpina)

Correlimos comunes (Calidris alpina)

Cucharas europeos (Spatula clypeata)

Cuando la noche empieza a llegar y la luz se marcha hay muchas aves que vienen al dormidero que tienen en la laguna a pasar la noche. Las lavanderas blancas (Motacilla alba) y los escribanos trigueros (Emberiza calandra) caen e plomo sobre los tallos de la enea. En la misma vegetación entran los aguiluchos laguneros (Circus aeuruginosus)(cerca de las dos decenas) en un momento hipnótico. El sonido de este momento es el trompeteo de las damas grises, las grullas comunes (Grus grus) de las que ya hay casi un millar de individuos y el del rascón (Rallus aquaticus) que chillará cuando la oscuridad tome el mando. 

Como veis este lugar es maravilloso y no defrauda nunca.

Aguiluchos laguneros (Circus aeuruginosus)

Aguiluchos laguneros (Circus aeuruginosus)

Grullas comunes (Grus grus)

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domingo, 16 de noviembre de 2025

MOSQUITERO BILISTADO EN ÁVILA

 La constancia en esto de los pájaros, como en todos los ámbitos, da resultados (algo que hemos aprendido de nuestro amigo Alfonso Rodrigo). En estas fechas parte del esfuerzo pajarero se la lleva un pequeño pajarillo llegado de la lejana Rusia (es reproductor en Siberia y el noroeste ruso) que en los movimientos de la población mas occidental hacia el suroeste de Europa llega a la Península (sus zonas principales de invernada están en el sureste de Asia). En estos momentos el esfuerzo pajarero que puedo hacer es escaso pero aún así he estado varios días buscando al mosquitero bilistado (Phylloscopus inornatus) en los bosques de ribera del rio Adaja en su tramo urbano. Pero si de constancia hay que hablar nuestros amigos Luis Jesús y Miguel Martín son un ejemplo de ello. Han hecho muchas visitas a la zona de puentes de madera que cruzan el Adaja antes de salir de la ciudad hasta que el más buscado ha aparecido.

Nuestras salidas de estas semanas se ciñen a pequeños ratitos, en lugares cercanos y con la compañía no solo de Eneko sino Elia, la pequeña de la casa (aún no le han picado las aves). El domingo pasado salimos con idea de visitar un par de charcas del entorno de la capital: la de Naturávila y la del Carlos Sastre. La primera si que la visitamos pero cuando íbamos a la segunda saltó la sorpresa pues nos avisaron que estaban viendo un mosquitero bilistado en el mismo lugar donde Juan Parra lo vio en 2022. Nos fuimos para allá con el sol a punto de esconderse y allí nos esperaban nuestros amigos Miguel y Luis Jesús (se sumaron luego Juanra y Alfonso) para buscar el inornatus. Se hizo de rogar pero al final Eneko lo redescubrió en unas ramas donde se mantuvo un minuto antes de desaparecer. No pudimos hacerle una foto pero por suerte Miguel si que se la había hecho momentos antes (así que podemos disfrutar de él).

Es una gozada ver esta especie, que se caracteriza por su ceja y por la doble franja alar,  que como hablé ayer con nuestro amigo David Santamaría "están caros este año" pues no han salido tantas citas como se esperaba teniendo en cuenta años anteriores (son 5 las que tenemos en Castilla y León). 

Foto: Miguel Martín



Foto: Miguel Martín

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lunes, 10 de noviembre de 2025

CAMBIO DE MOSQUITEROS

Los mosquiteros son una de las familias más complicadas en identificación dentro de los paseriformes por un lado por la dificultad para verlos bien pues no paran de moverse y por otro por la sutileza de las diferencias entre unos y otros. Con estos pequeñines Eneko disfruta muchísimo  porque le encanta estar de arbusto en arbusto para ver si logra verlos bien, algo muy complicado con estos comedores de mosquitos, y si hay suerte hacerles alguna foto. 

A lo largo del año los mosquiteros que nos encontramos en nuestras salidas van cambiando. Durante la época reproductora son los mosquiteros papialbos (Phylloscopus bonelli) y los mosquiteros ibéricos (Phylloscopus ibericus) los que llenan cualquier bosque con sus cantos, una misma nota repetida varias veces el primero y un chifchaf con final variado el segundo. Cuando éstos se marchan, durante el mes de septiembre, son  los mosquiteros musicales (Phylloscopus trochilus) los que llenan cualquier rama de los campos de la provincia, pasamos por octubre donde musicales y comunes coinciden y ahora son los  mosquiteros comunes (Phylloscopus collybita) los que parecen ídel cielo pues no hay grupo de árboles que no tengan su collybita. En esta época además puede haber alguna sorpresa a modo de mosquitero de doble banda alar (algo ha habido por Ávila estos días pero ya os contaré).

A los siguientes mosquiteros musicales los pudimos ver hace unas semanas en el entorno del Embalse de Serones  y a Eneko le hace mucha ilusión que los veáis pues como ya os he dicho es complicado sacarles tan bien. En ellos podéis ver algunas de sus características como los tonos amarillentos (frente a los más marrones de los comunes), las patas claras (frente a las oscuras), la ceja o lista superciliar pálida y la proyección primaria (más larga que los collybitas).








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jueves, 6 de noviembre de 2025

UNA BRITÁNICA ENTRE LAS ALBA

Salir al campo es una medicina que ayuda a superar los momentos duros que estamos viviendo. No es mucho el tiempo que puedo echarme los prismáticos a los ojos pero esos ratitos son una maravilla que hace que la cabeza coja fuerzas para seguir adelante. Hoy he estado un ratín en una charca que hay en la zona sur de la capital, en el entorno del pabellón Carlos Sastre.

Esta pequeña charca está rodeada de asfalto y edificios pero en este momento, y durante la invernada, hay en ella un espectáculo cuando el sol está a punto de esconderse digno de ser disfrutado. A la seguridad de la vegetación palustre llegan al anochecer decenas de lavanderas blancas (Motacilla alba) a dormir que poco a poco van llegando al entorno de la charca y se van agolpando en las calles y campos que la rodean. Vuelan de un lado al otro llenando el cielo de puntos de cola larga y sonidos que recuerdan al frío. Entran en la espadaña nerviosas para volver a salir como si el nerviosismo les hiciese moverse sin parar hasta que, ya casi de noche, el silencio se hace y las numerosas lavanderas blancas se preparan para dormir posadas en los tallos. 

Entre las numerosas lavanderas blancas de la subespecie alba siempre llega, desde las Islas Británicas, algún ejemplar de la subespecie enlutada o pía (Motacilla alba yarrellii). Esta subespecie se diferencia de la nominal (que es la que se reproduce en la Península y la Europa continental) en que tiene el plumaje negro frente al gris no existiendo diferencia entre la nuca y el dorso. en este caso era un macho lo que hace que la identificación haya sido más sencilla.







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miércoles, 5 de noviembre de 2025

EL MONTE Aa NOS DIO TRES MOMENTOS MÁGICOS

Durante las últimas semanas apenas he tenido tiempo para ir al campo  aunque si que he ido a ver las grullas que van llegando a la laguna de El Oso y he recorrido el bosque de ribera del Adaja para buscar, sin éxito, los mosquiteros bilistados  que este postnupcial están caros en el centro peninsular. Estos momentos me ayudan a recordar cosas que hemos vivido hace un tiempo y que han quedado grabados en nuestra vida pajarera y ello me ha llevado al Monte Aa en el mes de julio. 

Nuestras salidas por Cantabria en el mes de julio tuvieron como objetivo ver los dos pícidos estrella de la Cordillera Cantábrica. Y el Monte Aa nos dio al pico mediano (Dendrocopus medius) de una manera inmejorable. Estuvimos recorriendo la pista que lleva a lo alto del Monte tratando de escuchar el canto del picamaderos negro y del pico mediano. Al primero no lo escuchamos en este lugar mágico, si que lo detectamos en Saja, pero el segundo si que lo oímos en el robledal que es la antesala al hayedo. Nos sentamos a dejar que el carpintero de cara blanca apareciese ente nosotros y no defraudó. Volaron, eran dos los ejemplares, y se pusieron ante nosotros durante un momento que Eneko captó de este picatroncos exclusivo de la Cordillera Cantábrica y Pirineos



Ya en lo alto del Monte otra especie fue la que nos dio observaciones increíbles. Aunque no estaba en mis objetivos principales si que lo estaba en el de Eneko pues no había visto  al escribano cerillo (Emberiza citrinella) en su hábitat en periodo de reproducción (lo había visto en invernada en Ávila). Fue llegar a los alto  y que el bosque diese paso a los prados salpicados de matorrales y el escribano de color del limón no tardó en aparecer. Primero lo vimos volando, luego lo escuchamos para descubrirlo en la cúspide de la vegetación. Pudimos ver una familia con un macho precioso, una hembra espectacular y algunos jóvenes del año. 













La parte más baja del Monte, en los árboles que acompañan al arroyo que baja de las cumbres, nos dejaron la observación del único párido que no podemos ver en nuestros bosques. Es una de las especies que nos encanta ver cuando viajamos a Cantabria y poder verlo tan cerca y tan bien siempre es una gozada. Vimos un grupo de carbonero palustre (Poecile palustris) junto a otras especies mientras se alimentaban de manera nerviosa entre las ramas.

Como veis el Monte Aa nos dio momentos mágicos que nos hacen tener este lugar entre los que estamos deseosos de volver.





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