Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

domingo, 8 de marzo de 2020

UNOS VAN, OTROS LLEGAN Y ALGUNOS SE MANTIENEN

El paso prenupcial está en marcha. Poco a poco nuestros montes, humedales, ríos y demás ecosistemas se llenarán de viajeros que se irán, llegarán o simplemente pasarán por allí para recuperar fuerzas. Aquellos que han pasado el invierno con nosotros emprenderán el viaje a sus zonas de cría del norte y centro de Europa. Los que nos dejaron hace unos meses volverán a nuestra latitud a empezar una nueva época de cría. Y lo que hacen un viaje aún más largo pasarán a nuestro lado usando nuestros campos como una vía de paso donde descansar y recuperar energía.

Y ello quedó reflejado el viernes pasado en mi querida laguna de El Oso ( en compañía de Juanra, Miguel, Luis Jesús y Víctor). Allí todavía pudimos disfrutar de alguno de los que han pasado los meses fríos en la laguna. Y entre todos ellos (Bisbitas pratenses, varias especies de patos, etc) destaca la estrella del invierno en el humedal. Sigue el precioso Archibebe Oscuro (Tringa erythropus) con el plumaje invernal donde destacan los tonos blancos y la preciosa ceja a la par que su largo y llamativo pico. Aparecía y desaparecía entre la vegetación para darnos alguna visión extraordinaria. Quien sabe lo que aguantará (a ver si espera un poco y le podemos ver alguna pluma que haga honor a su nombre) pero mientras tanto disfrutemos de él.






En la laguna ya se van viendo aves que están de paso en el humedal. Estas especies tienen la laguna de El Oso como parada de descanso y alimentación en su trayecto desde tierras africanas o del sur de la Península hasta las zonas de cría del norte y centro de Europa. El viernes pudimos ver a uno de los limícolas más tempraneros en ponerse en ruta. Cuatro preciosas Agujas Colinegras (Limosa limosa) con su bonito plumaje de tonos ferrosos salieron ante la pasada de un Aguilucho Lagunero de su lugar de descanso para ponerse a buscar invertebrados en el barro de la charca artificial del humedal antes de volar de nuevo a otra zona del mismo.



Y para finalizar vamos a ver una especie que ha pasado los meses invernales en este rincón abulense puede que se haya marchado ya pues el otro día no logramos verlo. Quien sabe donde recalará el Zarapito Real (Numenius arquata), del grupo de 6, que hemos visto estas últimas semanas en los campos que rodean esta lámina de agua morañega. Allá donde esté esperemos que el viaje le lleve donde el quiera y en unos meses vuelva de nuevo con nosotros para que disfrutemos de su impresionante pico.




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Feliz paso prenupcial
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jueves, 5 de marzo de 2020

CORRELIMOS OSCUROS EN A CORUÑA

Se me acumula el material así que voy a ir sacando cosas. Voy en esta entrada con un gran momento pajarero vivido en mi viaje a A Coruña. Momento que he de agradecer a un gran ornitólogo y persona que me echó una mano esos días (Gracias Xabi por todo). Aprovechando un rato de siesta de los peques me acerqué a uno zona de costa rocosa de la propia ciudad coruñesa para ver si localizaba un grupo de Correlimos Oscuro (Calidris marítima) que está invernando en este enclave de la cornisa cantábrica. 

Este precioso correlimos de tonos oscuros en cabeza pecho y dorso, pico y patas de tonos anaranjados inverna en algunos puntos localizados del norte de la Península siempre asociado a zonas de roca y acantilados. Es un invernante escaso que llega desde sus zonas de cría en el entorno del ártico de Norteamérica, Groenlandia, Islandia y Escandinavia siendo anual en las costas cantábricas. 

No tardé mucho en encontrar al grupo descansando con la marea alta en unas rocas, acompañados de un buen número de Vuelvepiedras y un Zarapito Trinador. Me puse a contar esperando encontrarme con los cerca de 15 individuos que estaban invernando en la zona. Pero según iba avanzando en el grupo la sorpresa fue muy grande pues en ese grupo había 23 ejemplares de este precioso limícola. Quizás el que llevásemos un par de días con mareas altas y mala mar había hecho que algunos ejemplares que estaban invernando en el entorno de lo capital se acercasen a esta zona para pasar esos días. 

Disfruté de ellos muchísimo pues es una especie que no he visto muchas veces. Ahora os dejo disfrutar a vosotros.
















Y con ellos estaban otros dos limícolas.  Un solitario Zarapito Trinador (Numenius phaeopus) descansaba en la parte alta de la roca elegida como lugar de descanso. Y los más numerosos de la zona, y de otras zonas de la costa coruñesa eran los Vuelvepiedras (Arenaria interpres), de los cuales pudimos ver 46 ejemplares en esta zona (35) en el entorno de la Torre de Hércules  (6) y en la playa cercana paseo desde castillo (5). Además estos me dieron un momento inolvidable pues Eneko y Elia disfrutaron de su primer Vuelvepiedras a escasos 3 metros. 











Y finalizo con algunas fotos de los tres limis de los que os he hablado en la entrada.

Zarapito Trinador (izq) y Correlimos oscuro

De iz a der: Zarapito Trinador, Correlimos oscuro y
Vuelvepiedras


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lunes, 2 de marzo de 2020

HASTA EL OTOÑO QUE VIENE

El invierno va llegando a su fin y las aves que han pasado estos fríos meses entre nosotros sienten la necesidad de volver a sus lugares de cría. Es increíble como , llegado el momento, hay una pulsación interna que les hace regresar a las zonas más septentrionales de Europa con premura para iniciar una nueva época de cría que traiga nuevos individuos a la población de la especie.

Y una de las especies que ha aprovechado los días de anticiclón de estas dos últimas semanas han sido las damas grises. Miles de Grullas Comunes (Grus grus) han dejado atrás las tierras extremeñas, manchegas o abulenses para, tras descansar en lugares como Gallocanta o Sotonera y atravesar los Pirineos por Navarra o la pegadas a la costa catalana, llegar a tierras francesas en su periplo hacia las zonas pantanosas de Alemania, Polonia o Republica checa donde nacerán las nuevas grullas que acompañarán a sus padres el otoño que viene.

Este invierno cerca de 260.000 grullas comunes han arribado a la Península (la mayoría a Extremadura). En la provincia hay dos sitios de invernada de la especie donde cada tarde dan un espectáculo irrepetible y que echaré de menos hasta que  el trompeteo vuelva a romper las tardes de otoño morañegas. En la laguna de El Oso un pequeño grupo ha pasado los días más cortos del año mientras que otro lo ha hecho en el embalse del Rosarito. Y de este último rincón del Tietar son las fotos que ahora vamos a ver para despedirnos de ellas hasta dentro de unos meses.













jueves, 27 de febrero de 2020

ALCAUDÓN PARDO PARDO CORUÑÉS

Recién regresados de nuestro viaje por tierras gallegas, en A Coruña,  ahora toca hacer balance de las experiencias vividas. El viaje ha sido muy muy enriquecedor en lo personal, pues hemos compartido muy buenos momentos en familia conociendo (o volviendo a visitar) algunos lugares que nos marcaron hace unos años. Y en lo ornitológico el viaje también ha sido muy positivo. Y ello ha sido posible gracias a la inestimable ayuda de Xabi Varela (mi gracias amigo por la info y por tu paciencia).

Cuando planeé el viaje, hace algunas semanas, había dos objetivos clarísimos y prioritarios ya que en la provincia coruñesa había dos especies que suponían la segunda cita para España pasando el invierno. Así que busqué la manera de intentar ambas. Pero según se acercaba la fecha una de ellas dejó de verse en la playa donde se veía sin mucha dificultad con lo que desistí en el intento (el Bisbita americano quedará para otra). Con ello los esfuerzos iban para el visitante más famoso de Cerceda.

En este rincón lleva un tiempo sedimentado un Alcaudón Pardo (Lanius cristatus). Cuando se vio por primera vez, el 10 de noviembre, su descubridor, Juan Pita,  lo dio por Alcaudón Dorsirrojo. No fue hasta unos días después cuando Daniel López Velasco, revisando las fotos, lo identificó como esta rareza en nuestro país. Desde entonces muchos amantes de las aves hemos pasado por allí para ver a este precioso alcaudón venido de tierras lejanas (cría en Mongolia, China, Japón Siberia o Corea).

El pasado domingo me tocó a mi acercarme hasta la zona por la que se mueve. A primera hora de la mañana, y con una buena niebla, estaba buscándolo desde el coche. Poco a poco la niebla levantó y el lugar empezó a estar mucho más visible. Pero el Alcaudón no aparecía. Un par de paseos por el camino en su busca y un largo rato desde el coche no dieron frutos. La mañana avanzaba, y el tiempo del que disponía se acababa. Ya pensaba en volver otro rato para ver si conseguía verlo, cuando al dar la vuelta al coche para marchas una silueta sobre las ramas de un árbol aceleró mi corazón. Prismáticos a los ojos y allí estaba. Se hizo de rogar pero fue un momento maravilloso ( de los que ya os he contado que se graban) el que pude disfrutar de él. Le hice algunas fotografías (bastante malas) antes de que volase hacia los arbustos y lo dejase allí, en su lugar de invernada mientras yo me volví a Coruña con un subidón indescriptible.







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