Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.
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jueves, 16 de noviembre de 2023

DÍAS DE LIMIS EN EL OSO

 A falta de grullas y ánsares en la laguna de El Oso son los limícolas los que están dando el espectáculo en la laguna de El Oso. Y es que los dos protagonistas del otoño e invierno en el humedal, y en otros muchos de la geografía peninsular, se están haciendo de rogar. De hecho los primeros movimientos de grullas se están produciendo en estos días, más de un mes después de lo habitual en años anteriores y apenas se han dejado ver en bajo número por sus zonas de paso e invernada regular en Iberia. Y de gansos mejor no hablar pues, siguiendo la caída en picado en la invernada de la especie, apenas si han llegado algunos a las zonas húmedas de interior.

Por el contrario las lluvias de las semanas  anteriores han llenado los campos de agua y se han formado unas charcas y prados encharcados que han favorecido la aparición de limícolas en buenos números de especies y de individuos. En el entorno de la laguna de El Oso hemos disfrutado muchísimo de estos buscadores de alimentos de los limos. Además de ver hasta 12 especies de ellos en un solo día hemos podido disfrutar de tres de especies escasas en nuestra provincia. El principal bombazo de estos días no lo hemos podido ver in situ (lo hizo Chema García) pero ha sumado el único faláropo picogrueso (Phalaropos fulicarius) en la provincia dentro del influx que ha traído hasta 39 a Castilla y León. Las otras dos si que hemos podido verlas.

Una de ellas lleva desde principios de mes en el humedal pero la otra pudimos verla el pasado martes durante unos minutos, desde que llegó no sabemos desde donde, se acicaló  y voló hacia el este sin volverlo a ver después en el entorno de la laguna. Y fue Eneko, llevando un rato mirando correlimos, chorlitejos o agujas, el que cantó "un archibebe oscuro". Y efectivamente entre los más pequeñines estaba este archibebe antagonista en su plumaje anual pues pasa del negro en verano al blanco en invierno con un pico largo y fino, una ceja blanca muy marcada y unas patas de rojo intenso. Además pudimos ver el óvalo de la espalda cuando salió volando 






En la misma charca donde llegó el erythropus lleva desde principios de mes un grupo de chorlitos grises (Pluvialis squatarola) que empezó siendo de 6 ejemplares, de ahí pasaron a verse 3-4 durante un tiempo para pasar a un solo ejemplar este última semana. En la provincia se han visto ejemplares solitarios de esta especie que se reproduce en la tundra y elige latitudes más cercanas al ecuador para pasar los mese fríos. Es un limícola rechoncho, que llama la atención entre otras especies más pequeñas y estilizadas, con un plumaje gris y un pico grueso y negro. Llama mucho la atención su axila negra cunado aletea o sale volando. Estos días comparte charca con su primo el chorlito dorado europeo (Pluvialis apricaria)






 Al margen de estos dos las imágenes que hemos disfrutado en este humedal han sido espectaculares con decenas de limis de varias especies alimentándose juntas en las charcas surgidas donde habitualmente hay campos. Espectacular ha sido un grupo de agujas colinegras (Limosa limosa) de hasta 22 ejemplares que se mueven entre la laguna y estos campos. Era espectacular ver el grupo cuando recorrían la orilla de la laguna con su enorme pico pero lo era aún más cuando volaban y dejaban ver la llamativa franja alar blanca y la cola que le da nombre.






Pero si hablamos de números, la palma se la han llevado dos pequeñines. No hemos llegado a ver el grupo de más de 70 ejemplares de chorlitejo grande (Charadrius hiaticula) que vieron algunos amigos pero sí al precioso grupo de 75 correlimos comunes (Calidris alpina), donde se integraban algunos menudos (Calidris minuta),  que se movían al unísono de una charca a otra. Ha sido una de las imágenes más bonitas de estos días pues estos viajeros llenaban la charca con sus picos largos y curvados.






La nómina se ha completado con un grupo muy bonito de combatientes, andarríos grandes, avefrías, alcaravanes, agachadizas comunes  o esta espectacular avoceta que paseaba su blanquinegro plumaje por la lámina enseñando su pico curvado hacia arriba.



Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses


lunes, 18 de septiembre de 2023

UNA TARDE DE PASO EN SERONES

 El paso está en nuestros campos y cualquier tarde paseando por algún río, laguna o embalse se convierte en un sinfín de pajarillos volando entre las ramas, de un no parar de limícolas en las playas que se forman y del vuelo de grupos de rapaces que surcan los cielos. Y uno de los mejores sitios para disfrutar de estos momentos de movimiento es el embalse de Serones. 

Entre  los postes que rodean los campos y el cielo que lo cubren podemos descubrir desde la más grande de las rapaces europeas, el buitre negro, hasta los pequeños cernícalos tanto vulgar como primillas. En estos momentos raro es no encontrar la llamativa silueta cabezona de la culebrera europea, al omnipresente busardo ratonero, a la tricolor águila calzada (por sus fases clara, intermedia y oscura) o al milano real (como me dijo un buen amigo con su cola de pescado). Pero la que más me emociona en estos momentos es una rapaz venida de los acantilados rocosos de las costas europeas que tiene en el embalse un punto de parada de descanso para poder comerse alguna de las carpas que viven en sus aguas. Su precioso plumaje bicolor con un preciosos antifaz negro delató al águila pescadora (Pandion haliaetus) que descansaba en una torre cercana al agua.



En las orillas varias son las especies de limícolas que buscan alimento con las que coger fuerza y seguir rumbo sur hasta el lugar donde van a pasar los meses fríos del año. Los hay de todos los tamaños desde los pequeños correlimos menudos  (Calidris minuta), andarríos chico  (Actitis hypoleucos) o las dos especies de chorlitejos habituales:  el grande (Charadrius hiaticula) o chico (Charadirus dibius) pasando por algunos de tamaño algo mayor como los combatientes (Calidris pugnax) o andarríso grandes (Tringa ochropus) y algunos mayores como los archibebes claros (Tringa nebularia), cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus) o avefrías (Vanellus vanellus).

Dos de ellas fueron las que más disfruté una de las tardes por su cercanía, ya que se mantuvieron tranquilas mientras yo recorría la orilla hacia la zona donde los limos han quedado al descubierto. Un preciosos correlimos común (Calidris alpina), con su tripa negra y su largo pico curvado hacía honor a su nombre mientras se movía raudo en un pequeño recodo. 






En una de las playas más extensas pude ver al moteado andarríos bastardo (Tringa glareola). Es uno de los limis que más me gusta ver en la provincia pues no es habitual aunque este año ha sido regular en el embalse y en buenos números. Después de ver varios hace unos días una tarde pude ver a este bonito  ejemplar que me dejó disfrutar mucho. 



De entre los pajarillos varias son las especies que ahora llenan nuestros arbustos, árboles o zonas herbáceas. En la orilla del embalse que recorremos generalmente una especie es la mayoritaria, al menos hasta ahora. Sus tonos amarillentos, ceja marcada, patas claras y proyección primaria larga diferencian al mosquitero musical de otras especies de su familia como el común (de tonos mas marrones, patas negras, ceja poco marcada o proyección primaria corta) o del ibérico (con su proyección primaria intermedia, ceja ancha por delante del ojo o zona caudal amarrilla) además de por sus cantos o reclamos. Varias decenas hemos visto estos días.






Y para finalizar la reina del embalse. No hace falta decir nada de esta maravilla blanca y negra de pico y patas rojas.



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Saludos abulenses

 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

RECORDANDO EL DELTA

 Estamos en pleno paso postnupcial y este fin de semana pasado el foco ornitológico ha estado en el Delta del Ebro, donde se ha llevado a cabo un año más el Delta Birding Festival. Este año era una de las opciones de viaje pero al final no ha podido ser. Y como el paso de limis está siendo un poco soso en la provincia (el pasado domingo vieron un chorlito gris en Serones) y no he parado de ver publicaciones de amigos en El Delta voy a recordar lo que vivimos hace unos meses, en el prenupcial, en este paraíso peninsular.

Una de los habituales en nuestros humedales es el archibebe claro (Tringa nebularia) con su precioso pico largo y curvado de tono azulado con el plumaje pálido, entre gris y blanco, y las patas de un gris verdoso apagado. Cuando vuela sobresale una cuña blanca en el dorso que se une con la cola pálida.






Otro de los archibebes  regular, que incluso puede llegar a ser muy numeroso como en la pasada primavera) en algunas de nuestras zonas húmedas es el archibebe común (Tringa totanus). Se diferencia de su primo en que tiene el pico y las patas rojas delimitando un plumaje de tonos marrones y blancos. En vuelo luce unas preciosas bandas blancas en las alas  y una cuña blanca que le cubre el dorso.


El tercero de los archibebes que se puede ver en la provincia abulense, aunque es mucho más escaso que sus otros dos parientes, es el archibebe oscuro (Tringa erytrhopus). Este es el más espectacular de los tres pues en época de reproducción luce un precioso plumaje negro (que en estos ejemplares "tarraconenses" se ven) mientras que en invierno el blanco pasa a ser el protagonista de su atuendo. Todo ello con un largo y fino pico rojo. En vuelo luce un puro blanco en el dorso.






Pasamos de los archibebes a los andarríos. Éstos son los más comunes en lagunas y lavajos abulenses siendo el chico y el grande muy abundante desde finales de agosto (cuando las orillas se llenan de hypoleucos) hasta ahora cuando los ochropus se hacen numerosos. El tercero de ellos es regular pero en menor número y en el Delta pudimos disfrutar de él como pocas veces hacemos por aquí. El andarríos bastardo (Tringa glareola) llama la atención por su precioso plumaje moteado y por su ceja muy marcada.






Habituales en las orillas al lado de los andarríos están los correlimos. Hasta 6 especies podemos ver en territorio abulense siendo el más habitual el correlimos común (Calidris alpina). Estos pequeños limícolas (grandes al lado de su primo el menudo) tiene un plumaje pardo anaranjado, con un pico largo y curvado hacia abajo y una mancha negra en el vientre (siendo las tres variables en función de si es de la subespecie alpina, schinzii o arctica). 





El tridáctilo (Calidris alba) es con permiso del accidental gordo (Calidris canutus) el más escaso de los correlimos que vemos en los humedales abulenses. Lo contrario pasa en las zonas de costa donde, en cualquier playa los puedes ver corriendo entre las olas o volando al paso de algunos de los caminantes. En plumaje no reproductor es un aves muy blanca con tonos grises en las partes superiores mientras que en la época de reproducción el traje se torna de tonos anaranjados.









Vamos con otros de los limícolas abundantes en las pasos del interior. Tres son los chorlitejos que vemos por nuestras latitudes siendo el patinegro muy escaso en Ávila lo contrario que el abundante (y reproductor) chico. El tercero de ellos es un limi precioso con un pico ancho y naranja acabado en negro; unas patas naranjas, un collar negro bastante ancho y un dibujo cefálico  muy representativo.  Además el hecho de ver Chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) en nuestras lagunas suele ser sinónimo de algunos otros limícolas de interés.


                                        



Termino con el protagonista de la semana por nuestras zonas húmedas, en concreto de un embalse. El chorlito gris (Pluvialis spuatarola) es una ave escasa por aquí y es que este rechoncho limícola de tonos oscuros y grises con un robusto pico tiene 1-2 citas anuales en Ávila. Por ello es complicado disfrutar de su llamativa axila negra cuando vuela en nuestras salidas cercanas.





Y ahora a seguir limicolenado
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Saludos Abulenses