Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

jueves, 25 de julio de 2024

ENTRE LOS ELEONOR, MI PRIMER OSCURO

 De vuelta de nuestro viaje por tierra cántabras nos hemos traído momentos inolvidables en familia y con amigos, además de una buena lista de aves vistas que ya os iré contando. Pero vamos a ir en orden cronológico. Vamos a uno de los paraísos abulenses en el momento exacto para ver a un ave extraordinario. 

La última semana de junio y principios de julio es el momento de reencontrarnos con uno de los más maravillosos viajeros de los que nos podemos encontrar entre todas la aves, el halcón de Eleonor (Falco eleonorae). Es una rapaz que después de pasar el invierno en Madagascar regresa a sus zonas de cría en islas e islotes del Mediterráneo o Canarias previo paso por el centro de la Península. Es un ave con una fenología sorprendente pues en el momento en que lo vemos (cuando el resto están criando) está en migración prenupcial y llega a los pinares abulenses, y del resto del centro peninsular,  para aprovechar la explosión de coleópteros de las tardes del inicio de la estación del estío. Es un momento mágico para cruzarnos con estos halcones que no hace mucho compartían bosques con los lemures. 

Esa fenología tan maravillosa hace que los Eleonores críen cuando los pajarillos de toda Europa occidental se lanzan a su viaje pasando por los cortados donde los pequeños halcones salen adelante y sirvan de alimento para ellos. Además, para sumar belleza a esta rapaz, podemos encontrar dos plumajes en los ejemplares adultos . Por un lado la fase clara con los tonos pardo rojizos de a parte inferior del cuerpo y por otra la fase oscura con el plumaje completamente negro que yo nunca había visto . 

A media tarde estábamos unos amigos (Juanra, Miguel, Luis Jesús  y yo) en una de las laderas del Valle de Iruelas a la espera de que con la caída de la tarde apareciesen los elenores  para lanzarse a cazar escarabajos en lo alto de los pinares. No tardó en salir el  primero de ellos con una observación fugaz. Sin apenas tiempo para digerirlo apareció un segundo ejemplar. Ambos eran fases claras con lo que parecía que mi ilusión de ver uno de los oscuros tendría que esperar. De vuelta al coche vimos entre los pinos otro individuo claro y detrás de él llegó el momento de la tarde. Un precioso halcón de Eleonor de fase oscura voló por encima de nosotros y según me sobrevolaba el nudo en la garganta fue apareciendo hasta hacerse enorme mientras él se iba  lo alto de la ladera. Por fin lo veía. Desde ahí hasta que dejamos el lugar volvimos a ver en dos ocasiones (pensamos que eran los mismos) a los dos ejemplares de plumaje claro.

Una tarde inolvidable por el lugar, por la compañía y por los Eleonores (que me perdonen los más claritos pero ese oscuro no se me olvidará jamás).







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lunes, 24 de junio de 2024

UNOS OJAZOS ENRE LAS RAMAS

 Hay momentos en que mientras paseas por el campo te sientes observado. Notas como unos grandes ojos te miran entre las ramas de los árboles. La sensación te hace mirar hacia el sitio donde crees que está el vigilante para descubrir que esos ojos pertenecen a una de las rapaces nocturnas más habituales de la avifauna ibérica. En dos ocasiones nos ha pasado esto recientemente. 

Una de ellas le pasó a Eneko hace un par de semanas. Mientras disfrutaba de una jornada de anillamiento con nuestros amigos en la laguna de El Oso sintió la sensación en los tarays que rodean la lagunilla interpretativa del humedal. Miró hacia allá y vio un  búho chico (Asio otus) posado en las ramas mirando fijamente con sus ojos naranjas al niño que , embobado, no quitaba la mirada. Unos días antes ya lo habíamos visto volar en la zona pero hasta ese día no lo vieron posado y pudieron disfrutar de este búho de tamaño mediano con unos preciosos penachos. 






Unas semana antes los ojos que nos miraban eran los de dos bonitos jóvenes del año de la misma especie. En esta ocasión fueron unos amigos, Olga y Ramón, los que nos habían avisado de que había dos búhos en un árbol de su finca. No tardamos en ir a buscar a estas dos bolitas emplumadas que descubrimos en las ramas de uno de los árboles de la parcela. Nos miraban atónitos tratando de pasar desapercibidos  mientras nosotros, a una distancia adecuada, los disfrutábamos.





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jueves, 13 de junio de 2024

ESCONDIDAS ENTRE LOS ARBUSTOS

La primavera y el verano, además de momento de otras muchas especies, es momento de revisar los arbustos en busca de una de las familias más escurridizas y escondidizas de nuestra avifauna. Tras volver de su largo viaje al África subsahariana se instalan a las espinosas ramas de los rosales silvestres,  escaramujos o encinares de las laderas de media montaña abulense. En esta ocasión vamos a disfrutar de tres de estas bonitas viajeras: las currucas. Y lo haremos gracias a las fotos de Eneko.

La primera de ellas es una de las más agradecidas pues no duda en posarse en las ramas más altas para cantar mientras muestra su bonita garganta blanca (que le da el nombre en inglés). Llama la atención su cabeza grisácea y la coloración pardo-anaranjada en las partes superiores. La curruca zarcera (Curruca communis) es un habitante típico de hábitat de mosaico con zonas arbustivas y prados típicos de muchas sierras abulenses. 





La siguiente es la más grande de nuestras currucas y es un habitante muy típico de las zonas mediterráneas. Su canto es muy característico con un enorme parecido a del mirlo común y de ahí esa semejanza en el nombre. La curruca mirlona occidental (Curruca hortensis) luce una caperuza negra y un precioso ojo de iris amarillo sobre unos tonos grises y blancos del cuerpo. Al volar luce unas blancas rectrices negras antes de esconderse en los matorrales. Eneko anduvo detrás de varias de ellas y disfrutó de lo lindo tratando de pillarlas así de bien.










La última de ellas es una  de las tres especies que no hace mucho fue  separada como especie de lo que antes era la curruca carrasqueña. Pasó de ser una de las 5 subespecies de ella para ser una de las tres especies resultantes (la carrasqueña oriental y la subalpina son las otras). La curruca carrasqueña occidental (Curruca iberiae) llama la atención por los tonos rojizos de sus partes inferiores, el gris de  las superiores,  su bigotera blanca y su anillo ocular rojo. Es un habitante típico de las zonas mediterráneas donde abunda en jarales, brezales o encinares. 






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jueves, 6 de junio de 2024

LAS PRECIOSAS CARRACAS

Hace unos días Eneko descubrió uno de esos lugares imprescindibles del pajareo ibérico. Aprovechando que yo tenía un día de fiesta preparamos una salida al Parque Nacional de Mofragüe para disfrutar de las maravillas que hay allí en primavera a la que Juanra nos acompañó. El día fue excepcional en ese paraíso para muchas de las aves mediterráneas pero eso ya os lo contaré. Ahora voy con una parada que hicimos de regreso a Ávila, en la provincia de Toledo para ver un ave de las más bellas que podemos ver en nuestro territorio (una pena que en Ávila su reproducción solo sea un recuerdo).

No muy lejos de la parte abulense del Valle del Tiétar hay algunas parejas de carraca (Coracias garrulus) criando en una zona de cultivos atravesados por un tendido eléctrico donde se han instalado una cajas nidos para la especie que han sido muy bien acogidas por varias parejas de este bello ave migrador de un intenso color azul solo roto por el marrón de su dorso. Es una de las especies que has sufrido un fuerte declive debido a la pérdida de hábitat por le cambio de los usos del suelo y por el uso de insecticidas que acaban con su principal aporte alimentario. No en vano en nuestra región ha desaparecido como reproductor y yo aún me acuerdo los años donde veía una pareja en el entorno de Cabezas del Villar allá por 2013-14 que ya solo es eso, un recuerdo.

Nada más llegar a la zona detectamos dos parejas de este bello viajero que regresa de sus cuarteles de invernada en la parte tropical de África a mediados de mayo para iniciar una nueva época reproductora. Se mantenían posadas en los tendidos eléctricos oteando una parcela donde un tractor levantaba los insectos a por los que se lanzaba para volver a lo alto. Tuvimos suerte y vimos como se producía el intercambio de alimento entre los dos miembros de una pareja antes de que una de ellas se posase relativamente cerca y con buena luz, momento en que disfrutamos muchísimo de ella. 

Fue un momento mágico pues disfrutamos de esa especie de la que no podemos disfrutar muy a menudo.








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miércoles, 29 de mayo de 2024

LA MEJOR DE LAS AYUDAS

Que las aves son unas grandes aliadas del campo es algo que siempre contamos cuando hablamos de todas aquellas rapaces asociadas a los campos de cultivo. Y en estos meses en los que estamos trabajando con ahínco en La Moraña en la Campaña de Conservación de los aguiluchos cenizo y pálido lo estamos corroborando in situ. En esta comarca del norte de la provincia abulense hay una explosión de topillos  que ha traído consigo la proliferación de algunas aves que se alimentan de ellas. 

Una de ellas era una visitante exclusivamente invernal de nuestros campos a los que llegaban desde localidades más norteñas de las zonas más septentrionales de Eurasia. Pero coincidiendo con la abundancia de los topillos la especie ha pasado a reproducrise en la zona centro de la Península con fluctuaciones que dependen de esos años propicios para esos roedores que se convierten en la base de su dieta. Este año está siendo un año espectacular para esta rapaz "no tan" nocturna, pues aunque está dentro de esta familia de aves tienen unos hábitos semidiurnos  que hace que resulte factible verla a plena luz del día o cuando ya el sol va "cayendo" hacia el ocaso.

En nuestras salidas por los caminos de la zona de Madrigal de las Altas Torres tenemos varias zonas donde disfrutamos de los penetrantes ojos amarillos de la lechuza (o búho) campestre (Asio flammeus) mientras salen volando para ahuyentar a los abundantes milanos negros o regresan al nido con un malogrado roedor en sus garras. Hasta cuatro territorios hemos llegado a ver en una misma tarde por la zona, que sumado a otros tantos en otra zona cercana y dos más desperdigados hace que este año sea extraordinario para la especie y para nuestras observaciones de la misma.

Disfrutaremos al máximo con esta preciosa ave de vuelo y silueta característicos .


Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor


Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor


Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor



Foto: Eneko Leonor



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