Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

martes, 18 de febrero de 2025

DESDE ESCANDINAVIA Y SIBERIA A LOS PRADOS CÁNTABROS

La migración, como ya os he dicho en otros momentos, es una maravilla. Quizá sea la que más me sorprende de la vida de las aves. Pensar que la pardela sombría que veo pasar frente a las costas gallegas estará en unos meses criando en Nueva Zelanda o que el charrán ártico que viene del ártico pasará unos meses en la zona antártica para regresar de nuevo al inicio. 

Pero si algo me sorprende es pensar en como los pajarillos, de apenas 10 gramos, son capaces de cruzar medio mundo para llegar a nuestros campos cruzando muchos países, mares, costas o desiertos. La entrada de hoy tiene como protagonistas dos de éstos pequeñines llegados de dos zonas remotas de la Tierra. 

El primero de ellos llega desde las zonas más septentrionales del Eurasia. El escribano nival (Plectrophenax nivalis) es un pajarillo con la silueta típica de los escribanos que luce unos colores pardo anaranjados en las partes superiores y blancos en las inferiores durante la época invernal, que es cuando llega a los prados de las rasas cantábricas. Cuando vuelan tienen unas llamativas bandas blancas en las alas y el obispillo que le delatan cuando se mueven de una zona a otra para buscar de nuevo las semillas de las que se alimentan.

Nosotros pudimos ver los dos ejemplares que están invernando en la Ojerada, en el Cabo de Ajo,  bajo una lluvia constante que daba una imagen peculiar con el plumaje empapado. Eran muy confiados y desde que los vio Ángel no se movieron de su lugar a escasos metros de donde, con una sonrisa enorme en la boca, estábamos los siete abulenses llegados en migración a verlos. 







El segundo llega desde Siberia en lo que, gracias a estudios que se han hecho con algunos ejemplares de Asturias o Galicia, es una ruta migratoria estable que trae individuos cada invierno a prados de la cornisa cantábrica. En este caso los prados que han elegido son los de Somoscueva, en Liencres. Es el más grande de los bisbitas que nos visitan. Dos ejemplares de bisbita de richard (Anthus richardi) se integraban con numerosos pratensis y se movían con ellos. Se delataban cuando el grupo volaba por su reclamo (parecido a un gorrión) y por su gran tamaño. Al posarse su pose erguida, sus partes inferiores blancas y lisas; y su mancha del cuello no dejaban lugar a dudas. A pesar de la lluvia Eneko les sacó algunas fotos.





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miércoles, 12 de febrero de 2025

¡¡ GAVIOTA COCINERA EN LAREDO !!

 Vamos con el objetivo del viaje a Cantabria de hace unos días. Subir a este paraíso cada invierno es ineludible pues allí podemos ver miles de aves de muchas especies, este año hasta 113, venidas del norte de Eurasia, del ártico o de Norteamérica a pasar los mese más fríos del Hemisferio Norte.  Pero este año la estrella del invierno cántabro es una gaviota venida del lado opuesto, del Hemisferio Sur, donde se distribuye desde Sudamérica al sur de Australia y Nueva Zelanda y el sur del continente africano. 

El 9 de diciembre, Gonzalo Pardo, descubrió un 2º invierno de gaviota cocinera (Larus dominicanus) en Santoña. El ave estuvo "desaparecida" unas semanas hasta que el 3 enero  se  relocalizó por parte de Álvaro Bustamante esta vez en el puerto de Laredo. Desde entonces se veía  de manera continúa en este lugar y se puso en lo alto de la lista de especies a buscar en los tres días que pasamos.





El sábado 1 de febrero, tras ver la serreta chica de Lanchares, llegamos al puerto deportivo de Laredo en busca de la precios cocinera. Pero se hizo de rogar hasta el punto en que pensábamos que nos pasaba como a algunos amigos que el día anterior no la habían podido ver. Paseo desde el puerto, mirando los pantanales, hasta la playa y la bocana del puerto sin suerte. Vuelta en sentido contrario y nada. Decidimos separarnos den dos grupos e ir en dirección al espigón para ver si descubríamos a esta lárido llegado de tan lejos en lo que supone uno de las pocas citas de la especie en España.

Desde lo alto del espigón no se veía ninguna gaviota pero en una mirada a lo alto de unos pesqueros me dio la vuelta al corazón. Tumbada en una estructura , de tal manera que apenas se veía, estaba la cocinera. Tal era el nerviosismo por ver esta maravilla que no atinaba a llamar a los amigos que buscaban en otra parte del puerto. Una vez que ya estábamos todos pudimos disfrutar de ella de manera inmejorable. Y fue gracias a un pescador que estaba cerca de ella y que nos "ayudó" lanzando un pez al suelo para que bajase y pudiésemos verla en todo su esplendor

Así pudimos disfrutar de su potente cabeza y su ancho pico, lo que es diagnóstico de la especie, y sobre todo sus espectaculares patas azuladas. También vimos la anilla que nuestro amigo Gonzalo le puso para conocer mejor que hace esta preciosa gaviota de dorso gris oscuro y cabeza rayada.











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miércoles, 5 de febrero de 2025

LAS TRES SERRETAS EN UN MES

 Cierro el viaje de Galicia para abrir la salida que hemos hecho este pasado fin de semana a tierras cántabras. Y lo hago de la mano de tres patos muy peculiares que llegan a nuestras costas en invierno. De ellas hay una que es bastante habitual en las bahías y rías cantábricas, aunque este invierno están caras, mientras que las otras dos son escasas. Empezaré por orden cronológico. 

El último objetivo que teníamos en el primer viaje del año a A coruña estaba en Valdoviño. Allí se estaba viendo una serreta grande (Mergus merganser) bastante confiada en la zona de la playa. Era un día muy lluvioso y eso nos hacía presagiar que nos iba a costar un poco encontrarla pero nada más lejos. Fue Eneko el que nos dio la voz de alarma, tenía a la serreta buceando en el recodo final de la laguna, ya pegada a la arena y entre rocas. Estaba algo lejos pero nos emocionó ver como se sumergía y salía a la superficie para enseñarnos esa preciosa cabeza marrón bien definida sobre un cuerpo blanco y gris. Muy bonito es el pico largo y rojo. 

Es un ave que cría en zonas muy norteñas de Eurasia, aunque hay algunas parejas en Reino Unido, que llegado el otoño migra hacia el mar báltico llegando algún ejemplar un poco más al sur que es cuando aparecen en algún punto de la costa ibérica. Para mi era la segunda observación pues ya tuvimos ocasión de verla en Ledesma (Salamanca) junto a nuestro amigo Miguel Rodríguez. Fue una observación muy buena a pesar de la lluvia y el viento pues no dudó en salir del agua a descansar y volver al agua para retomar sus zambullidas.









La segunda de las serretas es otra de las escasas y quizás la más difícil de ver de las tres por su pequeño tamaño y su gusto por estar en zonas de vegetación. Para verla tuvimos que ir a Lanchares, una pequeño población cántabra de la orilla del embalse del Ebro. De nuevo  tuvimos que pasar un frío importante y sufrir la lluvia que nos acompañó gran parte del viaje. Tras buscar en unas pequeñas charcas del extremo de las lagunas de la zona no hubo suerte. Cambiamos de sitio y de nuevo en blanco.

Cuando ya nos íbamos vimos un grupo de patos bastante grande. Como no hay que dejar nada por revisar, telescopio al suelo y a mirar. Había silbones europeos y un grupo importante de cercetas comunes. Revisando a las más pequeñas cuando el corazón dio un vuelco. Entre ellas había un pequeño pato de tonos grises con las mejilla blanca y la parte superior de la cabeza marrón. Empecé a saltar y a llamar a todos los amigos con los que he viajado que no tardaron en dar con la hembra de serreta chica (Mergellus albellus)  que tanto ansiábamos.

Esta miniatura de serreta cría en bosques boreales de Escandinavia y Siberia que inverna en los mares y costas de los mares Bálticos y del Norte llegando al sur en algunas ocasiones como ésta que ha elegido este frío lugar cántabro.




La última es la más habitual ya que suele invernar de manera regular en varios puntos de la costa cantábrica aunque este año no han llegado hasta allí desde el norte de Eurasia o Groenlandia en su migración invernal. Este invierno no se habían visto en Cantabria hasta el pasado sábado cuando aparecieron dos ejemplares en la bahía de Santander, en la zona de Raos. El domingo compartimos la observación de las serretas medianas (Mergus serrator) con un buen puñado de amigos burgaleses, madrileños o cántabros.  Destacaba su preciosos pico largo y estrecho y la cabeza despeinada.



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martes, 28 de enero de 2025

DOS BIMBOS EN SADA

 Sigo desgranado, y ya queda poco, el viaje coruñés de principios de año. Voy ahora con el sitio que más me sorprendió por aunar sencillez y espectacularidad. Sencillez porque no es más que  una playa con paseo marítimo y espectacularidad porque acoge cientos de aves en invierno con algunas delicatessen muy deseadas. Esta playa de Sada, que visitamos hace tres años en verano, nos dio dos bimbos y un sinfín de observaciones de especies que alegran una jornada pajarera.

El primer protagonista fue el que inició la idea de este  viaje. Era una espina clavada desde el otoño pasado, cuando ya estaba en esta playa, cuando no pudimos ir a verlo en nuestro viaje  a Estaca pues nos tuvimos que bajar sin tiempo para pasarnos a buscar a este ánade sombrío (Anas rubripes) que lleva ya dos años en la costa gallega. Esta especie migradora de pato americana es escaso en la Península, con un puñado de observaciones, es muy fiel a los sitios donde recala pues los que han llegado hasta nuestro territorio se han mantenido largo tiempo en los lugares donde han recalado desde el neártico.

No fue difícil verlo entre los cientos de patos, la mayoría ánades reales, que nadaban con marea baja lejos del paseo. Llamó nuestra atención su mayor tamaño y sobre todo su plumaje oscuro con cabeza más clara, un pico amarillo limón y un espejuelo azul oscuro. Se alimentaba tranquilo sin saber que es uno de los patos más famosos de la ornitología ibérica. Este sombrío es una anátida que cría al norte de  Norteamérica haciendo movimientos migratorios hasta el sur de los Estados Unidos. Este ejemplar, que llegó a Sada en noviembre de 2024, no ha tenido necesidad de volver y se ha quedado en el lugar de manera ininterrumpida hasta día de hoy.







El segundo de los bimbos había que buscarlo entre los porrones que había en la playa (hasta 4 especies diferentes). Era otra espinita pues el invierno pasado nos dio esquinazo el ejemplar que invernó entre la bahía de Santander y las Marismas Blancas. En un primer momento no vimos ningún ejemplar de porrón entre las numerosísimas anátidas pero nada más lejos de la realidad. El primero en aparecer fue una hembra de europeo (Aythya ferina) que vio Eneko. Con ilusión buscamos al resto. No tardaron en aparecer los porrones bastardos (Aythya marila) que Juanra cantó. Casi al instante Miguel descubrió con los marila los dos porrones acollarados (Aythya collaris). Para finalizar, y un poco separado de estos, pude ver la hembra de porrón bola (Aythya affinia) con su cabeza picuda (parece que le han hecho un chicón) y las manchas blancas de la base del pico.

Porrón bola (Aythya affinis) entre ánade real

Porrón acollarado (Aythya collaris) y porrones bastardos (Aythya marila)
entre ánades reales

Pero no solo de patos vivimos en Sada. Había limícolas (vuelvepiedras y correlimos común) junto a espátulas o garzas reales. Un solitario ganso del Nilo descansaba en la arena mientras a lo lejos nadaba un grupo de 37 negrones comunes. Como no podía ser de otra manera las gaviotas nos dieron muy buenas observaciones también. La sorpresa nos la dio una gaviota tridáctila (Rissa trictatyla) que entró en la playa para dar un par de vuelos, posarse en el agua para asearse un poco y marchar de nuevo a altamar. En una charca cercana era una gaviota cana (Larus canus) de primer invierno las que bebía y descansaba. Pero si alguna le dio momentos buenos a Eneko fue un adulto de gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus) que tuvo a escasos metros y que fue la culpable de que la tridáctila se fuese sin foto (solo Juanra pudo captarla)

Gaviota cana (Larus canus) con dos cabecinegras

Gaviota cana (Larus canus) con dos cabecinegras

Gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus)

Gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus)

Gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus)


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martes, 21 de enero de 2025

¡¡ TARABILLA DE AMUR EN MALPICA !! 1st PARA ESPAÑA

Seguimos sumando experiencias increíbles en esta preciosa pasión que es la observación y el conocimiento, a la par que la conservación , de las aves. Hoy ha saltado la noticia que llevábamos esperando unas semanas. Vamos con ello.

El 3 de diciembre empezó la aventura cuando José M Pérez Veres encontró una tarabilla en un prado de Malpica que por sus características no cuadraba con las comunes que tenemos por aquí y se dio como posible siberiana. Tenía la garganta pálida y el obispillo uniforme (sin moteado). Un estudio más detenido, gracias a Marcel Gil y Daniel López, subió la apuesta a posible tarabilla siberiana (maurus) / de Amur (stejnegeri) pero al ser ambas tan parecidas no se podía determinar si era una u otra. Ambas serían una cita brutal , especialmente para la stejnegeri pues sería l 1ª para  en España.

La cosa podría haber quedado en esa dicotomía de especies pero algunos pajareros gallegos decidieron ir un paso más. Estuvieron tras los excrementos que dejaba la tarabilla, que se localiza en un prado muy concreto. Aunque lo consiguieron no cejaron en el empeño de determinar cual de las dos especies era. El equipo de Manolo Carregal consiguió capturar el ejemplar para anillarlo y coger algunas plumas para realizar el estudio genético. Y con ello llegamos a hoy. Hoy han confirmado que es la primera cita de tarabilla de Amur para nuestro territorio de este paseriforme asiático que tiene sus áreas de cría en el noreste de Asia e inverna en el sudeste asiático.

En nuestro viaje gallego de los primeros días del año era uno de los objetivos y con ellos nos plantamos, bajo una intensa lluvia, el 3 de enero en el prado donde se estaba viendo esta maravilla. No tardamos en encontrarla sobre uno de los matorrales que había en el centro de la parcela. Se mantenía muy tranquila, con algunos vuelos pero siempre dentro de la misma línea de vegetación. Pudimos ver las características que os conté antes y descubrimos (que no lo sabíamos aún) que estaba anillada a pesar del agua y de la poca luz que había. Ello nos dificultó hacer una foto digna de dicha observación pero la perseverancia, siempre desde dentro del coche, nos hizo mejorar un poco la observación cuando la luz mejoró. 

Es un citón que tenemos que agradecer a todos los que han influido, desde su descubridor hasta la gente que ha hecho posible la identificación, con los laboratorios implicados, pasando por nuestro amigo Fernando Pereiras, que nos ayudó a encontrar a esta preciosidad venida de muy lejos hasta un pequeño prado gallego.








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