Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

lunes, 23 de enero de 2023

LO OIRÁS PERO NO LO VERÁS

O si, alguna vez tendrás suerte y en lugar de escuchar un chillido al atardecer en alguna laguna o lavajo con vegetación palustre podrás ver al responsable de romper el ocaso del lugar. Suele verse unos segundos mientras deja la seguridad de los tallos de juncos o carrizos para cambiar de lugar y volver a desaparecer en la maraña de la varas marrones. Hace unos días en una pequeña laguna del sur de la capital muy antropizada donde se mueven algunos ánades reales y gallinetas comunes salvajes con varias ocas o un ánsar cisnal más cercano al hombre, Eneko pudo disfrutar del rascón (Rallus aquaticus).

Estábamos esperando la entrada de las lavanderas blancas en el dormidero que hacen en esta lagunilla para ver si descubríamos alguna yarreelii de dorso oscuro u obispillo negro extenso y charlando con un amigo pajarero cuando Eneko, desde la distancia vio aparecer al rascón en la orilla contraria. Como ya hemos contado está acostumbrado a escucharlo pero no tanto a verlo así que con mucho cuidado se acercó a la zona donde se movía este rálido de pico largo y curvado. Pudo situarse a unos metros del pequeñín que seguía a lo suyo sin recibir molestia algunos (de ello da fe que estuvieron juntos cerca de 15 minutos). Mientras yo lo disfrutaba en la distancia mientras la luz del día iba apagándose.

Las fotos de este duende de las lagunas son de Eneko.







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lunes, 16 de enero de 2023

LOS TRES COLIMBOS EN SANTOÑA

 El nuevo año ha empezado en lo ornitológico en tierras cántabras. Los días 3 y 4 de enero hemos estado por Santoña en nuestro viaje invernal a este paraíso donde llegamos como miles de aves que vienen desde las lejanas tierras árticas y del norte de Europa para pasar los días de frío en la costa cantábrica. Y es que este estuario es uno de los puntos donde se aglutinan aves de decenas de especies acuáticas que aprovechan las mareas y los canales de la bahía para alimentarse ahora que sus zonas de cría se han llenado de nieve y temperatura bajo cero. Y de esos viajeros los colimbos son uno de los protagonistas de estos meses

El menos habitual de los tres colimbos ha vuelto a estar presente este año en aguas santoñesas después de varios años sin sedimentar. El único ejemplar de colimbo ártico (Gavia arctica) fue el más buscado de los tres en nuestro viaje y nos dio esquinazo en los dos primeros intentos en la zona del puerto. No apareció la tarde del primer día ni en la salida en el cofre con nuestro amigo Alejandro. Si que tuvimos suerte tras desembarcar y ya en la zona de las conserveras cuando descubrimos al precioso ejemplar venido de Escandinavia mientras se zambullía en busca de cangrejos. Pudimos ver su precioso plumaje con las partes superiores de tonos grises y las inferiores de un blanco que en la parte posterior del flanco sobresale.






Pero si de números tenemos que hablar, este invierno 22-23 se recordará por tener de nuevo, después de varios años, un buen contingente invernante de colimbo chico (Gavia stellata). Hasta 12 ejemplares se han viso en el estuario tras años con citas de ejemplares solitarios o que se podían contar con una sola mano. En nuestra salida con Alejandro pudimos ver un espectáculo brutal cuando, al amanecer, entraron desde la bocana de la bahía 6-7 de ellos volando con su característico movimiento de cuello para empezar la faena en las tranquilas aguas. Pudimos verlos después pescando y disfrutamos mucho de su delicada silueta y ese pico que desea apuntar al cielo . 






Por último el tercero de los colimbos y el más habitual en los inviernos cántabros. Superando cada temporada la decena los colimbos grandes (Gavia immer) usan su potente pico para atrapar algún desprevenido cangrejo o alguna platija que le de la energía suficiente para pasar el invierno y retornar a las zonas de tundra y taiga a criar. Es el más potente de los tres y en su plumaje destaca un collar que no llega  serlo. Se distribuye por la bahía de manera regular pudiendo verse desde el puerto de Santoña, desde Montehano, desde Colindres o desde la Arenilla.












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domingo, 8 de enero de 2023

DESPIDIENDO EL AÑO ENTRE APRICARIAS

 Unos días antes de terminar el año decidimos hacer la última salida pajarera fuera de nuestra provincia a un lugar habitual en invierno. Las lagunas de Villafáfila es uno de esos paraísos ornitológicos que nunca defrauda a pesar de que ya quedaron atrás los años en que miles de ánsares comunes (hasta casi 40.000) poblaban cada campo de la Reserva y entraban a dormir a la Salina Grande. Me da una gran pena que Eneko no pueda verlo y me hace pensar en que más cosas no verá por el maltrato a que sometemos a nuestro hogar.

Este año este rincón zamorano está rebosante de agua gracias a las últimas lluvias y con ello también se ha llenado de aves con buenos números de anátidas de superficie ( especialmente los tarros blancos) contrasta con la de buceadores de las que cada vez llegan menos a éste y otros puntos castellanos y leoneses. Pero si hay una especie que está dando un espectáculo brutal son los chorlitos dorados europeos ( Pluviais apricaria). La culpa de ello la ha tenido una fuga de tempero por la que miles de chorlitos y avefrías han hecho movimientos migratorios a mediados de diciembre por la encadenación de nevadas y temperaturas bajo cero en el centro de Europa que ha impedido que se pudiesen alimentar allí donde estaban preparados para pasar el invierno.

Se empezaron a ver a miles en la cornisa cantábrica con episodios de 10.000 aves en la rasa asturiana. En el interior la cosa se animaba también y en Ávila unos amigos (Cruz González y Arón Blázquez) vieron 365 ejemplares mientras el resto de zonas húmedas se llenaban de oro. En las Lagunas de Villafáfila se contaron 9.500 a mediados de diciembre y cuando fuimos pudimos constatar que los grupos de la especie eran impresionantes. En la laguna de Barillos no dejaban de volar grandes grupos y por todos los lados volaban ejemplares reclamando para llenar el cielo de puntos que de vez en cuando se posaban para nuestro deleite. Estimamos unos 4.000 ejemplares (una estima a la baja pues a lo lejos veíamos más grupos volar).

Esta especie siguió siendo protagonista en la Salina Grande pues desde el puente romano pudimos estimar 2.000 ejemplares más (  de nuevo fue complicado pues comenzó a llover).  Unos días después y gracias a un enorme trabajo de Alfonso Rodrigo se han podido contar los chorlitos de toda la Reserva y el número es realmente increíble pues se contaron 31 .254 ejemplares lo que la convierte en cifra récord  para el lugar y una de las mayores (si no la que más) de los datos que se tienen. 













Este espectáculo dejó en un segundo plano los verdaderos objetivos de nuestro viaje que no era otro que poder ver los dos ánsares campestres de la tundra (Anser serrirostris)  que han llegado a la Reserva junto a los pocos Ánsares comunes (apenas 600) y la veintena de Ánsar careto grande. No fue difícil dar con ellos pues esos pocos gansos se alimentan entre la Salina Grande y Barillos. Y en  esta última pudimos ver a estos ánsares de tamaño ligeramente menos, patas anaranjadas y picos oscuros. La foto es horrible pues estaban muy lejos (están en el centro).


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lunes, 2 de enero de 2023

DELICATESSEN DE FINAL DE AÑO

 Dejamos atrás el año que ya es recuerdo y entramos en el 2023 que espero que os traiga muchas alegrías. Pero antes de dejarle marchar el año nos dio un par de observaciones interesantes en la provincia de Ávila (al margen de un viaje que lo cerró a lo grande que ya os contaré).

La primera de las observaciones era una espina clavada con una especie que se me resistía en territorio abulense hasta el pasado paso prenupcial donde pude sumarlo a la lista provincial. Pero la observación en unos prados cercanos a la laguna de El Oso no me quitó las ganas de ver al mirlo capiblanco (Turdus torquatus) donde hay que verlo, entre los enebros rastreros de las sierras abulenses. Y con ese fin subimos el 17 de diciembre a los pies de la Serrota, en al zona de Pradosegar. La subida fue muy agradable pero hasta el final de nuestra ruta no vimos aparecer al precioso túrdido de medalla blanca y alas plateadas. Voló desde el matorral rastrero hasta uno más grande antes de volar ladera abajo mientras tratábamos de localizarlo lo suficiente para identificarlo antes de desaparecer. 

Ya de bajada pudimos ver, mucho mejor, a un grupo de 3 que pasó volando sobre nosotros para posarse en lo alto de una roca enorme. Se mantuvieron unos segundos en ellas antes de volar de nuevo hacia la ladera umbría del Cerro Pajarote. Me quedé obnubilado mirando y solo pude sacarles la foto cuando se movían de nuevo.


Ya de vacaciones, el 23 de diciembre, nos dimos una vuelta por el entorno de la laguna de El Oso. El humedal está rebosante de agua y de vida en estos momentos con la cubeta llena hasta el tope y los campos de alrededor encharcados y con numerosos lavajos donde se pueden encontrar algunos de los invernantes. Y en uno de esos prados vimos al segundo de los protagonistas de la entrada. Iba con la idea de poder encontrar algún zarapito real (Numenius arquata) en unos prados donde invernaron el año pasado varios ejemplares. Y fue llegar y dar con él pues salió volando mientras llegábamos a la zona con hábitat apropiado. Días después se ha seguido viendo por la zona e incluso se le ha sumado un ejemplar más






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