Es el momento de las damas grises. Llegan las lluvias, el viento y la caída de las temperaturas y parece que el otoño ya está aquí pero para mí esa estación no llega hasta que, mientras disfruto del atardecer en el observatorio de la laguna de El Oso, los grupos de Grullas Comunes (Grus grus) llegados de varios puntos del norte y centro de Europa pasan volando sobre mí para entrar al dormidero que tienen en este humedal abulense. Y eso es algo que ya ha sucedido un par de días de los que he estado en la laguna esta semana pasada. Aún no son grupos muy numerosos , con un máximo de cerca de 4 decenas, pero es un buen inicio para lo que nos espera en las próximas semanas.
Como ya os he contado en otras entradas la Grulla Común es uno de los emblemas de los inviernos peninsulares ya que el vuelo de las bonitas viajeras llena los cielos extremeños, y de otros lugares, durante los meses fríos. En la provincia de Ávila son dos los puntos donde las podemos ver y en ambas he estado la última semana (ya os contaré lo visto al sur de la provincia). En el embalse del Rosarito aún no han llegado apenas Grullas mientras que en la laguna de El Oso son aún pocas las que hay. Disfrutad de ellas por aquí, pero si de verdad queréis quedaros con algo imborrable pasaros por la laguna de El Oso al atardecer y escuchad su trompeteo mientras llegan desde los campos donde se alimentan a lo largo del día para pasaros por encima antes de posarse para preparar la noche.