Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

sábado, 3 de octubre de 2020

EL SUEÑO DE LOS CARAMBOLOS SE HIZO REALIDAD

 Otra semana que se ha hecho dura y apenas me ha dejado tiempo para salir un día al campo (donde me he llevado una hembra de pato mandarín en la laguna de El Oso) y mucho menos para ponerme al ordenador a contaros todo lo que aún tengo en el cajón. Eso si la semana, aun con dificultades, ha sido buena y en parte la culpa ha sido por lo que he vivido el sábado pasado.

Llevaba un tiempo con una idea en la cabeza y el sábado pasado pude conseguir uno de los sueños pajareros más inmediatos (por suerte nunca se acabarán) que tenía. En mi cabeza estaba planeado un viaje a tierras toledanas en busca de un limícola un tanto especial pero no entraba en mis planes poder disfrutar de una jornada de pajareo de las buenas ( de esas de echar bastantes horas de campo) con mi hijo Eneko. El sábado fue una de esas jornadas que quedan marcadas por la especie y por la compañía (Nos acompañó Juanra). 

El Chorlito Carambolo (Charadrius morinellus) es un limícola que en la época de reproducción se asocia a las zonas árticas de Europa y Asia (desde Escandinavia hasta Siberia) citándose algunas parejas en prados de montañas por encima de los 2000 metros en los Pirineos. En época de paso se asocia sin embargo a terrenos pedregosos o tierras de labor aradas. Es una especie regularen en el paso postnupcial en la Península siendo una especie muy fiel a los lugares donde descansar siendo habitual verla en los mismos lugares en fechas similares cada año (este año hemos tenido la primera cita fiable en Ávila gracias a Miguel Rodríguez)

Tras un par de horas de viaje, a primera de hora de la mañana estábamos en una zona de campos de cultivo toledana salpicadas de tierras aradas y de barbechos en busca de los carambolos. Los minutos pasaban y no éramos capaces de ver a estos precioso limícolas de marcadas cejas terminadas en V en la nuca y con bonitos tonos rojizos en la tripa. Varios cambios de zona por los diversos caminos del lugar sin resultado (si que vimos Avutardas Comunes) y el tiempo pasaba sin disfrutar del objetivo del viaje. Pasadas las 11 (dos horas desde la llegada) decidimos hacer un último intento por un camino paralelo al que habíamos estado recorriendo y cuando ya estábamos apunto de hacer un descanso hasta la tarde, en mitad del camino apareció un precioso Carambolo. Una mirada al campo cercano y vimos como todos los terrones del campo tomaban vida y empezaban a moverse. Contamos uno a uno el grupo y descubrimos que teníamos (menuda pasada) 86 morinellus frente a nosotros. La alegría acumulada de la mañana brotó y la emoción se apoderó de los tres (aunque Eneko había tenido un percance en ese instante). Estuvimos 20 minutos disfrutando de nuestro nuevo bimbo antes de dejarlos en el campo donde los descubrimos. Sólo puedo poner un pero a la observación y es que nos pilló con un contraluz muy grande y por ello las foto no describen la preciosidad de estos viajeros que se han grabado en mi diario personal. 













Mucho ánimo a tod@s

Gracias por seguir el blog

Saludos Abulenses

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