Estamos en pleno paso prenupcial y eso se nota en cada salida al campo. La primavera nos trae hasta nuestras latitudes aves que descansan en su camino a sus lugares de cría y otras que llegan para reproducirse a nuestro alrededor. La semana pasada he hecho alguna salida esporádica mientras estaba con los niños para disfrutar de los paseriformes que están ahora en el entorno del Adaja tanto a su paso por la capital como por El Fresno. El fin de semana he cambiado de ambiente y me he pasado por los páramos del entorno de mi pueblo segoviano.
En las orillas del Adaja he podido ver como han llegado a sus taludes los abejarucos (Merops apiaster) o los aviones zapadores (Riparia riparia). Las orillas ya se tiñen del amarillo de las lavanderas boyeras (Motacilla flava iberiae). Y en las ramas de los fresnos, sauces y álamos ya cantan los mosquiteros papialbos (Phylloscopus bonelli) mientras sus primos musicales siguen su camino junto a los papamoscas cerrojillos (Ficedula hypoleuca) y al protagonistas de las siguientes imágenes. El colirrojo real (Phoenicurus phoenicurus) es un precioso pajarillo en el que predominan los tonos anaranjados, en el caso de esta hembra,, en el vientre y la preciosa cola que le da nombre. Si hace unos días pudimos ver un macho, con su cara negra, el pasado jueves vimos esta hembra que nos dejo disfrutar a placer de su compañía antes de seguir hacia bosques atlánticos del norte de la Península o más al norte para criar.
Ya por tierras segovianas, donde he disfrutado de mi gente en el pueblo, me he pasado por algunos de los páramos salpicados de sabinas y enebros donde he podido ver como ya se encuentran afanadas en la reproducción muchas especies de estos ambiente. Además de escuchar (no se dejó ver esta vez) como nunca a la joya del lugar, la alondra ricotí, pudimos ver todos los alaúdidos presentes: cogujadas común y montesina, Alondra común, alondra totovía y las más blanquita de todas. Un par de terreras comunes (Calandrella brachydactyla)se movían entre las hierbas que alfombran el suelo del páramo. Para mi son las más bonitas de su familia con el blanco de sus partes inferiores y la pequeña macha negra de los lados de la garganta.
En su mismo hábitat pero la mayoría de las veces sobre un matorral o las agujas de los enebros hemos visto otras especies recién llegadas. Vimos varias parejas de Alcaudón común (Lanius senator) y un buen número de un ave espectacular con su plumaje anaranjado y con sus alas y su careta (o antifaz) negro. Las collalbas rubias occidentales (Oenanthe hispanica) poblaban el páramo con su canto y su bonito plumaje dejándonos ver su llamativa cola cuando volaba de un lugar a otro para seguir con la serenata.
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