Svi-svi-svi-svi-svi. Este canto silábico es uno de los sonidos del bosque durante la primavera. El responsable de que ese sonido llene cada salida por los bosques de ribera del Adaja, por los robledales de la cara norte de la Paramera o por los pinares de las Sierras abulenses, es un pequeño pajarillo de apenas 8 gramos de peso. EL mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli) es un diminuto pajarillo que combina los tonos verdosos de la parte superior de su plumaje con las zonas inferiores de un llamativo blanco y las patas oscuras. En la cara luce una brida pálida que le da una cara muy amigable.
Este viajero retorna a nuestros bosques en los meses primaverales, cuando se deja ver y sobre todo escuchar a placer, después de regresar de su largo viaje a tierras africanas donde inverna en zonas al sur de Sáhara (desde Senegal al Chad) donde viaja de nuevo en los meses de agosto y septiembre. Es increíble pensar como estos pequeños paseriformes son capaces de recorrer miles de kilómetros atravesando el Estrecho o zonas del desierto en busca de lugares donde los insectos prosperen cunado en nuestra latitud el frío no los deja prosperar. Es una gozada seguirlos en su nervioso movimiento sobre las ramas de los árboles donde se esconde.
Mucho ánimo a tod@s
Gracias por seguir el blog
Saludos abulenses