Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

lunes, 27 de febrero de 2023

VOLANDO BAJO EL AGUA

 Cuando escuchamos hablar de que algunas aves vuelan bajo el agua la gente suele pensar en la lejana Antártida y en sus pingüinos y muy poca gente se va a un pajarillo espectacular que tenemos en los tramos altos de nuestros ríos y que es capaz de bucear en las aguas que bajan de nuestras montañas. Y ahora estos nadadores están afanados en preparar sus nidos en las orillas de los ríos para empezar una nueva época de reproducción de la que salgan nuevos torpedos submarinos. 

El mirlo acuático (Cinclus cinclus) es un ave muy ligada a los ríos de montaña siendo un gran bioindicador del buen estado de los mismos de los que depende por completo para alimentarse de invertebrados (larvas de efímeras, moscas de la roca, etc)que busca mientras bucea antes de posarse en alguna de las rocas que afloran por encima de las fuertes corrientes donde vive. Es un ave rechoncho y de alas cortas de colores pardo oscuros en las que destaca su llamativo pecho blanco. En la Península se distribuye por la mayoría de sistemas montañosos con mayor frecuencia en la zona norte y noroeste siendo más raro en el este y sur de la misma. 

A éste precioso ejemplar lo pudimos ver y disfrutar como pocas veces en la redescubierta por mi parte, nueva para mi familia, Sierra de Guadarrama.






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miércoles, 22 de febrero de 2023

DE NUEVO TRAS LAS GANGAS

 Hay especies que se nos van, que van directas al abismo en nuestra Comunidad  y en la Península; y sin embargo no ocupan portadas ni aglutinan grandes esfuerzos por revertir esa tendencia. En esa encrucijada están muchas de las aves ligadas a los medios esteparios. Sisones, aguiluchos, alcaravanes o cernícalos primillas son aves cuya tendencia es claramente descendente ya que han visto como los cambios en el uso del campo ha cambiado muchos de sus hábitat haciendo que sus poblaciones se resientan. 

La protagonista de hoy es una de esas aves que tiene un declive muy importante en nuestro territorio. En Ávila desapareció como reproductora hace ya unos años y las observaciones que hay es de algunos ejemplares aislados o pequeños grupos que no se mantienen en el tiempo. Además  también en Castilla y León la situación de la ganga ibérica (Pterocles alchata) es crítica con una pequeña población reproductora.  

Este pteroclido, de canto característico, tiene sus áreas de cría en estepas del norte de África, de Oriente Medio, en la Península Ibérica y una pequeña población en Francia. En nuestro territorio estas gangas  se distribuyen entre la Meseta, el valle del Ebro y la Mancha. En estos lugares luce su precioso plumaje en el ambos sexos son de colores  parecidos pero el de los machos es más intenso y el de las hembras es más tenue y apagado. El macho luce una preciosa cara de color naranja, collar negro y el pecho de un rojo intenso limitado por dos bandas negras. La hembra tiene los mismo colores pero más pálidos y ambos lucen una llamativa tripa blanca que las delata cuando se separan del suelo para volar y posarse en los campos agachándose para tratar de pasar desapercibidas.

En invierno se reúnen en grupo, que antes llegaban a varias centenas en algunos puntos de la geografía ibérica , y precisamente uno de esos grupos es el que fuimos a buscar Eneko y yo el pasado lunes aprovechando que los carnavales nos daban un par de días de relax. Para ello fuimos a una zona con el hábitat adecuado para ver si Eneko bimbaba la especie. y fue llegar y disfrutar de ellas de una manera espectacular pues un grupo de 13 ejemplares descansaban en un campo cercano al camino. Se mantuvieron tranquilas mientras nosotros (desde una distancia prudencial) nos deleitábamos con ese precioso plumaje que os he contado. Pasado un largo rato se movieron a un campo cercano y eso nos permitió prospectar otros puntos donde pudimos ver un grupito de 4 machos y una pareja que estaban difíciles de ver  pues se agachaban para pasar inadvertidas.

No quisimos ser molestia para ellas y nos marchamos de allí con una gran alegría de poder disfrutar de esa observación juntos y Eneko además de por poder sumar la especie a las observadas por poder ver también por primera vez a las palomas zuritas que por allí se movían.






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martes, 14 de febrero de 2023

INVIERNO EN LA MORAÑA

 La comarca de la Moraña se sitúa al norte de la provincia limitando con las provincias de Valladolid y Salamanca. Es un vasto territorio donde predominan las zonas esteparias y de campos de cultivo salpicadas por pinares isla y repletas de pequeñas lagunas y lavajos estacionales. Cualquier época del año es una gozada recorrer algunos de sus humedales (con la laguna de el Oso como bandera), visitar alguna de las masas de pino resinero o perderse por las enormes planicies. Ahora en invierno son muchas las aves que puedes descubrir en alguna de estas salidas y las que os voy a contar representan esta zona a la perfección.

Empezamos en los humedales y con una especie referente hasta ahora de los inviernos castellanos que no pasando mucho tiempo será una imagen en el recuerdo de los que hemos visto grupo de varios cientos o miles de ellos en los campos abulenses, zamoranos o palentinos. El ánsar común (Anser anser) es un invernante cada vez más escaso debido  a la subida de la temperatura global que favorece que los grandes grupos de estos gigantes entre los patos, se queden en latitudes más norteñas a pasar los mese fríos. Apenas 3 centenas ha sido el número máximo de ellos este año en el Oso de los que ahora quedan algunos menos. Difícil será ver las entradas de los grandes grupos a dormir en la laguna y su estruendo dejará de sonar no tardando mucho en las tardes rojizas.





Con ellos las más ruidosas de la Moraña. Las damas grises también eligen el las lagunas de El Oso para dormir y en este caso aún se puede disfrutar de lo lindo con la entrada de los grandes grupos en el ocaso del día. De hecho ha seguido el camino opuesto a los gansos pues este año hemos tenido, y tenemos, más de 1000 grullas (Grus grus) invernando en este paraíso. Cunado el día nace las estruendosas trompeteras se van a los campos de cultivo, principalmente ratrojeras de maíz, para alimentarse durante el día y cuando las sombras van ganando la batalla a las luces regresan al humedal rompiendo el silencio que solo el viento se atreve a romper.





En las zonas esteparias y los campos de cultivo aparece la reina. El ave más grande capaz de volar tiene en este rincón del territorio abulense un lugar donde no solo pasar el invierno sino que, no tardando mucho, las llanuras se llenarán de leks donde los enormes barbones se luzcan ante las hembras. Mientras tanto las avutardas (Otis tarda) se agrupan en algunas zonas concretas a pasar los meses fríos. Si tienes suerte de descubrir alguno de estos grupos es una auténtica gozada disfrutar de esta gigante entre nuestras aves.




En casi cada rincón de la orografía morañega aparece una ave llegado del frío. O eso dice su nombre. Su enorme penacho y ese patrón de colores donde negro y blanco parecen coparlo todo pero donde si te paras a observar aparecen el morado o iridiscencias de varios colores delatan al avefría (Vanellus vanellus) en muchos de los campos donde han llegado empujadas por el frío (este año hubo una entrada enorme de esta especie a mediados de diciembre).




Y rara es la salida por los campos morañegos donde no se pueda disfrutar de las reina de los cielos. El emblema de la avifauna ibérica que tiene en algunos pinares isla un buen lugar donde criar y los campos o humedales cercanos como zona de campeo donde atemorizar a todos los habitantes alados del lugar. Disfrutar del vuelo o la silueta del Águila imperial ibérica (Aquila adalberti) es un enorme colofón a un recorrido por el invierno de la Moraña. 



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lunes, 6 de febrero de 2023

TRIDÁCTILA Y ENANA

 Lo que os voy es uno de esos momentos que no se olvidan con facilidad pues pudimos ver en un mismo momento y en una pequeña laguna dos especies de gaviotas pelágicas que con la llegada de los temporales a la costa cantábrica se refugiaron en las charcas del Sorbal, en Santoña. Y la suerte hizo que ese fin de semana (de mediados del mes de enero) estuviésemos por allí unos amigos abulenses. Tras recorrer varios de los lugares de este paraíso y de ver algunas de las delicatessen del estuario nos acercamos a las charcas cercanas al Dueso para ver si veíamos algunas gaviotas que allí van a quitarse la sal o a beber ya que son el punto de agua dulce más cercano a la bahía. 

Nada más llegar vimos gran cantidad de gaviotas chapoteando o refrescándose y empezamos a buscar alguna de las grandes en busca de alguna cachinnans o argentea pero solo vimos las habituales patiamarillas y sombrías. Un vistazo al fondo de la charca y saltó la primera de las sorpresas. Su silueta chocaba con las reidoras que la rodeaban pues tenía la cabeza agachada mientras nadaba a izquierda y derecha. El pico amarillo me dio un subidón pues teníamos ante nosotros un precioso adulto de gaviota tridáctila (Ryssa tridactyla). Este lárido es una de las más pelágicas de las gaviotas pues en el paso e invernada, que es cuando nos visita ya que las colonias de cría gallegas son historia, suelen estar mar adentro acercándose a la costa cuando los vientos les empujan. Disfrutamos muchísimo de la observación y el único pero de ello es que no me pudo acompañar Eneko.





Tras la preciosa viajera venida de algunos de los acantilados del norte de Europa me puse a buscar otra de las gaviotas pelágicas que además sabíamos que andaba por la zona pues se había citado esa misma mañana. Entre las numerosas reidoras pude identificar al más pequeño de nuestros láridos mientras se escondía en una zona con vegetación alustre. Allí estaba la enana (Hidrocoloeus minutus) con su característica silueta  y ese tamaño tan llamativamente pequeño. Una vez se puso a volar pudimos ver el espectacular diseño de sus alas oscuras en el underwind mientras se lanzaba sin parar a la laguna en busca de invertebrados que comer. 






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miércoles, 1 de febrero de 2023

ESCRIBANOS CERILLOS Y OTROS PAJARILLOS

 Hace unos días hablaba con un amigo que  este invierno no habíamos localizado  ningún escribano cerillo (Emberiza citrinella) en los dos sitios habituales para la especie por lo que nos preguntábamos si habrían llegado desde las zonas más septentrionales y si era así donde podrían estar. Paralelamente una amiga me envió alguna foto para identificar de un escribano que resultó ser uno de estos cerillos. Me dijo que los estaba viendo en una zona a pie de Sierra (en la Serrota) y que había varios en el entorno de un robledal adehesado rodeado de campos de cultivo.

El viernes pasado Eneko y yo, pese al frío que hacía, nos acercamos al entorno donde Paloma nos había dicho que andaban estos preciosos viajeros llegados de las zonas de media montaña del norte de la Península y de Europa. No tardamos en dar con un grupo de paseriformes que llenaban cada rama de un grupo de arbustos. En un primer vistazo descubrimos que casi todos (alrededor de 120 ) eran Gorriones morunos (Passer hispanolensis) pero había dos que destacaban entre ellos por su precioso plumaje amarillo siendo uno de ellos del color del limón. Al instante supimos que estábamos ante lo que íbamos buscando y ellos cumplieron con su parte pues no se movieron de la maraña de ramas donde reposaban. Mirando con más detalle pudimos ver otro más en esa rama. Pero al volar hacia los viejos robles pudimos ver que había alguno más.

Se posaron junto a los morunos y algunas otras especies en unos campos cercanos y así pudimos ver que los acompañaban algunos escribanos montesinos, varios jilgueros y bastantes pinzones vulgares. Volvieron a volar y se subieron a las ramas desnudas de los robles y pudimos ver el preciosos obispillo rojo que lo diferencia de cualquier otro escribano (sobre todo del soteño). Además descubrimos un precioso pinzón real (Fringilla montifringilla) que los acompañaba. Volaron de nuevo y se unieron a otro grupo que se alimentaba en el campo.

Caía la tarde y había que regresar. Al volver sobre nuestros pasos vimos que todos los pajarillos del lugar se amontonaban de nuevo en los arbustos. Esta ves pudimos ver con detenimiento al grupo. Logramos contar hasta 12 cerillos en una de la zona de arbustos mientras que en otra más lejana había al menos otros 9 entre los más numerosos gorriones morunos a los que se sumaron algunos gorriones chillones (Petronia petronia). Allí los dejamos a los 21 cerillos y nosotros volvimos muy contentos de haber dado con el lugar donde estos preciosos escribanos están pasando el invierno. 


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)

Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella) con gorriones morunos


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)


Escribano cerillo (Emberiza citrinella)

Gorrión moruno (Passer hispanolensis)


Gorrión moruno (Passer hispanolensis)

Gorrión moruno (Passer hispanolensis)

Gorrión moruno (Passer hispanolensis)


Pinzón real (Fringilla montifringilla)

Pinzón real (Fringilla montifringilla)

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