La invernada pronto llegará a su final y con ella nos despediremos de aquellas viajeras que llegadas de tierras del norte de Europa hasta nuestras latitudes para pasar estos meses en teoría fríos pero que este año no lo han sido tanto. Todas las invernantes son especiales por el largo camino que emprenden cada año y entre ellas las marinas que recalan en la costa cantábrica siempre son muy agradecidas cuando, en sentido contrario que ellos, los del interior peninsular subimos a la costa cantábrica. Vamos con estas especies que disfrutamos en Santoña a principios de mes.
Uno de los más esperados es uno de los patos más bellos. Suele ser anual en la bahía pero no por ello es excepcional disfrutar de ella. Este año ha invernando una hembra de pato havelda (Clangula hyemalis) con sus colores marrones en dorso y la espectacular cabeza blanca con la mejilla oscura. Se movía por la zona de Montehano y nos dio un espectáculo inolvidable cuando estábamos en los diques del Monasterio, cuando se acercó a escasos metros de nosotros para poder ver a este pato, que cría en la heladoras aguas (costeras y de interior) del Ártico.
El segundo de los patos tiene un poco de trampa. Es cierto que la especie tienen su área de distribución en época reproductora en las costas del norte de Europa, Islas Británicas, Asia, Groenlandia o América pero el ejemplar que vais a ver es el más famoso eider común (Somateria mollissima) pues lleva viviendo en el estuario desde el año 2016, cuando bajo integrado en un grupo de 5 individuos volviendo el resto a sus zonas de cría. Es un ave de costumbres y no falla, cuando la marea sube , en el entorno de la Arenilla. En invierno luce espectacular con su plumaje negro y banco donde resalta el amarillo de su espectacular pico.
Avanzamos con otro de los más buscados. Por toda la bahía podemos disfrutar de innumerables zampullines cuellinegros de cabeza redondeada y mejilla difusa. Entre ellos tratamos de encontrar al más escaso zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) con su cabeza plana y su mejilla blanca. Suele invernar un grupo de 5 ejemplares como máximo cada año y este invierno han sido tres lo que han vuelto a elegir la zona de Montehano. Su plumaje invernal es más recatado que el que luce durante el periodo de cría cuando llena los lagos de Escandinavia o Rusia.
Termino con las más numerosas del lugar. Año a año marcan récords de ejemplares sobrepasando este año los 1100 individuos. Las barnaclas carinegras (Branta bernicla) llegadas de latitudes muy al norte de Europa en busca de las praderas de salicornia de la bahía. Cuando la marea está alta suelen descansar cerca del Puntal para llenar con su negro plumaje las islas que quedan ala descubierto cuando las aguas se retiran.
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