Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

martes, 27 de febrero de 2024

LOS INVERNANTES MÁS ESPECIALES

La invernada pronto llegará a su final  y con ella nos despediremos de aquellas viajeras que llegadas de tierras del norte de Europa hasta nuestras latitudes para pasar estos meses en teoría fríos pero que este año no lo han sido tanto. Todas las invernantes son especiales por el largo camino que emprenden cada año y entre ellas las marinas que recalan en la costa cantábrica siempre son muy agradecidas cuando, en sentido contrario que ellos, los del interior peninsular subimos a la costa cantábrica. Vamos con estas especies que disfrutamos en Santoña a principios de mes.

Uno de los más esperados es uno de los patos  más bellos. Suele ser anual en la bahía pero no por ello es excepcional disfrutar de ella. Este año ha invernando una hembra de pato havelda (Clangula hyemalis) con sus colores marrones en dorso y la espectacular cabeza blanca con la mejilla oscura. Se movía por la zona de Montehano y nos dio un espectáculo inolvidable cuando estábamos en los diques del Monasterio, cuando se acercó a escasos metros de nosotros para poder ver a este pato, que cría en la heladoras aguas (costeras y de interior) del Ártico. 

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

El segundo de los patos tiene un poco de trampa. Es cierto que la especie tienen su área de distribución en época reproductora en las costas del norte de Europa, Islas Británicas, Asia, Groenlandia o América pero el ejemplar que vais a ver es el más famoso eider común (Somateria mollissima) pues lleva viviendo en el estuario desde el año 2016, cuando bajo integrado en un grupo de 5 individuos volviendo el resto a sus zonas de cría. Es un ave de costumbres y no falla,  cuando la marea sube , en el entorno de la Arenilla. En invierno luce espectacular con su plumaje negro y banco donde resalta el amarillo de su espectacular pico.


Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor

Foto: Eneko Leonor


Foto: Eneko Leonor

Avanzamos con otro de los más buscados. Por toda la bahía podemos disfrutar de innumerables zampullines cuellinegros de cabeza redondeada y mejilla difusa. Entre ellos tratamos de encontrar al más escaso zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus) con su cabeza plana y su mejilla blanca. Suele invernar un grupo de 5 ejemplares como máximo cada año y este invierno han sido tres lo que han vuelto a elegir la zona de Montehano. Su plumaje invernal es más recatado que el que luce durante el periodo de cría cuando llena los lagos de Escandinavia o Rusia.

Zampullín cuellirrojo (Podiceps auritus)

Zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis)

Termino con las más numerosas del lugar. Año a año marcan récords de ejemplares sobrepasando este año los 1100 individuos. Las barnaclas carinegras (Branta bernicla) llegadas de latitudes muy al norte de Europa en busca de las praderas de salicornia de la bahía. Cuando la marea está alta suelen descansar cerca del Puntal para llenar con su negro plumaje las islas que quedan ala descubierto cuando las aguas se retiran. 






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domingo, 18 de febrero de 2024

EL GIGANTE Y LAS ENANAS

Vamos con una entrada de gaviotas. Esas maravillosas aves, tan denostadas por muchos (pues no he tenido que explicar veces que no son malas sino que simplemente aprovechan las oportunidades que se les brindan) y que tanto nos dificultan a los pajareros en su identificación. Que bonito es ver alguna de las que te pone en jaque y tienes que estudiar hasta el último detalle de su plumaje para dar con su apellido. Y mucho más para los que vivimos tierra adentro y solo vemos gaviotas en condiciones algunas veces al año. Una de esas veces es nuestro viaje invernal a Santoña . Hoy voy con los dos extremos.

Impresiona ver el tamaño, corpulencia y robustez del mayor de los láridos que cría en nuestras costas con una envergadura  de más de 1,5 metros y un tamaño de hasta 75 cm. Sorprende ver ese enorme pico y sobresale sobre el resto de gaviotas el dorso completamente negro de los adultos del marinus. Si vemos con mas detalle al adulto de gavión atlántico  (Larus marinus) descubriremos sus bonitas patas rosas. A los individuos de primer invierno sin embargo los descubriremos en primer lugar por su enorme tamaño y su fuerte pico para luego fijarnos en algunas cosas más como sus terciarias para identificarlos. En la costa cantábrica tiene algunas parejas reproductoras pero su mayor población está en las costas europeas (desde Francia a Escandinavia pasando por las Islas Británicas) siendo más habitual en invernada en las tierras bañadas por el mar Cantábrico.




En las antípodas del marinus, hablando de tamaño, está la más pequeña de las gaviotas que tenemos por nuestras costas con una longitud de apenas 30 cm y una envergadura de hasta 70 cm. Las gaviotas enanas (Hydrocoleus minutus) son unas habituales durante la invernada en las costas ibéricas (sobre todo en el Mediterráneo) pudiendo verse además en otras localidades de interior en los pasos. Viajan desde los humedales de interior done crían en el norte y centro de  Eurasia hasta nuestra latitud perdiendo en invierno los adultos  su cabeza negra para cambiarlo por el píleo y una mancha en la mejilla del mismo tono. Su dorso gris contrasta con el de los jóvenes donde éste se salpica de negro. En las marismas de Parayas (Santander) pudimos ver un total de 4 ejemplares (2 adultos y 2 ejemplares de 1w (1er invierno).

Gaviota enana de 1w

Gaviota enana detrás de gaviota reidora

Gaviota enana de 1w

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jueves, 15 de febrero de 2024

" PAPÁ, CREES QUE VEREMOS ALGÚN ARAO COMÚN"

 El comentario del título de la entrada es una frase que me dijo Eneko cuando le confirmé que a principios de febrero íbamos a hacer nuestro viaje invernal a Santoña. Sabiendo como es el mundo de las aves solo pude decirle: "vamos en buena época pero con los álcidos no se sabe". Llegó el momento de recorrer este maravilloso lugar y las dudas de Eneko se resolvieron y solo con ver su cara me valió la pena el viaje.

Arao común (Uria aalge) a la derecha de un alca (Alca torda)

Este invierno está siendo excepcional en la arribada de araos comunes (Uria aalge) a las costas cantábricas ya que hay ejemplares de este álcido  blanquinegro y de pico fino venido de sus colonas de cría de las Islas británicas, Isandia y el norte de Europa, en muchas bahías, ensenadas o rías de las tierras donde el Cantábrico y el Atlántico acarician sus arenas. En el Estuario del Asón se han llegado a ver hasta 30 ejemplares y eso lo pudimos corroborar los tres días que estuvimos por allí. No había lugar de observación donde no viésemos araos y en algunos de esos puntos su número y cercanía eran sorprendente. Tristemente la cercanía  hacía  presagiar lo que día a día se ha confirmado y es que muchos de los ejemplares entraban en la bahía desnutridos y en malas condiciones hasta el punto de que no era extraño ver algún ejemplar muerto.

Es ésta una especie que siempre ha tenido para mí un aura especial, por varias cosas. Primero porque, al contrario de su primo el alca (Alca torda) no lo había visto mucho. También porque es una de esas especies que tengo en mi imaginario cuando la veía en la televisión en las enormes colonias de cría de Escandinavia, Islandia o las islas británicas. Por último, y creo que es la más importante, porque he soñado muchas veces que la colonia de cría que había en los islotes gallegos volvía a los acantilados de donde desaparecieron a principios de este siglo.

El más habitual, al menos para nosotros, Alca (Alca torda)

Imaginaros la sonrisa de Eneko cuando resolvimos su pregunta con lo que ahora vais a ver.















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sábado, 10 de febrero de 2024

ENTRE BISBITAS ANDA EL INVIERNO

Momento memorable el que hemos vivido el fin de semana pasado  por tierras cántabras. Hemos disfrutado de un viaje ornitológico con un buen grupo de amig@s abulenses por el paraíso invernal de Santoña y zonas cercanas. El objetivo del grupo era disfrutar de todos los invernantes que eligen la bahía pero personalmente tenía un objetivo muy claro. Quería ver dos de los bisbitas que se dejan ver en el invierno ibérico. En primer lugar quería bimbar un viajero excepcional que llega hasta los prados costeros del norte de la Península y que me había dado esquinazo en tres ocasiones; y por otro lado  quería ver al que tiene como lugar de descanso un sitio peculiar. . Y como dice el título, además este invierno he disfrutado de otros dos bisbitas habituales.

El bisbita de Richard (Anthus richardi) era mi objetivo prioritario este invierno y con las primeras luces del primer día en Cantabría ya estábamos de camino a una zona costera cercana a Liencres donde se estaban viendo varios ejemplares. Empezamos a prospectar los prados pero no había apenas movimiento. Cambio de zona y al  poco salieron volando dos ejemplares de este bisbita de mayor  tamaño que los pratenses y que reclamaron con su sonido de gorrión. Volaron sobre mi cabeza hasta que se posaron a escasos metros para deleite de todos nosotros. Fue una observación inolvidable donde pudimos ver su color uniforme en pecho y ripa, su macha en la garganta y esa pose que le mantienen erguido sobre la hierba. Es maravilloso disfrutar en la costa cantábrica de este viajero llegado de Asia (Siberia, Kazajstan y China). El viaje empezaba de manera inmejorable (gracias a nuestros amigos leoneses José Alberto e Iker por su ayuda).











El otro objetivo era disfrutar de los bisbitas costeros (Anthus petrosus) que tiene la plaza de toros de Santoña como lugar al que regresar tras alimentarse en algún punto de la bahía para descansar, bañarse o beber el agua dulce que se acumula en una zona de este peculiar lugar. A este bisbita que cría en las Islas Británicas o Escandinavia, se le suele ver cuando sobrevuela el puerto santoñés antes de posarse en el interior del coso y así es como los habíamos visto siempre. Pero en esta ocasión pudimos verlos desde dentro y observar su plumaje oscuro con un gran barreado en el pecho y tonos verdosos. Esperamos un buen rato cerca de las gradas donde los bisbitas entran a los charcos hasta que un grupo de 6 cayó del cielo y se posó en las roca de los asientos. Fue una observación inmejorable y una espinita que me quité (pues no los había visto posados). Fue un final de viaje enorme.







Para completar la terna de bisbitas de este invierno voy con los dos más habituales en estos meses por los humedales interiores. El bisbita alpino (Anthus spinoletta) hasta hace nada era considerado de la misma especie que el anterior. En el destaca su plumaje uniforme y una ceja muy marcada. Es un habitante numerosos en la primavera de las altas cumbres de las Sierras abulenses donde luce su bonito pecho rosado. En invierno además de cambiar de traje lo hace de lugar y baja a zonas de menor altitud para mezclarse con los pratensis en las orillas de charcas y lagunas. A este ejemplar lo vimos en el humedales de Salburua en el mes de diciembre.










Para terminar voy con el más común de los bisbitas. Este año está siendo más flojo de lo normal en el número de bisbitas pratenses (Anthus pratensis) pero aun así no hay salida al campo donde no vea alguno de ellos. Los puedes ver en descampados de la capital abulenses a parques periurbanos, a humedales morañegos o laderas de media montaña. Es un bisbita de tonos ocre anaranjados con el pecho estriado y una bigotera muy marcada. Es muy fácil de ver y más aún de escuchar cuando sale volando de algún prado  dejando ver sus rectrices externas blancas (lo que comparte con el richardi y el spinoletta siendo el del petrosus grises). Disfrutad de esros ejemplares vistos en la laguna de El Oso.










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