Hemos pasado unos días por tierras cántabras para descansar y disfrutar de todo lo que esta bonita zona y su gente ofrece. Como siempre he sacado algunos momentos para pajarear y ver algunas especies que no puedo ver por aquí. Voy a empezar con la salida que más me interesaba pues bimbé una especie que llevaba tiempo queriendo ver aunque otra se me escapó.
El lugar elegido fue el Parque Nacional de Picos de Europa y más en concreto, Fuente Dé. Gracias a la información de Alberto Benito y Jose Alberto Fernández la salida fue espectacular a pesar de que uno se me escapó.
Tenía 4 objetivos para ese día y no tardaron en aparecer. Para nos que no conozcan el lugar decir que llegas con el coche hasta unos 1100 metros de altitud y allí coges el Cable, que no es mas que un teleférico de 1400 metros de longitud con el que salvas un desnivel de mas de700 metros para llegar cerca de los 1900. Nada mas dejar el cable aparecieron las primeras protagonistas del día: las Chovas Piquigualdas.
Una decena de ellas pululaban por la estación de arriba en busca de algún resto de comida de los visitantes. Destaca en ellas su precioso pico amarillo sobre el negro plumaje. A lo largo del paseo vimos varias más que pasaban sobre nosotros .
El segundo objetivo tampoco se hizo de rogar. En el entorno de la estación, entre las rocas del suelo un pajarillo se afanaba en llenar su pico de insectos sin que ninguno de los paseantes reparase en él. Pero nada mas verlo supe que tenia ante mis ojos un precioso Acentor Alpino. Este ave cría en zonas de rocas de alta montaña donde luce su preciosa tripa rojiza. A lo largo del día vimos otro bonito ejemplar a la misma tarea.
Pero el que mas ilusión me hizo ver fue el tercero de los objetivos ya que era un bimbo (especie nueva) para mi. Nada más comenzar la ruta , que lleva desde la estacion a los Horcados Rojos, pasaron sobre nosotros dos Gorriones Alpinos a gran altura. Ya estaban vistos pero queríamos verlos mas de cerca y en un punto del recorrido dos ejemplares se alimentaban a escasos metros del camino.
Pudimos disfrutar de ellos largo rato mientras buscaban alimento entre la vegetación para subirse, y mostrar su belleza, a las rocas que se encontraban en su camino. Finalmente echaron a volar y se fueron a los prados a unirse a un grupo de unos veinte que volaban de un lado a otro al paso de algunas personas. Primera vez que vi a este espectacular habitante de las altas cumbres.
El día quedó un poco incompleto pues el cuarto no apareció. Y no fue por falta de insistencia ya que estuvimos hora y media buscando entre las rocas y las paredes de la zona de la Vueltona. Pero no apareció, quizá por la hora (14:00) o quizá por la afluencia de gente (era sábado) el Treparriscos no se dejó ver. Esto hace que tenga que volver en otra ocasión y así podré disfrutar de nuevo de este precioso lugar, tanto por su paisaje como por sus habitantes
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses