Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

lunes, 6 de febrero de 2023

TRIDÁCTILA Y ENANA

 Lo que os voy es uno de esos momentos que no se olvidan con facilidad pues pudimos ver en un mismo momento y en una pequeña laguna dos especies de gaviotas pelágicas que con la llegada de los temporales a la costa cantábrica se refugiaron en las charcas del Sorbal, en Santoña. Y la suerte hizo que ese fin de semana (de mediados del mes de enero) estuviésemos por allí unos amigos abulenses. Tras recorrer varios de los lugares de este paraíso y de ver algunas de las delicatessen del estuario nos acercamos a las charcas cercanas al Dueso para ver si veíamos algunas gaviotas que allí van a quitarse la sal o a beber ya que son el punto de agua dulce más cercano a la bahía. 

Nada más llegar vimos gran cantidad de gaviotas chapoteando o refrescándose y empezamos a buscar alguna de las grandes en busca de alguna cachinnans o argentea pero solo vimos las habituales patiamarillas y sombrías. Un vistazo al fondo de la charca y saltó la primera de las sorpresas. Su silueta chocaba con las reidoras que la rodeaban pues tenía la cabeza agachada mientras nadaba a izquierda y derecha. El pico amarillo me dio un subidón pues teníamos ante nosotros un precioso adulto de gaviota tridáctila (Ryssa tridactyla). Este lárido es una de las más pelágicas de las gaviotas pues en el paso e invernada, que es cuando nos visita ya que las colonias de cría gallegas son historia, suelen estar mar adentro acercándose a la costa cuando los vientos les empujan. Disfrutamos muchísimo de la observación y el único pero de ello es que no me pudo acompañar Eneko.





Tras la preciosa viajera venida de algunos de los acantilados del norte de Europa me puse a buscar otra de las gaviotas pelágicas que además sabíamos que andaba por la zona pues se había citado esa misma mañana. Entre las numerosas reidoras pude identificar al más pequeño de nuestros láridos mientras se escondía en una zona con vegetación alustre. Allí estaba la enana (Hidrocoloeus minutus) con su característica silueta  y ese tamaño tan llamativamente pequeño. Una vez se puso a volar pudimos ver el espectacular diseño de sus alas oscuras en el underwind mientras se lanzaba sin parar a la laguna en busca de invertebrados que comer. 






Gracias por seguir el blog

Saludos abulenses

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