Unos días antes de terminar el año decidimos hacer la última salida pajarera fuera de nuestra provincia a un lugar habitual en invierno. Las lagunas de Villafáfila es uno de esos paraísos ornitológicos que nunca defrauda a pesar de que ya quedaron atrás los años en que miles de ánsares comunes (hasta casi 40.000) poblaban cada campo de la Reserva y entraban a dormir a la Salina Grande. Me da una gran pena que Eneko no pueda verlo y me hace pensar en que más cosas no verá por el maltrato a que sometemos a nuestro hogar.
Este año este rincón zamorano está rebosante de agua gracias a las últimas lluvias y con ello también se ha llenado de aves con buenos números de anátidas de superficie ( especialmente los tarros blancos) contrasta con la de buceadores de las que cada vez llegan menos a éste y otros puntos castellanos y leoneses. Pero si hay una especie que está dando un espectáculo brutal son los chorlitos dorados europeos ( Pluviais apricaria). La culpa de ello la ha tenido una fuga de tempero por la que miles de chorlitos y avefrías han hecho movimientos migratorios a mediados de diciembre por la encadenación de nevadas y temperaturas bajo cero en el centro de Europa que ha impedido que se pudiesen alimentar allí donde estaban preparados para pasar el invierno.
Se empezaron a ver a miles en la cornisa cantábrica con episodios de 10.000 aves en la rasa asturiana. En el interior la cosa se animaba también y en Ávila unos amigos (Cruz González y Arón Blázquez) vieron 365 ejemplares mientras el resto de zonas húmedas se llenaban de oro. En las Lagunas de Villafáfila se contaron 9.500 a mediados de diciembre y cuando fuimos pudimos constatar que los grupos de la especie eran impresionantes. En la laguna de Barillos no dejaban de volar grandes grupos y por todos los lados volaban ejemplares reclamando para llenar el cielo de puntos que de vez en cuando se posaban para nuestro deleite. Estimamos unos 4.000 ejemplares (una estima a la baja pues a lo lejos veíamos más grupos volar).
Esta especie siguió siendo protagonista en la Salina Grande pues desde el puente romano pudimos estimar 2.000 ejemplares más ( de nuevo fue complicado pues comenzó a llover). Unos días después y gracias a un enorme trabajo de Alfonso Rodrigo se han podido contar los chorlitos de toda la Reserva y el número es realmente increíble pues se contaron 31 .254 ejemplares lo que la convierte en cifra récord para el lugar y una de las mayores (si no la que más) de los datos que se tienen.
Este espectáculo dejó en un segundo plano los verdaderos objetivos de nuestro viaje que no era otro que poder ver los dos ánsares campestres de la tundra (Anser serrirostris) que han llegado a la Reserva junto a los pocos Ánsares comunes (apenas 600) y la veintena de Ánsar careto grande. No fue difícil dar con ellos pues esos pocos gansos se alimentan entre la Salina Grande y Barillos. Y en esta última pudimos ver a estos ánsares de tamaño ligeramente menos, patas anaranjadas y picos oscuros. La foto es horrible pues estaban muy lejos (están en el centro).
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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