Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

lunes, 19 de agosto de 2024

VIAJE CÁNTABRO: LA SIERRA DE LA VIDA

Como todo verano el norte de la Península ha sido el lugar elegido para nuestro viaje familiar, la zona oriental de esta Comunidad fue la seleccionada para pasar el inicio del estío y la localidad de Laredo el sitio donde hemos tenido la caravana alojada durante tres semanas. Al este del pueblo hemos descubierto, gracias a la ayuda de nuestro amigo Ernesto, un sitio maravilloso donde el mar y la costa se unen con los acantilados y las rocas: la Sierra de la Vida. En dos ocasiones pudimos pasear por allí y descubrir a las aves que en época veraniega moran en  este lugar.

En la zona de pradera vimos al primero de los objetivos del lugar. Posado en los matorrales y helechos que salpicaban la zona herbácea estaba una familia de alcaudones dorsirrojos (Lanius collurio). Mientras el macho adulto, mostrando su antifaz negro sobre una cabeza gris-azulada y el herrumbroso dorso que le da nombre y la hembra de tonos rojizos oteaban desde lo alto, los jóvenes le seguían para pedirles alimento. Se mantuvieron muy cerca de nosotros y nos dejaron disfrutar muchísimo de esta especie que vemos en las sierras abulenses desde tiempos recientes. 

Siempre que los veo me viene a la cabeza la "locura" de migración que hace esta especie y que le lleva a las Península Itálica en su viaje al este de África. En nada abandonarán  nuestros campos para volver al año siguiente para llenar de rojo los matorrales.







Para los pajareros hay especies que cuestan ver en algunos momentos y que en un momento dado, sin un por qué, lo empiezas a ver por todos los lados. Eso nos ha pasado con el bisbita arbóreo (Anthus trivialis). En nuestros anteriores viajes a Cantabria apenas los habíamos visto pero este año lo hemos visto en varias de nuestras salidas. En esta ocasión lo vimos en un lugar que  no hace honor a su nombre ya que estaba en el borde del acantilado en una zona con algunos matorrales bajos y una zona de merendero. Para nuestro asombro lo vimos a placer posado en unos postes de madera.




Vecinos del bisbita era una familia de Curruca rabilarga (Curruca undata). Hasta cinco ejemplares de esta preciosa especie, con al menos 3 jóvenes, pudimos ver escondidos entre las puntiagudas ramas de la vegetación de la rasa. no se mostraron mucho, algo que es normal en las especies de currucas, que confían mucho en las ramas donde viven pues pocas veces salen de ellas. Cuando lo hicieron pudimos disfrutar de su espectacular ojo rojo que destaca sobre su plumaje con las partes superiores gris y las inferiores granates. 






La nómina de pajarillos del lugar lo completaban algunos habituales de estos hábitat costeros como las tarabillas comunes, las omnipresentes currucas capirotadas, los diminutos chochines, las ruidosas chovas piquirrojas y una solitaria buscarla pintoja. Pero si hay algo que es significativo en este  lugar de la costa oriental es que está al lado del Monte Candino, donde se encuentra la única colonia de buitre leonado a nivel del mar. Es una auténtica gozada ver los grandes leonados volando con el mar como telón de fondo. Y con estos gigantes está su pariente más pequeño, con algunas parejas en este mismo lugar,  y nosotros tuvimos la suerte de que los dos adultos de alimoche (Neophron percnopterus) nos sobrevolasen muy cerca.




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Saludos abulenses

viernes, 9 de agosto de 2024

120 CHARRANCITOS EN ROSARITO

 Julio es el mes de los charrancitos comunes (Sternula albifrons) en la provincia abulense. Y lo es en el sitio de referencia para este pequeño estérnido de pico amarillo y capirote negro: el embalse del Rosarito, en Candeleda. Hace ya un mes, al inicio de julio, ya se vieron algunos ejemplares en su sitio habitual (César San segundo) pero es el final de este mes cuando los números de estos pequeñines se disparan. Un día antes de que fuésemos nosotros ya superaban el centenar (Miguel Martín y Luis Jesús Martín) y el primer día de agosto pudimos disfrutar de un número tan excepcional como 120 individuos.

Fuimos a la zona donde se les ve cada verano, llegados de algún lugar donde cría (en la parte abulense no lo hacen) y nos dispusimos a disfrutar de ellos. Vimos algunos de ellos volando y lanzándose en picado a por los pececillos de los que  se alimentan. Pero el número más espectacular descansaban sobre las piedra de la orilla. Allí cogían fuerza para seguir pescando mientras nos hacían más fácil observar sus características. En algún momento, y al paso de algún milano negro, levantaban el vuelo todos juntos y se movían al unísono antes de volver a posarse de nuevo. Fue en momentos de descanso cuando pudimos contar ese extraordinario número.








Pudimos maravillarnos con los lances de pesca de estos viajeros que crían en colonias en orillas de lagos y lagunas  de Eurasia, África u Oceanía, mientras que el invierno lo pasan en el sur de la Península o en el continente africano. Suele aparecer en zonas costeras aunque hay lugares de interior donde son habituales como es este embalse del sur abulense. En Rosarito se  los números son excepcionales además de ser el mejor punto de la región donde observarlos. 
















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jueves, 1 de agosto de 2024

UN TEMPRANERO TEMMINCKII

Hoy pretendía ser un día de descanso tras regresar de mi refugio sepulvedano y nada más lejos de la realidad. A mediodía saltaba la cita, de Víctor Coello, de correlimos de temminck (Calidris temminckii) en la laguna de San Bartolomé, en Maello. A última hora de la tarde, cuando el excesivo calor amainaba, Juanra, Eneko y yo nos hemos acercado a  esta pequeña laguna situada en el límite con la provincia de Segovia.

La laguna está prácticamente llena aunque hay una zona de orilla con limos donde se movían varias decenas de limícolas . Lo primero que nos sorprendió fue un gran grupo de andarríos chico (Actitis hypoleucos) que descansaba en orillas y base de la torre de alta tensión. En al parte opuesta de nuestra posición una pareja de cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus) acompañaban a sus dos jóvenes del año. Salpicados entre los andarríos chicos había alguno grande (Tringa ochropus), un buen puñado de chorlitejos chicos (Charadrius dubius) y un solitario chorlitejo grande (Charadirus hiaticula).

En una pequeña charca formada en la orilla estaba el objetivo de la tarde. Se hacia acompañar de un adulto de su congénere, y muy parecido, correlimos menudo (Calidris minuta). Nada más descubrirlo lo primero era ver sus patas de color verdoso amarillento, para diferenciarlo de las de su acompañante de tonos oscuros. Su plumaje de un gris liso, frente al rojizo del minuta,  y su babero definido determino que allí estaba el temminckii. Es una cita tempranera en Ávila, pues apenas ha comenzado el paso postnupcial. Este pequeño correlimos tiene sus zonas de cría en la zona ártica de Eurasia (Escandinavia y Rusia) para invernar en zonas tropicales de África y Asia. En el centro peninsular se le observa en los pasos migratorios en pequeño número por lo que la observación de hoy es excepcional. 


Correlimos de temminck a la izquierda 
de un correlimos menudo y un chorlitejo chico





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