Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

miércoles, 15 de enero de 2025

GAVIOTEANDO POR GIPUZKOA

Como ya veis en las últimas entradas, sobre gaviotas anda el otoño e invierno. Los láridos son un mundo maravilloso a la par que difícil, pues este grupo de aves es uno de los que más quebraderos de cabeza nos da y eso engrandece la pasión por ellas. Los viajes que hemos hecho a tierras vascas, a primeros de diciembre, y a Galicia a principios de enero se han centrado en el gavioteo y se ha continuado ya en Ávila, pues el fin de semana pasado nos fuimos a ver gaviotas al valle del Tiétar.

Voy con uno de los días pasados en Gipuzkoa. Esos días estuvimos inmersos en un temporal de viento y lluvia que se mantuvo durante los cuatro días que estuvimos por tierras vascas. Y cuando durante en invierno los vientos de noroeste pegan con fuerza hay una especie de gaviota que que se deja ver cerca de la costa e incluso dentro de los puertos y las bahías. En mi cabeza ya estaba intentar ver alguna de las gaviotas tridáctilas (Rissa tridactyla)  que esos días se verían arrastradas por los fuertes vientos hacia tierra más cuando Eneko no la había visto nunca.

Elegimos un día perfecto para ver aves desde Cabo (lo que cualquier mortal catalogaría como un día horrible), elegimos el Cabo de Higer, en Hondarribi, y elegimos la compañía de algunos pajareros locales entre ellos nuestro amigo David Santamaría (al que agradecemos encarecidamente su ayuda). La mañana anduvo entre alcatraces, págalos grandes, paiños de Leach (boreal) o un solitario negrón especulado pero sobre todo lo hizo con un gran número de gaviotas tridáctilas que volaban sobre las olas que el viento generaba. Una tras otra Eneko disfrutaba de ellas pero su momento culmen del día llegó con un frailecillo que logró identificar.

Pero las tridáctilas seguían en su objetivo y al marchar nos acercamos al puerto de Hondarribi donde este primer invierno nos deleitó a escasos metros. Es esta gaviota un invernante de alta  mar desde donde llega de sus colonias de cría de las costas del hemisferio siendo las más cercanas las de Reino Unido, Escandinavia o Islandia. Lejos quedan los años en los que hay algunas colonias de reproducción en costas gallegas pero, desde 2017, no se han vuelto a ver parejas reproductoras en las paredes de las Sisargas o el Cabo Vilán. En invierno la especie se mueve hasta aguas pelágicas del Atlántico, Cantábrico y en menor medida , el Mediterráneo. 

Ahora a disfrutar de las fotos  de Eneko.























La nómina de gaviotas fue grande en este viaje y de gran calidad. A la gaviota de Delaware que ya os conté antes, y a la tridáctila de la que acabamos de disfrutar, se le sumaron otras como la siguiente. Es otro de los láridos con los que soñamos cuando nos encontramos con grupos de gaviotas en los arenales o en el agua. Llegadas de sus zonas de cría cercanas al Mar Caspio, norte del Mar Negro o sur de Kazajistán llega a nuestras costas, cada vez con más regularidad las patilargas y "picofinas" gaviotas del Caspio (Larus cachinnans). Es una especie muy similar a las gaviota patiamarilla y argentea (hasta no hace mucho las tres se incluían en una sola especie) de las que se diferencia por alagunas características sutiles. En nuestro caso vimos un ejemplar de primer invierno en el que destacaba su cabeza blanca y su pico carente de ángulo gonial (en la mandíbula inferior). 


Gaviota del Caspio en el centro de la imágen

Terminamos la entrada con la más pequeña de las gaviotas que podemos ver por nuestras costas ( o humedales interiores) en la que destacaba, además de su pequeño tamaño, un underwing oscuro y un capirote negro que caracteriza a la especie. Mientras tratábamos de relocalizar a la delawarensis y veíamos una gaviota cana, una gaviota enana (Hydrocoloeus minutus) pasó volando hacia el exterior de la bahía. Es un lárido que cría en Escandinavia, el Báltico o Rusia así como en otros países de Europa llegando a las costas Mediterránea o Cantábrica en invierno. 



domingo, 12 de enero de 2025

SIMPLEMENTE BARRILETE

El viaje invernal a Galicia era un sueño que tenía desde hace unos años. El hecho de poder pajarear de sol a sol buscando las rarezas que llegan a la esquina noroeste de la Península en la estación más gélida era algo que queríamos vivir. Y dentro de este sueño había un momento que sabía que quedaría marcado en mi memoria ornitológica y hoy os lo voy a contar.

De la gaviota que os voy a escribir habíamos hablado Eneko y yo en multitud de ocasiones pues los dos queríamos ver a "Barrilete". Como ya os conté en una entrada anterior, son varias las gaviotas  que repiten sus lugares invierno tras invierno hasta hacerse merecedoras de un nombre (puesto por aquellos que están pendientes de su llegada año a año). Algunas son míticas como "Cipri", la gaviota de Thayer (Larus thayeri) que estuvo entre 2008 y 2020 en la piscifactoría de Xove (Lugo) o "Bill (Chroicocephalus philadelphia), una gaviota de Bonaparte que llevaba desde 2014 en la ría de Ferrol y que este año no se ha visto. Otro  de ellos es Barrilete, nuestro sueño.

Para ver a Barrilete hay que ir, desde el año 2007  hasta la playa de Lires- Nemiña. Allí lleva invernando esta gaviota argentea americana (Larus smithsonianus) estos 17 años. Tuvimos una oportunidad en 2020 pero no pudimos verla asi que en este viaje era un objetivo preferente y con esa intención fuimos primero a la zona de Nemiña. Allí había un  grupo de gaviotas refugiadas del fuerte viento pero no estaba la buscada. Un cambio a la zona de Lires era la esperanza. En el entorno de la piscifactoria había bastantes gaviotas pero en un primer momento no dimos con ella. 

El movimiento de gaviotas que hizo un águila pescadora nos dio el momento deseado. Fue Miguel el que dio la voz de alarma "creo que ahí está". Telescopios hacia allí y corazón a mil. Entre las patiamarillas había una gaviota más grande y corpulenta; y con unas preciosas patas rosas. Por fin teníamos delante de nosotros a esta lárido que cría en la zona meridional de Norteamérica. Es un ave escasa en la Península donde llegan ejemplares de primer invierno lo que hace la invernada de un ejemplar adulto algo verdaderamente excepcional. Gracias a Fernando y Xabi por su ayuda.










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martes, 7 de enero de 2025

GAVIOTA DE BONAPARTE EN CARNOTA

Se acabaron las fiestas y volvemos a la carga. Han sido días de familia y pueblo, de comidas y cenas, de regalos y sorpresas y entre todo ello hemos tenido un par de días para cumplir uno de los sueños pajareros que teníamos desde hace tiempo. Hemos empezado este 2025 en tierras gallegas haciendo un par de jornadas de extreme birding en las que teníamos una decena de especies en 6 sitios de la provincia de A Coruña que buscar (entre ellos un buen puñado de bimbos). Todo ello ha sido posible gracias a la info de tres amigos coruñeses, mil gracias Fernando, Xabi y Antonio.

A las 4:30 salíamos de Ávila en dirección al primero de los sitios, donde la protagonista era una gaviota neártica que, llegada del continente americano, lleva varios años invernando en la playa de Lira, en el concello de Carnota. Aprovechando que la bajamar estaba a punto a media mañana estábamos en la zona de la piscifactoría escudriñando el grupo de gaviotas reidoras que volaba entre las rocas junto a gaviotas patiamarillas, gaviotas sombrías, una gaviota argentea europea y un gavión atlántico. 

Nos costó un rato dar con ese precioso ejemplar adulto de gaviota de Bonaparte (Chroicocephalus philadelphia) pues el grupo no paraba de moverse, en parte porque un par de pescadores de movían por la orilla. Una vez vista vimos claramente su menor tamaño, su pico negro, su bonito círculo negro en la auriculares y sus patas anaranjadas, que mostraba en alguno de los vuelos. Se mantenía alejada hasta el momento en que voló y se acercó a pie de playa, donde la pudimos ver a placer y sacarle (entre Eneko y yo) esta bonitas fotos. Fue un momento mágico pues hace un mes nos había dado esquinazo un par de veces el ejemplar que pasa el invierno en Plaiaundi.

Esta gaviota cría en Norteamérica pasando el invierno en las costas del sur de Estados Unidos y México. En la Península es habitual en los mese fríos en puntos de la geografía como cornisa cantábrica o algunos puntos del Mediterráneo repitiendo año a año algunos ejemplares como ésta que pudimos ver. Con ella nos quitamos una espinita y sumamos una nueva gaviota a nuestras retinas.
















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jueves, 19 de diciembre de 2024

EL PÁJARO FAMILIAR

 Si hay un pájaro en el que toda la familia coincidimos es el martín pescador (Alcedo athis). Coincidimos en que para Eli es el ave más bonita que podemos ver en nuestros campos, coincidimos en que para Elia "es una monada y muy pequeñito", coincidimos en que para Eneko es un flecha azul que pasa raudo y coincidimos en que para mí es un ave excepcional por su maravillosa forma de pescar.

Este pequeñín de vivos colores azul y naranja es uno de los moradores más típicos de nuestros ríos. En ellos se mueve muy rápido sobre las aguas volando de un posadero a otro para, una vez perchado, esperar a ver alguno de los pececillos que nadan debajo y lanzarse en picado para zambullirse y salir del agua con el desprevenido pez en su pico. Es impresionante ver esos lances en ríos como el Adaja, de donde es este macho que no me falla en mis paseos por la zona urbana de nuestra arteria y que estaba tan obnubilado mirando al agua que no me vio. 

Pero si impresionan sus colores no lo es menos ese largo pico que usa como lanza para pescar. El color del mismo nos determina si es macho o hembra. La clave está en la mandíbula inferior del pico en la que si es de color negro estaremos viendo un macho y si es pálido es una hembra. Pero si hay una cosa que llama la atención de esta especie es su dorso de un color azul brillante. 






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lunes, 16 de diciembre de 2024

PORRÓN BASTARDO EN PLAIAUNDI

Seguimos con nuestro viaje a Donosti y hoy vamos con uno de los objetivos del viaje, al menos para Eneko, pues yo ya había visto en varias ocasiones a uno de los patos buceadores que recibimos, de manera escasa,  durante el invierno. Desde el 23 de octubre el parque de Plaiaundi acogía en las lagunas dulces del parque un individuo de primer invierno de porrón bastardo ( Aythya marila). Los días anteriores al viaje nuestro amigo David nos mantenía al tanto de las andanzas de este precioso pato llegado de  zonas del norte europeo (además de Norteamérica).

El día que fuimos a Plaiaundi , como ya os he contado, llovía a mares y se hacía difícil buscar las aves. Suerte que este bonito pato de cabeza oscura y tonos pardo grisáceos en el cuerpo estaba muy localizado y apenas se movía de la parte de la laguna grande donde se le vio días antes. Fue llegar al final de campo de rugby y de la orilla del camino salió es espectacular ejemplar donde pudimos ver con claridad la mancha blanca que le rodea el pico así como el brillante pico azulado con la pequeña uña negra (que le identifica y que se le ve en la foto en la que está de frente).

Nadaba acompañado de un grupo de porrones europeos (Aythya ferruginea) y de una pareja de ánade real (Anas platyrhynchos). Este pato es un migrante que llega al noroeste de Europa  (además del Caspio o Negro) recalando algunos ejemplares en la Península Ibérica, fundamentalmente en el Cantábrico. Es una especie que da mucha alegría cuando te la encuentras en alguna de las lagunas y que a Eneko le alegró un día muy oscuro y lluvioso en el que acabamos empapados y embarrados pero muy contentos.










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jueves, 12 de diciembre de 2024

¡¡ GAVIOTA DE DELAWARE EN TXINGUDI !!

 Viaje a Euskadi pasado por aire y agua el que hemos tenido este pasado puente. Donosti nos recibió con un poquito de niebla el jueves y nos despedimos de ella después de que tres días de lluvia y aire sin descanso. Eso si, hemos disfrutado mucho de una maravillosa ciudad y de una provincia muy bonita. Como objetivo pajarero del viaje teníamos conocer Plaiaundi (uno de los paraísos pajareros de la Península), intentar dos especies en ese lugar (nos falló la gaviota de Bonaparte) y, con el temporal que venía, ir al Cabo de Higer a ver paso de marinas. Pero la sorpresa nos la dio una gaviota y de la manera más inolvidable. Tenemos que agradecer a nuestros amigos  Héctor y David su ayuda para disfrutar del pajareo vasco.

Llegamos a Plaiaundi y nada más pisar el campo empezó a llover sin parar. Apenas nos daba tregua  para poder mirar tanto las lagunas dulces que rodean el campo de rugby como la zona de intermareal. En esta última zona pusimos nuestros esfuerzos en busca de gaviotas. Muchas reidoras y cabecinegras con algunas sombrías y patiamarillas llenaban el lugar. Entre ellas me llamó la atención una gaviota de tamaño mediano con el manto gris claro. Una mirada a su cabeza me aceleró el corazón. Una cabeza rayada, un ojo pálido y el pico amarillo con una marca negra. Saltos de alegría y nerviosismo  porque Eneko estaba en otro sitio con la cámara y yo tenía una gaviota de Delaware (Larus delawarensis) adulta delante mío. Cuando llegó Eneko la lluvia se habría puesto dura y el grupo de gaviotas de había ido volando.

Sensación de frustración mientras nos resguardábamos de nuevo. Menos mal que el grupo volvió y logramos relocalizarla en vuelo mientras se acercaba para posarse en el mismo lugar y ahora si, pude fotografiarla mientras se acicalaba.






Aquí no acabó la cosa con la esta viajera llegada del continente americano donde se reproduce en el norte del mismo, migrando en invierno a las costas atlánticas y pacíficas de Centroamérica y el Caribe. Es un invernante regular en la Península, con varios ejemplares cada invierno y con individuos que repiten año a año como el de Burriana o el de Cedeira. Al terminar de comer en Hondarribia decidimos acercarnos al paseo del Butrón, desde el que se divisa la bahía y la orilla francesa y de nuevo tras una intensa lluvia, vimos tres gaviotas en un pequeño espigón. Vistazo con los prismáticos y la que estaba en medio llamó nuestra atención y fue Eneko el que se sobresaltó. "¡Papá, es la delaware!", dijo antes de salir raudo hacia allí. No solo habíamos visto una delaware adulta sino que la volvíamos a ver, y esta vez a escasos metros. Se mantuvo tranquila hasta que el granizo nos hizo buscar refugio.








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