Recién llegado de un nuevo viaje por tierras norteñas (se me acumula el material que ya os iré enseñando), esta vez por Asturias, he ido a un lugar que hay que visitar en esta época porque como dice el título podemos ver algunas aves que recalan en él para descansar durante sus largos viajes de migración. Ese sitio es el embalse de los Serones o del Voltoya.
Hay dos especies que me encanta ver en este lugar, y que año trás año, me alegran la vista. La primera de ellas es el Águila Pescadora. Hoy la hemos visto (iba con Juan Ramón) en una orilla dando cuenta de algo que poco antes había pescado. Es precioso ver a este ave costera en un embalse del interior oteando el agua desde algún lugar o lanzándose a él en busca de las enormes carpas que lo habitan.
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| Águila Pescadora |
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| Águila Pescadora |
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| Águila Pescadora |
La segunda es una de las aves más enigmáticas de cuantas pueblan nuestros cielos. Las Cigüeñas Negras se unen en bandos, cada vez menos numerosos, en este embalse para iniciar (si son las que crían en nuestros pinares) o para continuas (si vienen de Europa) sus viajes hasta tierras africanas. Hoy había un adulto en una de las isletas de la cola de embalse, de ahí la calidad de la foto).
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| Cigüeña Negra a cientos de metros |
Pero no solo estaban ellas dos. Volaban los últimos Milanos Negros, Buitres Leonados, algunos Cernícalos Vulgares, Busardos ratoneros, Aguiluchos Laguneros y un solitario Aguilucho Cenizo. En el agua nadaban los Ánades REales, los Somormujos Lavancos, varios Cormoranes y un par de Gaviotas Sombrias y Gaviotas Reidoras mientras en sus orillas se alimentaban Andarrios Grandes, Andarrios Chicos, Chorlitejos Chicos, Archibebes comunes y un Combatiente. En los campos cercanos las Tarabillas Comunes, los Pardillos y los Verdecillos llenaban el aire con su canto mientras el Alcaudón Real controlaba desde su matorral y decenas de Palomas Torcaces se reunían.
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