Llevaba unos días sin salir al campo y en cuatro días he hecho tres escapadas, cortas, pero que me han dado bastantes alegrías. Empiezo en orden cronológico.
El jueves, después de echar la tarde en el cole me acerqué a un rincón de la capital en busca de un pequeñin con antifaz. Ávila está surcada por dos ríos, el Adaja y el Chico. Éste último está canalizado en su mayor parte de la ciudad, lo que impide que crezca vegetación, pero cuando va a unirse al Adaja el cemento deja paso a la vegetación palustre y allí estaba mi objetivo.
Volando de un junco a otro para despedazar el plumón de cada uno de éstos estaba un precioso macho de Pájaro Moscón con su precioso plumaje ocreaceo-rojizo y su capirote gris pálido que resalta el espectacular antifaz negro de este portentoso arquitecto. Ese precioso pajarillo construye un nido en forma de bola que teje con las algodonadas semillas de sauces o eneas que cuelga de laguna rama.
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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