Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

sábado, 29 de octubre de 2016

TARDE DE GRULLAS Y BUSARDO

Ayer por la tarde, tras una semana ajetreada, necesitaba salir al campo. La elección era sencilla, había que volver a ver a la estrella del momento por tierras abulenses, el Busardo Moro, que lleva con nosotros al menos 15 días. Y para rematar que mejor que la entrada de las Grullas a la laguna del Oso.

Pronto estábamos, fui con Juanra y Nayib,  plantados en el arcén de una carretera del término de Blascomillán con el imponente Busardo Moro delante. La tarde era perfecta para verle (no como mi anterior vez) y pude disfrutar de sus colores al máximo. Impresiona ver su preciosa cabeza, terminada en un fuerte pico, sobre sus rojizos colores corporales. Se mantuvo de espaldas todo el rato que estuvimos, oteando el horizonte desde su atalaya de hierro. Fue uno de esos momentos mágico de los que alguna vez os he hablado, donde el tiempo pareció parar para dejarme disfrutar de esta rapaz. A ver cuanto dura en nuestras tierras.

Busardo Moro

Busardo Moro

Busardo Moro

Busardo Moro

Busardo Moro

Busardo Moro

Dejamos al Busardo en su sitio y nos fuimos a ver el ocaso a la laguna del Oso para así poder ver la entrada de las Grullas a este humedal. Poco a poco se va animando la cosa y nada más llegar llamaba la atención un gran grupo de las ruidosas viajeras en un campo cercano que levantaron el vuelo al paso de un tractor.

En la laguna, que ha cogido algo de agua, nadaban Ánades Reales, dos Ánades Rabudos, unas 60 Cercetas Comunes, dos Silbones Europeos y los Ánsares residentes en el humedal. Con ellos un grupo de Agachadizas Comunes se alimentaban en el barro. En la vegetación pudimos ver un Escribano Palustre (ya han llegado a pasar el invierno) y multitud de aves que daban color a este rincón morañego. 

Al caer la tarde (se unió a nosotros Victor Coello) fueron llegando las Grullas a los terrenos que rodean la laguna. Las imponentes damas grises llegaban rompiendo al calma con sus trompeteos mientras entre éstos se colaba el chillido de un Rascón. Poco momento son más mágicos como un atardecer en esta laguna viendo pasar sobre ti grupos de Grullas mientras el rojo cielo anuncia que la oscuridad va a llegar y el viento frío empieza a rozarte las manos..



Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses

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