Han pasado unos meses desde que las últimas grullas (Grus grus) abandonaron nuestra provincia para regresar a sus zonas de cría del centro y norte de Europa y ese tiempo que en aquellos momentos se antojaba eterno ya ha pasado y de nuevo han vuelto con nosotros las preciosas damas grises. Aunque ya llevan desde el pasado 9 de octubre por la laguna de El Oso (cuando se vieron las tres primeras) hasta hoy no he podido disfrutarlas en vivo y en directo. Con ellas ha llegado el otoño en toda su extensión pues, como ya os he dicho en alguna ocasión, hasta que no escucho el trompeteo de estas incansables viajeras la estación de la caída de las hojas no llega para mí.
Esta tarde hemos ido Eneko y yo al humedal con la ilusión de verlas y al llegar no había ninguna en la laguna. Si que hemos visto al esmerejón (Falco columbarius) escapando del acoso de las cornejas, al Águila Imperial sufriendo también la ira de esos córvidos, mis primeros estorninos pintos de la temporada, el precioso dormidero de lavandera blanca y hasta 7 especies de limícolas (avoceta, aguja colinegra, combatiente, correlimos común, archibebe claro, chorlitejo grande y agachadiza común).
Pero al caer la tarde, y de ahí que las fotos sean con las últimas luces, Eneko ha dicho " he oído el trompeteo" (nos había llegado a los dos) y a los pocos segundos han aparecido volando desde el oeste para parar tras la laguna. Ha sido una enorme satisfacción volver a verlas por aquí y esperar que sean las primeras de muchas con las que disfrutar de esta época tan bonita en nuestros campos.
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