Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

lunes, 10 de junio de 2019

A FALTA DE AZUL BUENO ES EL ROJO

El sábado pasado tenía un ratillo para salir y no lo desaproveché. De nuevo, como las últimas salidas, la idea era recorrer alguna zona de las sierras abulenses que, aunque un poco secas, están preciosas  con los mil colores que le da la vegetación de la primavera. Y elegimos, junto con Juanra, un sitio espectacular, la cara norte de la Paramera en el entorno del Pico Zapatero.

La ruta que hicimos pasa por varios ecosistemas desde un pinar de repoblación al inicio (donde vimos muchas especies forestales), pasando por unos prados de montaña salpicados de algunos arbustos que dan paso  a  una zona de matorral donde predominan el piorno y el enebro rastrero para terminar, ya en las cumbres, con unos cortados graníticos.

La idea era disfrutar de todos los pajarillos de la zona con especial ilusión por ver dos especies llegadas a estas laderas desde su viaje migratorio. Como dice el título dos eran los colores que había que buscar, el azul del pecho del Ruiseñor Pechiazul (Luscinia svecica) y el rojo del dorso del Alcaudón Dorsirrojo (Lanius collurio).

En el pinar que nos acompañó durante la ruta vimos varios pajarillos desde el diminuto Reyezuelo Listado (Regulus ignicapilla) pasando por el potente canto del Chochín (Troglodytes troglodytes), algunas páridos como el Herrerillo Capuchino (Lophophanes cristatus), el abundante Mosquitero Papialbo (Phylloscopus Bonelli). 

En los matorrales los protagonistas cambiaron y abundaban las Currucas Zarceras (Sylvia communis) y las Rabilargas (Sylvia undata), las Tarabillas Comunes (Saxicola torquatus) o los Escribanos Montesinos (Emberiza cia). En los pastizales cantaban las Alondras Comunes (Alauda arvensis), las Alondras Totovías (Lululla arborea) y las Cogujadas Montesinas (Galerida threklae).

Buscamos durante un buen rato al Pechiazul pero no apareció (apenas llegamos a los 1.700 metros de altitud). El que si apareció, y por partida doble, fue el Alcaudón Dorsirrojo. Allí donde el pinar cede el paso al pastizal, sobre los matorrales que lo salpican, pudimos ver un macho de este precioso migrante ( es uno de los más tardíos en regresar) con su bonito color rojo que le da nombre y su negro antifaz. A menos altitud, y cuando de nuevo el pinar termina volvimos a ver otro macho de esta especie. Aunque la especie se asociaba a zonas del norte de la Península está presente en la mayoría de sierras abulenses












Este bonito alcaudón  tiene una de las rutas migratorias más peculiares de nuestra avifauna (estudiada con algunos ejemplares radiomarcados en la provincia de León) ya que, en lugar de tomar rumbo sur hacia el concurrido Estrecho de Gibraltar, lo hacen hacia el este pasando por Francia e Italia para cruzar el Mediterráneo y atravesar el Sáhara con destino a Mozambique- Zimbabwe. Para regresar de nuevo a nuestros campos toman una ruta aún más larga  que les lleva primero al cuerno de África, para atravesar la Península arábiga y llegar la Península en mayo atravesando Grecia e Italia.





Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses


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