Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

martes, 14 de enero de 2020

¡ SERRETA GRANDE EN SALAMANCA !

Muchas veces me preguntan por que me gustan tanto las aves. ¡Estas loco, levantarte a las 7:00 de la mañana para ver pájaros! me dicen sorprendidos. ¡10 horas viendo pájaros sin parar! exclaman cuando les digo lo que puedo estar observando acuáticas.  Pues podría empezar a decir el porque pero me llevaría largo rato expresar lo que siento cuando estoy en el campo disfrutando de la avifauna que me rodea. Pero voy con una de esas razones.

Y es que no me contradeciréis cuando os cuento que es maravilloso lo que he vivido ayer en Salamanca en compañía de un gran ornitólogo, y amigo (Gracias Miguel por darme uno de los momentos inolvidables de mi vida pajarera), de Juanra y de dos amigos (Víctor Salvador y Miguel Mangas) a los que conocí buscando un precioso pato marino.

Parece mentira pero mis tres últimos bimbos (primera observación de una especie) de aves marinas hayan sido en una Comunidad con unas costas tan extensas como Castilla y León (perdonad la ironía). Si hace unos meses pude ver una Gaviota de Sabine en Villafáfila y un Falaropo Picogrueso en Ávila, ayer pude disfrutar de un ejemplar joven de Serreta Grande (Mergus merganser) en un bonito lugar salmantino bañado por el río que compartimos ambas provincias. Y eso que la cosa pintaba regular.

Desde que la descubriese Miguel Rodríguez el día 2 de enero (menudo estreno del año) había querido acercarme pero no se había dado la ocasión. Este domingo tenía la mañana para acercarme aunque las dificultades eran dos. La primera es que el propio Miguel no la había visto unos días antes pese a recorrer un gran tramo del río con lo que era posible que hubiese marchado. La otra era la niebla que se avecinaba esa mañana y que se cumplió gran parte de la mañana. Una espesa niebla nos recibió y apenas si nos dejaba ver unos metros que fueron los necesarios para, al poco de empezar, darnos la alegría de ver pasar a la más buscada volando río arriba. Media vuelta y a por ella. Pero, tras un par de kilómetros no habíamos dado con ella.  Tocaba darse la vuelta y era el momento en que levantaba la niebla.

Pero la esperanza es lo último que se pierde, y esa mañana lo corroboré. Cuando estábamos de vuelta, Miguel M vio un pato de pecho blanco en una piedra. Allí estaba, descansando la Serreta Grande que deseábamos ver. Pero se comportaba de manera muy huidiza y nada más vernos salió nadando aguas abajo. Seguimos hacia donde se había ido y al poco la relocalizamos en mitad del río, nadando despreocupada y pudimos disfrutar un buen tiempo de ella. Cuando tratamos de acercarnos un poco para ver si podíamos sacar una foto testimonial de la observación, salió volando aguas abajo y allí la dejamos, tranquila en alguna zona remansada del gran Tormes. 

Con la sonrisa en la cara nos fuimos de este precioso lugar que este invierno tiene a este bonito pato de presencia escasa en los inviernos en la Península, asociada en esa época a zonas de costa. Durante el periodo reproductor la mayor población está al norte de Europa (Escandinavia o Rusia) con algunos puntos de reproducción algo más al sur. Destaca en esta época su bonita cabeza marrón bien definida respecto al cuello y pecho blancos. El dorso es de color grisáceo y destaca su pico de color rojo.

Pude tirar alguna foto pero son un desastre así que agradezco a Miguel Rodríguez que me dejase un par de ellas, de otra de sus visitas,  para que disfrutéis de la Serreta Grande, la gran protagonista de la invernada castellana.


Foto: Miguel Rodríguez

Foto: Miguel Rodríguez
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Saludos Abulenses

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