MINUTA Y NEBULARIA DAN OTRO AIRE

 Después de pasar en blanco el paso prenupcial las ganas de disfrutar de los limícolas en el postnupcial y por ello mis últimas salidas las he hecho a varios humedales de la provincia repitiendo varios de ellos en distintos días alternos para ver como va la cosa. Por ahora no está muy animada por aquí a pesar de que ya hemos tenido algún premio gordo (Vuelvepiedras y zarapitines). Pero la cosa se va animando y hay algunos ejemplares que nos han dado algunos momentos preciosos.

El primero de ello nos lo dio un bonito Archibebe Claro (Tringa nebularia) en uno de los lavajos de Vega de Santa María. Estaba en el más pequeño de los dos que suelo visitar acompañado de dos cigüeñuelas comunes. Aunque en un principio se movía en la orilla contraria escondido entre la vegetación, el paso de uno de los tres jóvenes de Aguilucho cenizo (Circus pygargus) le puso nervioso y le hizo volar para posarse a escasos metros de nosotros y seguir afanado en buscar alimento en las zonas someras de la lámina de agua. Tanto yo como Juanra disfrutamos mucho con él y su precioso plumaje grisáceo.

El segundo de los protagonistas de esta salida es uno de los más pequeños limis que podemos ver por nuestros humedales. Su nombre bien indica que así lo es ya que el Correlimos menudo (Calidris minuta) tiene el tamaño de un gorrión. Los dos ejemplares que recorrían las orillas de la laguna de San Bartolomé lucían un precisos plumaje en el que destacaban los preciosos tirantes de la espalda. Uno de ellos se acercó mucho a nosotros antes de volar e irse con su compañero entre los Andarríos Grandes u Chicos, las Cigüeñuelas Comunes y los Chorlitejos chicos,

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Saludos Abulenses