El pasado martes retomé, tras el verano, mis visitas a uno de mis lugares preferidos de Ávila. Este lugar es la laguna del Oso, situada en el término municipal del pueblo con el mismo nombre. La laguna del Oso es una laguna esteparia, situada en la Moraña, y como veréis a partir de ahora un auténtico paraiso para las aves a tan solo 25 minutos de mi casa (en Ávila capital). Para iniciar la época de paso, Juan Ramón y yo decidimos darnos una vueltecilla, aún a sabiendas que, con las pocas lluvias no tiene mucha agua. Aún así mantiene una lámina de agua que dará mucho juego en estos meses. Al llegar al observatorio y echar un vistazo no vimos mucho movimiento en el agua. Lo que más había eran Ánades reales, a los cuales les acompañaban varios Cucharas europeos, eso sí en plumaje de eclipse. Entre todos ellos también había algunas Cercetas comunes y lo que nos parecieron un par de Ánades Frisos comiendo en la orilla de la lámina de agua. En la orilla, además de otros grupos de Azulones descansaban varias Avefrías y un grupo nutrido de Palomas torcaces se acecó a beber (algo que es muy usual ya que es el único punto con agua de la zona) Sobre ellos pasó volando un Aguilucho lagunero joven, que dió varias batidas y se lanzó varias veces, aunque sin éxito. Os pongo una foto hecha en Julio, ya que el martes no pude sacársela.
El movimiento cerca del observatorio era algo mayor y así un bando de jilgueros pasó con su característico canto, a la vez que se levantaba una Cogujada común. Un juvenil de Alcaudón común oteaba el suelo desde un poste en busca de alguna presa y lo mismo hacía un Cernícalo común desde lo alto del cielo. En ello estábamos cuando una familia de Lavanderas boyeras, de la subespecie ibérica, se nos posó cerca del observatorio, pudiendo fotografiarlas (mira que es dificil que se queden quietas).
Pero lo que de verdad nos tuvo entretenidos fueron las Tarabillas. En los postes cercanos al observatorio se posaban y se iban constantamente (comportamiento característico) un macho de Tarabilla común, un joven de esta misma especie y un par de Tarabillas norteñas. Aquí van las fotos.
Juvenil de Tarabilla común
Macho de Tarabilla común
Tarabilla norteña
Y aquí acaba esta primera entrada sobre el Oso, habrá muchas más, no sin antes deciros que ya deben de estar por allí los pechiazules en paso con lo que en poco tiempo sabréis más.
Hola Jorge, ya te tengo controlado, gracias por avisarme de tu blog.
ResponderEliminarSaludos,
Perdón por el retraso.
EliminarGracias a ti por entrar.
Un saludo