SANTOÑA (III). ARENILLA, CICERO Y COLINDRES

Vamos con la última de las entradas sobre nuestro viaje a Santoña de hace unos días. Tras ver lo que se movía por Santoña (puerto plaza de toros y polígono) y la zona de Montehano, hoy voy a enseñaros las tres zonas que me faltaban: el observatorio de la Arenilla, el playerón de Cícero y la zona de Colindres.

 

Empezamos con la Arenilla. Este observatorio está muy cerca de Santoña, en la carretera que lleva dirección a Cícero (entre el puerto y el polígono). Allí pude ver otra de las especies que deseaba ver. Aunque suelen estar en las playas cercanas a Laredo, mientras yo estaba disfrutando de otras especies durante la marea alta, en las isletas de delante se posó el grupo (me dijeron que había 70 aunque yo ví unas 50) de Barnaclas Carinegras. Acostumbrado a varias especies de gansos me hizo ilusión ver este "bimbo" de plumaje negro.

Barnaclas Carinegras

Barnaclas Carinegras

Espátulas volando sobre las Barnaclas Carinegras

 

 

 Desde este observatorio también pude ver otras especies. Al estar la marea alta las aves estaban en las isletas que quedaban al descubierto. Destacaba un buen grupo de Correlimos Comunes que alternaba sus rápidos vuelos con momento de tranquilidad sobre la arena que sobresalía sobre el agua. Lo mismo hacían un grupo de Garcetas Comunes entre las que se "camuflaban" algunas Garcillas Bueyeras.

 

 Junto a las barnaclas no faltaban los omnipresentes Zarapitos Reales, y algún Zarapito Trinador. Grandes grupos de Ánade Silbón  nadaban cerca de las isletas junto a Ánades Reales. Tres espátulas sobrevolaron la zona (se ven en la última foto de las barnaclas) mientras Gaviotas Sombrías y Gaviotas Reidoras descansaban sobre la arena.

 

Por último una hembra de Halcón Peregrino usó una torreta de la luz para otear la marisma y hacer que nosotros disfrutásemos de su estampa.

 

Correlimos Comunes

Garcetas Comunes junto a alguna Garcilla Bueyera

 

Siguiendo esa carretera llegamos al pueblo de Cícero, donde está la siguiente parada del viaje. Vamos al corazón del humedal. Nada más pasar el hostal las Marismas se gira a la izquierda por una calle que, poco después, cruza la vía del tren para que, a unos 800 metros llega a un punto donde hay dos bancos (de sentarse en la pared). En ese momento se gira a la izquierda para, uno metros después llegar a unas pasarelas desde las que se ve la bahía con una imagen impresionante.

 

Allí pude ver enormes (y digo enormes) grupos de Ánades Silbones. Pude ver frentes amarillas por todos los sitios donde mirase. De vez en cuando se les unía  algún grupito de Ánade Rabudo, o de Ánade Real.

 

También disfruta con gran número de limícolas. Los Zarapitos Reales volaban a escasos metros míos para posarse y hundir su pico en el barro muy cerca. Lo mismo que varios Archibebes Claros y Comunes. Pero el premio al número se lo llevaban los Chorlitos Grises y los Correlimos Comunes. Enormes nubes de éstos volaban creando una línea de aves que se veía empezar pero no terminar. Una sensación indescriptible.

Gaviotas Reidoras a escasos metros de mis prismáticos completaban el instante al que se unió un Martín Pescador que usaba un poste como posadero desde el que lanzarse al agua. Detrás de mi oía Bisbitas Comunes, Lavanderas Blancas y algún Petirrojo.

Ánades Silbones

Ánade Silbón

pareja de Ánade Rabudo

Chorlitos Grises

Chorlitos Grises

Ánades Silbones debajo de Gaviotas Reidoras

 

Chorlitos Grises sobre Ánades Silbones

Zarapito Real

Y de ahí a la última parada del viaje. Siguiendo la carretera en la dirección que la dejamos, tras pasar Cícero, se cruza la ría en dirección a Colindres. Nada más entrar en el pueblo se gira a la izquierda hasta llegar al campo de futbol. Desde ahí hay un paseo muy agradable.

 

Este es un buen sitio para ver limícolas a poca distancia ya que suelen usar una moles de cemento (que iban a ser parte de un polígono) para posarse cuando la marea está alta. Nada más llegar a la zona y empezar a caminar saltó la sorpresa, pues de una charca salió volando un Morito Común que desapareció sobre los edificios para no volver.

Morito

Los "posaderos" son numerosos pero más lo eran las aves por lo que estaban hasta arriba de limícolas, anátidas y demás especies. En una de ellas dormían 6 Espátulas junto a Zarapitos y Chorlitos Grises. En varias destacaban los enormes y rojos picos de los Ostreros Euroasiátcos en contraste con su blanquinegro  plumaje. En otra un Cormorán Grande se acompañaba de una gaviota grande, oscura y de pico robusto, que yo identifiqué como posible Gavión Atlántico (aunque no puedo asegurarlo).

 

En las isletas descansaban grandes grupos mixtos de limícolas formados, en orden de cantidad, los Correlimos Comunes, Chorlitos Grises, Zarapitos Reales, Agujas Colinegras, Zarapitos Trinadores, Archibebes Claros,  Agachadiza Común y Andarríos Chicos.

De izq a der: Cormorán Grande, Agujas Colinegras, Espátulas,

Chorlitos Grises y Correlimos Comunes, Ostreros Euroasiáticos y

Cormoranes Grandes

Chorlito Gris

Chorlitos Grises (grandes) y Correlimos Comunes (pequeños)

Chorlitos Grises (grandes) y Correlimos Comunes (pequeños)

Chorlitos Grises (grandes) y Correlimos Comunes (pequeños)

Chorlitos Grises (grandes) y Correlimos Comunes (pequeños)

Chorlitos Grises (grandes) y Correlimos Comunes (pequeños)

y Ánade Silbón detrás

Ostreros Euroasiáticos delante de Gaviota Sombría

Junto a estos limícolas las anátidas también son fácilmente visibles en este paseo, y desde muy cerca. Los numerosísimos, en general, Ánades Silbones nadaban junto a Ánades Reales, Ánades Rabudos y Cercetas Comunes.

Ánades Silbones

Ánades Rabudos

Ánades Silbones (detrás), Ánades Rabudos (centro)

y Chorlito Gris (delante)

 

Cercetas Comunes

Cercetas Comunes

Chorlitos Grises y Correlimos Comunes delante de

Ánade Rabudo (izq) y Ánade Silbón (derecha)

Para finalizar dos especies que casi pisaba durante todo el paseo: las Lavanderas Blancas y los Bisbitas Pratenses. Ambas especies me acompañaron en mi despedida de Colindres dejándose retratar en varias ocasiones.

Lavandera Blanca

Lavandera Blanca

Bisbita Pratense

Bisbita Pratense

Bisbita Pratense

Y hasta aquí nuestro viaje a Santoña, un lugar increíble que estará en nuestras preferencias para próximos inviernos.

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