Hoy es el Día Internacional del medio Ambiente, y aunque en él hay que pensar cada día, voy a celebrarlo con uno de los más bonitos pájaros que podemos ver en nuestros campos, el Abejaruco (Merops apiaster).
Este migrante transahariano, que nos abandona cuando el verano llega a su fin para regresar a nuestras latitudes a llenar con sus colores los taludes y laderas de nuestra tierra cuando la primavera aparece. En ellos, cava unos agujeros donde la hembra pone los huevos y los pollos crecen, alimentados por sus padres, hasta llegar a ser tan bellos como sus padres. Como su propio nombre indica se alimenta de insectos, principalmente abejas, avispas y moscas. Por ello, en ocasiones, ha servido como chivo expiatorio del verdadero problema de las abejas. Se está produciendo un descenso de la población de estos insectos, vitales para la polinización, por culpa de los venenos con que estamos llenando los campos.
Y ésta es una prueba más de que debemos concienciarnos de que debemos de cambiar algunos de nuestros comportamientos por el bien de un planeta al que estamos maltratando, pese a lo cual el nos regala maravillas como este Abejaruco que vimos hace unos días en un rincón de la Moraña.
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