PAJAREANDO POR ÁVILA (buscapájaros por Ávila): PORRONES ACOLLARADOS EN SALAMANCA

martes, 4 de diciembre de 2018

PORRONES ACOLLARADOS EN SALAMANCA

El pasado domingo fue otra de esas jornadas inolvidables. Y esto siempre ocurre por un compendio de cosas: un bonito lugar, la observación de las aves del mismo y una gran compañía. El sitio elegido fueron las graveras de Nuevos Francos (cerca de la capital charra), la compañía la de Juanra y Joaquín; y la especie ahora os la cuento.

El pasado 21 de noviembre, Miguel Rouco, identificó 4 Porrones Acollarados (Aythya collaris) en las graveras de Nuevos Francos. Estas agradecidas graveras situadas en la margen del Tormes son un lugar espectacular para disfrutar de estos patos buceadores, algo que ya comprobamos este pasado mes de febrero. En los sucesivos días se han seguido viendo por allí por varios amigos salamantinos y abulense así que el domingo fuimos con a intención de disfrutar de estos bonitos viajeros.

Revisamos una primera charca en busca de algún porrón pero ni rastro, solo algunos Ánades Reales, Ánades Frisos y Zampullines Chicos. En la segunda que visitamos la suerte estuvo con nosotros. Junto a las especies antes identificadas, y a un buen número de Cercetas Comunes vimos un buen grupo de porrones. Allí entre un Porrón Europeo (Aythya ferina) y 61 Porrones Moñudos (Aythya fuligula) pudimos identificar tres de los cuatro collaris.

El Porrón Acollarado es una especie neártica, que cría en Norteamérica (Canadá y EEUU) pasando el invierno en las costas estadounidenses mexicanas y centroamericanas. Es un visitante habitual en nuestras latitudes aunque en bajo número. En esta ocasión las aves parecen ser hembras jóvenes y se diferencian de las de moñudos por tener la cabeza triangular, dos manchas en el pico (una en la base y otra cercando el negro de la punta) y un preciosos anillo ocular blanco que se extiende hacia atrás en una línea del mismo color. Es una especie que ya había podido disfrutar, en esa ocasión un macho, hace un par de años por Navarra. Se movían entre la vegetación de la orilla de la gravera saliendo de vez en cuando al centro de la charca donde se juntaba con sus primos moñudos y europeo. Allí los dejamos tras disfrutar de ellos a placer junto a algunos amigos salmantinos con los que coincidimos.