Hace un mes vivimos una nueva experiencia pajarera inolvidable. Tuvo lugar en uno de los puntos calientes de la ornitología europea: Estaca de Bares. Este punto, el más septentrional de la Península es un auténtico paraíso para los que amamos las aves pues el el mejor punto, desde cabo, para ver aves marinas en su migración postnupcial , Y fue una experiencia increíble por varias cosas. La primera tiene que ver con vivir algo tan maravilloso con mi hijo Eneko. La segunda es poder viajar a este punto coruñés acompañados de un buen puñado de amigos abulenses y reunirnos allí con otros tantos amigos gallegos y asturianos. Por último, está embarcarnos en el Eureka para ver miles de aves pelágicas a escasos metros.
Y si hablamos de gaviotas pelágicas tenemos que hablar de la que, para mí, es el lárido más bonito de los que tenemos por nuestras latitudes a lo largo del año siendo el mes de septiembre el mejor para verlas pasar frente a nuestras costas, generalmente aguas adentro. El año pasado no pudimos ver ninguna en la salida que hicimos con Carlos, el patrón del Eureka, desde Muxía y este año queríamos quitarnos la espina viendo algunas de las Gaviotas de Sabine (Xema sabini) que pasan volando frente al Cabo donde la silueta de nuestro amigo Antonio Sandoval es parte del paisaje.
No tardaron en aparecer las primeras de estas gaviotas tricolor (blanco, negro y gris forman una pauta de color espectacular en la parte superior de las alas). Entre varios ejemplares de primer año o ya en plumaje de transición aparecían algunos ejemplares adultos de bonita cabeza oscura y pico bicolor donde el negro daba paso a la punta amarilla. Vimos algunos grupos de de estas aves venidas de la tundras de Canadá, Groenlandia o Alaska en su viaje a las costas occidentales de África y orientales de Sudamérica.
Gracias por seguir el blog
Saludos abulenses
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