Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

lunes, 8 de enero de 2024

AGUILUCHO PAPIALBO EN VILLAFÁFILA

Un año más que dejamos atrás y uno nuevo que empezamos que espero que nos traigan muchas aves, además de todo lo bueno que deseo que pase en nuestra vida.  Y este 2024 ha empezado de manera inmejorable en lo ornitológico. Y en estos días, después del descanso vacacional iré contando por aquí. Entre viajes y familia poco hemos estado por Ávila así que apenas si que hemos visto aves en nuestra provincia pero si que  hemos hecho una salida a Villafáfila que ha resultado inolvidable. Inolvidable por que este paraíso está a rebosar de vida (a pesar de que el tiempo de los gansos se acabó) e inolvidable gracias a la ayuda de amigos como Alfonso, Gary y Pepe a pesar de no tener la suerte de disfrutar con ellos in situ (con el primero estuvimos unos minutos).

Nuestra intención era buscar a algunos invernantes  excepcionales que se unían a los habituales pero una especie se convirtió en prioritaria después de que, tras localizarla Alfonso Rodrigo el 26-12, se observase el día anterior. En una zona de prados cercana al pueblo se venía observando desde hacía una semana un ejemplar de primer invierno de aguilucho papialbo (Circus macrourus). A primera hora estábamos en la zona donde su descubridor nos informó que se movía y tras un rato buscando logramos verlo volando fugazmente hasta que se posó entre las hierbas de una parcela. Con tan mala suerte que los galgueros habían elegido la misma para que sus perros corriesen tras las cada día mas escasas liebres y entre los gritos de las personas y las carreras de los canes el aguilucho voló y desapareció. Imaginaros nuestra cara, que se sumaba a la de nuestro amigo Manuel Segura, que estaba viéndolo con nosotros.
  
Pero como en tema pájaros somos muy cabezotas regresamos a medio día sin éxito alguno y al caer la tarde nos acercamos con la ilusión de que el movimiento humano hubiese desaparecido y que este aguilucho de tonos anaranjados, con un llamativo collar y  con un diseño alar muy identificativo volviese a pasar la noche. Y así fue. Manolo nos escribió para decirnos que había vuelto y pudimos verlo volar en la lejanía y posado en dos matorrales muy lejanos. Cuando Manolo se marchaba y nosotros dábamos la última oportunidad ocurrió algo mágico.

Este habitante de las zonas del este europeo y Asia apareció posado a escasos metros del camino donde estábamos. Una rápida llamada a Manolo para que retrocediese y a disfrutar de un momento único e irrepetible. Teníamos ante nosotros una especie que se observa en los pasos , con mayor probabilidad en la zona mediterránea, y que inverna puntualmente en algunas localidades ibéricas. Sus citas en Castilla y León son escasas y poder verlo en esas condiciones era algo inexplicable asi que mejor disfrutad de esta preciosa rapaz.






Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses


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