El pajareo es maravilloso. Y lo es porque las aves pueden aparecer en cualquier lugar y en cualquier momento. Es cierto que hay sitios que tienen un imán especial para los pájaros y que dan alegrías cada vez que vas allí, como la maravillosa laguna de El Oso. Pero también hay lugares que no parecen tan propicios para que lleguen aves y un día, después de decenas de visitas insulsas, te dan una sorpresa.
Esto ha pasado en una charca que hay en el complejo de Naturávila, que se usaba para actividades con piraguas, y que en las últimas visitas que he hecho no me daba más que un puñado de ánades reales. Hace unos días, el 7-11, vieron un macho de pato colorado (Netta rufina) en esta balsa. Esto ya era una enorme sorpresa pues es una especie escasa y poco habitual en nuestra provincia con un puñado de citas. Pero ahí no quedó la cosa con este precioso pato, uno de los más bonitos que podemos ver por nuestras latitudes. El pasado jueves Juan Parra pasaba la cita de 3 ejemplares en el mismo lugar y fue el día siguiente cuando Juanra vio hasta 6 individuos (4 machos y dos hembras) nadando entre un buen grupo de otras 4 especies de anátidas (Cucharas europeos, ánades frisos, cercetas comunes y ánades reales)
El pato colorado es una anátida en la que el macho luce una llamativa cabeza naranja con un pico rojo y diseño corporal de colores negro, blanco y marrón; mientras que la hembra es de tonos marrones con una preciosa cabeza bicolor. Es una especie con sus principales zonas de cría en el Valle del Guadalquivir, el Levante y La Mancha Húmeda invernando en buenos números en esos mismos sitios. En Ávila es ocasional con citas en embalses como Rosarito, en charcas como el Águila, en lagunas como el Oso, en prados encharcados como la Pelmaza o en ríos como el Adaja. Ahora sumamos una balsa para actividades de ocio.
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Saludos Abulenses
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