Hace unos días, como ya conté por aquí, subí a ver al Pechiazul en las laderas del Pico Zapatero, cerca de la capital. Pero no sólo de esa joya abulense pude disfrutar en esa zona salpicada de piornos, que ahora están adquiriendo su precioso amarillo, y de pinares de repoblación.
El más común de toda la subida, desde una zona de merendero hasta unos prados montanos, fue el Acentor Común. Varios de estos, con sus apagados colores cantaban desde los piornos, pinos, arbustos o en vuelo. Si te fijas bien, aún con esos colores, cuando la luz les ilumina son preciosos.
Acentor Común
Acentor Común
Acentor Común
Salpicando el piornal hay pequeñas masas de pinos de repoblación donde la vida bulle en las primeras horas del día. Allí se pueden ver y oír varias especies que van desde el omnipresente Pinzón vulgar al pequeño Herrerillo Capuchino. Algunos machos de Tarabilla Común marcaba su territorio sobre la rama más alta del pino. El Carbonero Garrapinos mostraba su blanca nuca mientras se colgaba de las pequeñas piñas. También comunes eran los Mosquiteros Papialbos, que cantando se delataban, aunque solo uno de ellos se nos puso a la vista.
Carbonero Garrapinos
Carbonero Garrapinos
Mosquitero Papialbo
Mosquitero Papialbo
Continuamos la subida, sin parar de ver y sobre todo escuchar a un habitante de las zarzas que se enclavan entre el amarillo de la ladera. Junto al Zarcero Común vimos bastantes Currucas Zarceras que, perchadas en la rama más alta del arbusto, se hacían oír sobre la leve brisa que nos acompañaba. También nos acompaño en la zona donde vimos al Pechiazul, cantando sobre los mismos piornos. La acompañaba aquí su prima, la Curruca Rabilarga.
Curruca Zarcera
Curruca Zarcera
Curruca Zarcera
Con el sonido del Cuco seguimos subiendo. El petirrojo cantaba con todas sus fuerzas mientras que dos nuevas especies aparecieron, tan antagonistas como bonitas. Apareció con su agudo canto y su porte rechoncho con gran cola el bonito Escribano Montesino con lo que parece una bonita máscara que lo cubre. Su opuesto era uno de los más pequeños de los pájaros, con su corta pero representativa cola y su canto potente: el Chochín. Lo escuchamos bastantes veces pero sólo en dos ocasiones se nos puso a la vista.
Escribano Montesino
Escribano Montesino
Chochín
Y con todo ello llegamos a los prados de montaña que bordean la cumbre del Pico Zapatero. Y allí me llegó una sorpresa. Pudimos disfrutar de una pareja de Bisbita Ribereño Alpino volando y cantando sobre nosotros para después posarse sobre un muro que hay en la zona. Están preciosos con su plumaje nupcial, completando una bonita mañana en la que aún quedaba la bajada, donde disfrutamos de nuevo con lo que ya os he contado. A ello hay que sumarle el objetivo del día, que ya conté anteriormente.
Bisbita Ribereño Alpino
Bisbita Ribereño Alpino
Bisbita Ribereño Alpino
Saludos Abulenses
Gracias por seguir el blog
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