Mañana de las que se recuerdan por mucho tiempo la vivida ayer en el Azud de Riolobos con Juanra y Eneko (sigue sumando especies y ya pasa de las 220). Nos había comentado un amigo salmantino que tras el llenado que han hecho en este pequeño embalse del este charro las condiciones para ver limícolas eran excepcionales. Este humedal ha pasado por varias fases desde su creación al inicio del s.XXI con un explosión en el inicio brutal de vida, una segunda fase desastrosa con un nivel muy bajo de agua, muchas basura y pocas aves; un pequeño resurgimiento hace unos años con un llenado parcial y de nuevo un llenado que nos hace tener esperanza en este postnupcial. Pero no todo va a ser bueno ya que con este llenado se ha inundado una zona de alto valor para el pajarillo más amenazado de Europa, el carricerín cejudo, que se observaba en estas fechas por allí.
La mañana de ayer domingo estuvo marcada en su inicio por la gran cantidad de limícolas que vimos en una zona de playas , un total de 18 especies, con observaciones muy buenas de todas ellas y un espectáculo maravillosos cuando un joven de halcón peregrino se pasó por allí . Pero cuando el calor ya pegaba las protagonistas pasaron a ser otras. Asociada a un grupo de gaviota sombría que pasó volando sobre el embalse vimos una pagaza piquirroja ( Hydropogne caspia ) que se alejó hasta la orilla contraria. Con paciencia sabíamos que podría pasar por nuestra orilla y así disfrutar de este visitante habitual pero escaso en nuestros humedales (siendo ésta la mejor época para buscarlas). Mientras la seguíamos pasó volando por debajo de ella una pagaza piconegra (Gelochelidon nilotica) que se quedó más lejos. aún
Poco a poco la Piquirroja se fue acercando a nuestra posición hasta pasar por encima de nosotros, momento en que pudimos verla a placer además de poder fotografiarla. Lo más llamativo de ella, además de su bonita caperuza (que poco a poco perderá en su plumaje invernal) es su gran tamaño y el potente pico de color rojo. Es una especie cosmopolita bien distribuida por costas y lagos de gran parte del mundo. Las colonias de cría más cercanas son las de la Península Escandinava. En el interior peninsular se observan en paso desde esas zonas de cría y sus cuarteles de invernada principalmente África aunque algunas se quedan en el suroeste ibérico)
Una vez que disfrutamos de la caspia nos pudimos a buscar a la piconegra. Y no tardó en aparecer volando sobre el embalse, cerca de donde se aglomeraban lo limícolas. No tardó en pararse ente los centenares de pata largas que pisaban el barro de las orillas. Allí se mantuvo un rato hasta que nos fuimos a recorrer otra parte del Azud. Antes de marcharnos volvimos al mismo punto y volvimos a disfrutar de ellas, ésta vez posaba junto a la piquirroja que también había decidido descansar. Marchamos dejando en una lengua de tierra a ambas pagazas. Al contrario que la piquirroja, la piconegra se reproduce en humedales ibéricos tanto de interior como costeros aunque en nuestra provincia nos visita al igual que su "prima".
Además de ellas el humedal estaba rebosante. Nuestro objetivo era disfrutar de los limícolas, unos de los protagonistas del paso que está empezando. Vimos 18 especies de estos buscadores de invertebrados en el barro, cada uno de los cuales tiene un pico acorde al tipo de alimento y a la manera de conseguirlo. Enumero dichas especies: avoceta, cigüeñuela común, avefría europea, zarapito trinador, aguja colinegra correlimos común, correlimos zarapitín, correlimos menudo, combatiente, andarríos chico, andarríos grande, andarríos bastardo, chorlito gris, chorlitejo patinegro, chorlitejo chico, chorlitejo grande, archibebe común y agachadiza común. No faltaron tampoco las espátulas comunes (Platalea leucorodia).
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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