Vamos con otro trocito de Almerìa y del viaje que hemos hecho este mes. Y voy con una de limícolas, que ya sabéis que son mi devoción. En este caso disfrutamos de un buen número de estas pisadoras de barro pues conseguimos ver casi una veintena de especies. En esta entrada van a aparecer cuatro especies de correlimos que recorrían las orillas de la Rambla Morales, un auténtico paraíso a escasos metros de nuestro camping. Lo que más nos sorprendió del lugar, además de que el lugar era espectacular y en ella pudimos ver un montón de especies de las que deseábamos ver (ya os lo contaré más adelante), es que los limis se acercaban a escasos metros de nosotros sin alterarse ni escapar de nosotros.
Empezaremos de más grande a más pequeño. El mayor de los correlimos que vimos, y quizá el que más ilusión nos hizo pues no es uno de los que más veamos, incluso para Eneko era un bimbo (hasta 8 hizo en el viaje), fue el Correlimos gordo (Calidris canutus). Este limícola, que en época nupcial luce una precioso plumaje rojizo, ahora luce uno más tenue de tonos grisáceos con una marcada ceja blanca y unas patas verdosas. Estaba descansando en la orilla hasta que unos ciclistas le despertaron y aprovechó para comer algo antes de salir volando.
Vamos con los dos medianos del día. En este caso son muy diferentes pues uno luce un bonito plumaje blanco mientras que el otro lo tiene de un gris uniforme (individuos adultos en invierno). Los más numerosos eran los Correlimos tridáctilos (Calidris alba) de níveo traje y pico grueso que suele ser uno de los habituales esquivando las olas de las playas, En este caso fueron los más agradecidos pues se acercaban en su recorrido de la orilla.
Solo había un par de correlimos de la otra especie del mismo tamaño en el grupo de limis del lugar. Los Correlimos comunes (Calidris alpina) lucen un pico bastante largo y ligeramente curvado hacia abajo sobre un plumaje de tonos grises y blancos mientras picotean el agua de manera muy reconocible.
El ultimo es el pequeñín de la familia (junto con el temminckii). Es el más pequeño de los que podemos ver en nuestros humedales y parece un tridáctilo en miniatura, con el plumaje del mismo pálido que él con un pico mucho más corto y recto y patas negras . En este caso buscaba zonas aisladas pues en cuanto se cruzaba con un tridi o un común no dudaban en molestarle.
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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