El ave del que os voy a hablar en esta entrada tiene este precioso nombre en gallego, la tierra donde pudimos verlo en nuestro viaje estival a A Coruña. Era además uno de los objetivos del viaje pues aunque lo hemos visto en multitud de sitios poder verlo en las playas donde crían, con mucha dificultad, era una de esas imágenes que queríamos grabar en nuestra mente. Y no defraudaron en una de las playas más bonitas de las que visitamos, la de Baldaio.
En esos arenales de la esquina noroeste de la Península tratan de sacar adelante a sus pequeñas bolitas (como las llamó Eli cuando pudo ver tres pequeños pollitos corriendo junto a su padre) y lo hacen en u momento en que muchas de esas playas se llenan de gente. Y ese es uno de los problemas que tienen estos chorlitejos patinegros pues compartimos lugar en un momento crítico para ellos. Por ello el trabajo que hacen algunas organizaciones y voluntarios en pro de salvar dichos nidos (unos pequeños agujeros en la arena) es impagable. Gracias a la localización de los nidos y a su vallado salen adelante los pocas parejas que quedan en la región. Por ello es de importancia capital ser conscientes de ello para tratar de respetar esos lugares y aquí los dueños de perros tenemos que ser conscientes de lo problemático de dejar que éstos campen a sus anchas en sitios donde hay aves, bien sea en época de cría o en época de descanso.
Pudimos ver al menos 2 ejemplares adultos, ambos anillados, dos pollos ya emplumados y 3 pollos de poco tiempo de vida. De ellos el primero que veis en la foto, un macho que estaba al cuidado de sus pollitos, es el que más satisfacción nos dio pues pudimos verlo muy cerca y disfrutar de esta especie que poco a poco va perdiendo población debido a varios factores. Esperamos que los esfuerzos den su fruto y la especie se recupere para poblar de nuevo algunas de las playas donde ha desaparecido.
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