Cuando haces un viaje con amigos pajareros siempre salen a la palestra infinidad de comentarios sobre las aves. Cuando el viaje es de hora y media da tiempo a hablar de muchas cosas: "que si este estudio sobre este ave dice ésto", "que si han visto algo por alguna zona de la Península", " que si tenemos que preparar un viaje a este sitio" y así multitud de cosas.
Ayer por la mañana entre todo lo que hablamos nos pusimos a soñar con lo que podíamos ver en el embalse del Rosarito, donde nos fuimos a pajarear Miguel Martín, Joaquín Mayo y yo. Que si teníamos que mirar todas las gaviotas por si hubiese una michahellis (patiamarilla) o una melanocephalus (cabecinegra), que si buscar en los limos algún melanotos (correlimos pectoral), que si la domirfa de Madrid podría venir algún tiempo allí o que si podría acercarse algún flamenco rosa (Phoenicopterus roseus) de esos que se ven en Navalcán (a escasos kilómetros del embalse que compartimos con los vecinos toledanos).
Y con estos últimos nos pusimos a repasar las citas que había en la provincia: dos ejemplares en la laguna de El Oso hace unos años, una en la laguna de El Rincón, una de ejemplares en vuelo en Cogotas y una dudosa en Fontiveros. Y ahí quedo la cosa cuando llegamos a Tejoneras y nos fuimos a la zona donde había más jaleo de aves.
Tras hora y media de disfrute con un buen número de garceta común (Egretta garzetta), de garceta grande (Egretta alba) y de garza real (Ardea cinerea) en la orillas, con algunos limícolas como cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus), archibebe claro (Tringa nebularia), chorlitejo chico (Charadrius dubius) o los dos andarríos (Tringa ochropus y Actitis hypoleuco). A lo lejos vimos como volaba un águila pescadora (Pandion haliaetus) y se posaba en una rama detrás de más de un centenar de gaviotas reidoras (Chroicocephalus ridibundus) y 8 gaviotas sombrías (Larus fuscus). Muktitud de pajarillos volaban o cantaban a nuestro alrededor mientras contábamos y buscábamos anillas en el gran grupo, de 268, de espátula (Platalea leucorodia).
Cuando ya marchábamos y tras mirar de nuevo hacia el grupo de níveas zancudas pude ver como parte del grupo se había levantado a volar sin causa aparente. Y al mirar con detenimiento el vuelo de las espátulas fue Joaquín el que, sobresaltado, gritó "flamencos, en el grupo hay dos flamencos". Allí estaban, un adulto y un inmaduro, volando con la espátulas (quién sabe si fueron el los la causa de revuelo) antes de posarse y ver como sobresalían sus enormes cuellos sobre las achatadas acompañantes. Además destacaba el precioso color rosa del adulto mientras comenzaron a hundir su llamativo pico en busca de invertebrados que filtrar.
El Flamenco rosa es un habitante habitual de lagunas costeras y salinas con sus zonas de reproducción más importantes en el Delta del Ebro y humedales levantinos y andaluces (siendo el más importante el de Fuente de Piedra) además de alguna colonia en el interior como la de Manjavacas o la reciente de Gallocanta. Realizan algunos movimientos postnupciales y es ahí cuando pueden llegar a otros humedales como los 4 que llegaron hace unos días a Soria y que eran preludio de los que pudimos ver ayer. Es una cita excepcional en la provincia y como tal la disfrutamos ayer.
Tras ello pudimos tener 6 observaciones de cigüeña negra (Ciconia nigra) en varios puntos del embalse siendo el número mínimo de 3 que vimos juntos (dos adultos y un joven) y otra de águila pescadora mucho más cerca.
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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