De vuelta de nuestro viaje por tierra cántabras nos hemos traído momentos inolvidables en familia y con amigos, además de una buena lista de aves vistas que ya os iré contando. Pero vamos a ir en orden cronológico. Vamos a uno de los paraísos abulenses en el momento exacto para ver a un ave extraordinario.
La última semana de junio y principios de julio es el momento de reencontrarnos con uno de los más maravillosos viajeros de los que nos podemos encontrar entre todas la aves, el halcón de Eleonor (Falco eleonorae). Es una rapaz que después de pasar el invierno en Madagascar regresa a sus zonas de cría en islas e islotes del Mediterráneo o Canarias previo paso por el centro de la Península. Es un ave con una fenología sorprendente pues en el momento en que lo vemos (cuando el resto están criando) está en migración prenupcial y llega a los pinares abulenses, y del resto del centro peninsular, para aprovechar la explosión de coleópteros de las tardes del inicio de la estación del estío. Es un momento mágico para cruzarnos con estos halcones que no hace mucho compartían bosques con los lemures.
Esa fenología tan maravillosa hace que los Eleonores críen cuando los pajarillos de toda Europa occidental se lanzan a su viaje pasando por los cortados donde los pequeños halcones salen adelante y sirvan de alimento para ellos. Además, para sumar belleza a esta rapaz, podemos encontrar dos plumajes en los ejemplares adultos . Por un lado la fase clara con los tonos pardo rojizos de a parte inferior del cuerpo y por otra la fase oscura con el plumaje completamente negro que yo nunca había visto .
A media tarde estábamos unos amigos (Juanra, Miguel, Luis Jesús y yo) en una de las laderas del Valle de Iruelas a la espera de que con la caída de la tarde apareciesen los elenores para lanzarse a cazar escarabajos en lo alto de los pinares. No tardó en salir el primero de ellos con una observación fugaz. Sin apenas tiempo para digerirlo apareció un segundo ejemplar. Ambos eran fases claras con lo que parecía que mi ilusión de ver uno de los oscuros tendría que esperar. De vuelta al coche vimos entre los pinos otro individuo claro y detrás de él llegó el momento de la tarde. Un precioso halcón de Eleonor de fase oscura voló por encima de nosotros y según me sobrevolaba el nudo en la garganta fue apareciendo hasta hacerse enorme mientras él se iba lo alto de la ladera. Por fin lo veía. Desde ahí hasta que dejamos el lugar volvimos a ver en dos ocasiones (pensamos que eran los mismos) a los dos ejemplares de plumaje claro.
Una tarde inolvidable por el lugar, por la compañía y por los Eleonores (que me perdonen los más claritos pero ese oscuro no se me olvidará jamás).
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
Te sigo hace tiempo y me sorprende que con lo que te gusta la ornitologia, no hayas intentado el avistamiento del emblematico gallo cantabrico. Para mi, el ave mas bonita de nuestra fauna
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarGracias por seguir el blog. Es una especie con la que sueño ver algún dúa pero a día de hoy no he podido intentar verlo pero en un futuro lo intentaré (esperemos que no sea tarde)
Saludos