Una ventana abierta a la naturaleza a través de los ojos de lo me apasiona: las Aves.

martes, 28 de enero de 2025

DOS BIMBOS EN SADA

 Sigo desgranado, y ya queda poco, el viaje coruñés de principios de año. Voy ahora con el sitio que más me sorprendió por aunar sencillez y espectacularidad. Sencillez porque no es más que  una playa con paseo marítimo y espectacularidad porque acoge cientos de aves en invierno con algunas delicatessen muy deseadas. Esta playa de Sada, que visitamos hace tres años en verano, nos dio dos bimbos y un sinfín de observaciones de especies que alegran una jornada pajarera.

El primer protagonista fue el que inició la idea de este  viaje. Era una espina clavada desde el otoño pasado, cuando ya estaba en esta playa, cuando no pudimos ir a verlo en nuestro viaje  a Estaca pues nos tuvimos que bajar sin tiempo para pasarnos a buscar a este ánade sombrío (Anas rubripes) que lleva ya dos años en la costa gallega. Esta especie migradora de pato americana es escaso en la Península, con un puñado de observaciones, es muy fiel a los sitios donde recala pues los que han llegado hasta nuestro territorio se han mantenido largo tiempo en los lugares donde han recalado desde el neártico.

No fue difícil verlo entre los cientos de patos, la mayoría ánades reales, que nadaban con marea baja lejos del paseo. Llamó nuestra atención su mayor tamaño y sobre todo su plumaje oscuro con cabeza más clara, un pico amarillo limón y un espejuelo azul oscuro. Se alimentaba tranquilo sin saber que es uno de los patos más famosos de la ornitología ibérica. Este sombrío es una anátida que cría al norte de  Norteamérica haciendo movimientos migratorios hasta el sur de los Estados Unidos. Este ejemplar, que llegó a Sada en noviembre de 2024, no ha tenido necesidad de volver y se ha quedado en el lugar de manera ininterrumpida hasta día de hoy.







El segundo de los bimbos había que buscarlo entre los porrones que había en la playa (hasta 4 especies diferentes). Era otra espinita pues el invierno pasado nos dio esquinazo el ejemplar que invernó entre la bahía de Santander y las Marismas Blancas. En un primer momento no vimos ningún ejemplar de porrón entre las numerosísimas anátidas pero nada más lejos de la realidad. El primero en aparecer fue una hembra de europeo (Aythya ferina) que vio Eneko. Con ilusión buscamos al resto. No tardaron en aparecer los porrones bastardos (Aythya marila) que Juanra cantó. Casi al instante Miguel descubrió con los marila los dos porrones acollarados (Aythya collaris). Para finalizar, y un poco separado de estos, pude ver la hembra de porrón bola (Aythya affinia) con su cabeza picuda (parece que le han hecho un chicón) y las manchas blancas de la base del pico.

Porrón bola (Aythya affinis) entre ánade real

Porrón acollarado (Aythya collaris) y porrones bastardos (Aythya marila)
entre ánades reales

Pero no solo de patos vivimos en Sada. Había limícolas (vuelvepiedras y correlimos común) junto a espátulas o garzas reales. Un solitario ganso del Nilo descansaba en la arena mientras a lo lejos nadaba un grupo de 37 negrones comunes. Como no podía ser de otra manera las gaviotas nos dieron muy buenas observaciones también. La sorpresa nos la dio una gaviota tridáctila (Rissa trictatyla) que entró en la playa para dar un par de vuelos, posarse en el agua para asearse un poco y marchar de nuevo a altamar. En una charca cercana era una gaviota cana (Larus canus) de primer invierno las que bebía y descansaba. Pero si alguna le dio momentos buenos a Eneko fue un adulto de gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus) que tuvo a escasos metros y que fue la culpable de que la tridáctila se fuese sin foto (solo Juanra pudo captarla)

Gaviota cana (Larus canus) con dos cabecinegras

Gaviota cana (Larus canus) con dos cabecinegras

Gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus)

Gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus)

Gaviota cabecinegra (Ichtyaetus melanocephalus)


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martes, 21 de enero de 2025

¡¡ TARABILLA DE AMUR EN MALPICA !! 1st PARA ESPAÑA

Seguimos sumando experiencias increíbles en esta preciosa pasión que es la observación y el conocimiento, a la par que la conservación , de las aves. Hoy ha saltado la noticia que llevábamos esperando unas semanas. Vamos con ello.

El 3 de diciembre empezó la aventura cuando José M Pérez Veres encontró una tarabilla en un prado de Malpica que por sus características no cuadraba con las comunes que tenemos por aquí y se dio como posible siberiana. Tenía la garganta pálida y el obispillo uniforme (sin moteado). Un estudio más detenido, gracias a Marcel Gil y Daniel López, subió la apuesta a posible tarabilla siberiana (maurus) / de Amur (stejnegeri) pero al ser ambas tan parecidas no se podía determinar si era una u otra. Ambas serían una cita brutal , especialmente para la stejnegeri pues sería l 1ª para  en España.

La cosa podría haber quedado en esa dicotomía de especies pero algunos pajareros gallegos decidieron ir un paso más. Estuvieron tras los excrementos que dejaba la tarabilla, que se localiza en un prado muy concreto. Aunque lo consiguieron no cejaron en el empeño de determinar cual de las dos especies era. El equipo de Manolo Carregal consiguió capturar el ejemplar para anillarlo y coger algunas plumas para realizar el estudio genético. Y con ello llegamos a hoy. Hoy han confirmado que es la primera cita de tarabilla de Amur para nuestro territorio de este paseriforme asiático que tiene sus áreas de cría en el noreste de Asia e inverna en el sudeste asiático.

En nuestro viaje gallego de los primeros días del año era uno de los objetivos y con ellos nos plantamos, bajo una intensa lluvia, el 3 de enero en el prado donde se estaba viendo esta maravilla. No tardamos en encontrarla sobre uno de los matorrales que había en el centro de la parcela. Se mantenía muy tranquila, con algunos vuelos pero siempre dentro de la misma línea de vegetación. Pudimos ver las características que os conté antes y descubrimos (que no lo sabíamos aún) que estaba anillada a pesar del agua y de la poca luz que había. Ello nos dificultó hacer una foto digna de dicha observación pero la perseverancia, siempre desde dentro del coche, nos hizo mejorar un poco la observación cuando la luz mejoró. 

Es un citón que tenemos que agradecer a todos los que han influido, desde su descubridor hasta la gente que ha hecho posible la identificación, con los laboratorios implicados, pasando por nuestro amigo Fernando Pereiras, que nos ayudó a encontrar a esta preciosidad venida de muy lejos hasta un pequeño prado gallego.








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miércoles, 15 de enero de 2025

GAVIOTEANDO POR GIPUZKOA

Como ya veis en las últimas entradas, sobre gaviotas anda el otoño e invierno. Los láridos son un mundo maravilloso a la par que difícil, pues este grupo de aves es uno de los que más quebraderos de cabeza nos da y eso engrandece la pasión por ellas. Los viajes que hemos hecho a tierras vascas, a primeros de diciembre, y a Galicia a principios de enero se han centrado en el gavioteo y se ha continuado ya en Ávila, pues el fin de semana pasado nos fuimos a ver gaviotas al valle del Tiétar.

Voy con uno de los días pasados en Gipuzkoa. Esos días estuvimos inmersos en un temporal de viento y lluvia que se mantuvo durante los cuatro días que estuvimos por tierras vascas. Y cuando durante en invierno los vientos de noroeste pegan con fuerza hay una especie de gaviota que que se deja ver cerca de la costa e incluso dentro de los puertos y las bahías. En mi cabeza ya estaba intentar ver alguna de las gaviotas tridáctilas (Rissa tridactyla)  que esos días se verían arrastradas por los fuertes vientos hacia tierra más cuando Eneko no la había visto nunca.

Elegimos un día perfecto para ver aves desde Cabo (lo que cualquier mortal catalogaría como un día horrible), elegimos el Cabo de Higer, en Hondarribi, y elegimos la compañía de algunos pajareros locales entre ellos nuestro amigo David Santamaría (al que agradecemos encarecidamente su ayuda). La mañana anduvo entre alcatraces, págalos grandes, paiños de Leach (boreal) o un solitario negrón especulado pero sobre todo lo hizo con un gran número de gaviotas tridáctilas que volaban sobre las olas que el viento generaba. Una tras otra Eneko disfrutaba de ellas pero su momento culmen del día llegó con un frailecillo que logró identificar.

Pero las tridáctilas seguían en su objetivo y al marchar nos acercamos al puerto de Hondarribi donde este primer invierno nos deleitó a escasos metros. Es esta gaviota un invernante de alta  mar desde donde llega de sus colonias de cría de las costas del hemisferio siendo las más cercanas las de Reino Unido, Escandinavia o Islandia. Lejos quedan los años en los que hay algunas colonias de reproducción en costas gallegas pero, desde 2017, no se han vuelto a ver parejas reproductoras en las paredes de las Sisargas o el Cabo Vilán. En invierno la especie se mueve hasta aguas pelágicas del Atlántico, Cantábrico y en menor medida , el Mediterráneo. 

Ahora a disfrutar de las fotos  de Eneko.























La nómina de gaviotas fue grande en este viaje y de gran calidad. A la gaviota de Delaware que ya os conté antes, y a la tridáctila de la que acabamos de disfrutar, se le sumaron otras como la siguiente. Es otro de los láridos con los que soñamos cuando nos encontramos con grupos de gaviotas en los arenales o en el agua. Llegadas de sus zonas de cría cercanas al Mar Caspio, norte del Mar Negro o sur de Kazajistán llega a nuestras costas, cada vez con más regularidad las patilargas y "picofinas" gaviotas del Caspio (Larus cachinnans). Es una especie muy similar a las gaviota patiamarilla y argentea (hasta no hace mucho las tres se incluían en una sola especie) de las que se diferencia por alagunas características sutiles. En nuestro caso vimos un ejemplar de primer invierno en el que destacaba su cabeza blanca y su pico carente de ángulo gonial (en la mandíbula inferior). 


Gaviota del Caspio en el centro de la imágen

Terminamos la entrada con la más pequeña de las gaviotas que podemos ver por nuestras costas ( o humedales interiores) en la que destacaba, además de su pequeño tamaño, un underwing oscuro y un capirote negro que caracteriza a la especie. Mientras tratábamos de relocalizar a la delawarensis y veíamos una gaviota cana, una gaviota enana (Hydrocoloeus minutus) pasó volando hacia el exterior de la bahía. Es un lárido que cría en Escandinavia, el Báltico o Rusia así como en otros países de Europa llegando a las costas Mediterránea o Cantábrica en invierno. 



domingo, 12 de enero de 2025

SIMPLEMENTE BARRILETE

El viaje invernal a Galicia era un sueño que tenía desde hace unos años. El hecho de poder pajarear de sol a sol buscando las rarezas que llegan a la esquina noroeste de la Península en la estación más gélida era algo que queríamos vivir. Y dentro de este sueño había un momento que sabía que quedaría marcado en mi memoria ornitológica y hoy os lo voy a contar.

De la gaviota que os voy a escribir habíamos hablado Eneko y yo en multitud de ocasiones pues los dos queríamos ver a "Barrilete". Como ya os conté en una entrada anterior, son varias las gaviotas  que repiten sus lugares invierno tras invierno hasta hacerse merecedoras de un nombre (puesto por aquellos que están pendientes de su llegada año a año). Algunas son míticas como "Cipri", la gaviota de Thayer (Larus thayeri) que estuvo entre 2008 y 2020 en la piscifactoría de Xove (Lugo) o "Bill (Chroicocephalus philadelphia), una gaviota de Bonaparte que llevaba desde 2014 en la ría de Ferrol y que este año no se ha visto. Otro  de ellos es Barrilete, nuestro sueño.

Para ver a Barrilete hay que ir, desde el año 2007  hasta la playa de Lires- Nemiña. Allí lleva invernando esta gaviota argentea americana (Larus smithsonianus) estos 17 años. Tuvimos una oportunidad en 2020 pero no pudimos verla asi que en este viaje era un objetivo preferente y con esa intención fuimos primero a la zona de Nemiña. Allí había un  grupo de gaviotas refugiadas del fuerte viento pero no estaba la buscada. Un cambio a la zona de Lires era la esperanza. En el entorno de la piscifactoria había bastantes gaviotas pero en un primer momento no dimos con ella. 

El movimiento de gaviotas que hizo un águila pescadora nos dio el momento deseado. Fue Miguel el que dio la voz de alarma "creo que ahí está". Telescopios hacia allí y corazón a mil. Entre las patiamarillas había una gaviota más grande y corpulenta; y con unas preciosas patas rosas. Por fin teníamos delante de nosotros a esta lárido que cría en la zona meridional de Norteamérica. Es un ave escasa en la Península donde llegan ejemplares de primer invierno lo que hace la invernada de un ejemplar adulto algo verdaderamente excepcional. Gracias a Fernando y Xabi por su ayuda.










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martes, 7 de enero de 2025

GAVIOTA DE BONAPARTE EN CARNOTA

Se acabaron las fiestas y volvemos a la carga. Han sido días de familia y pueblo, de comidas y cenas, de regalos y sorpresas y entre todo ello hemos tenido un par de días para cumplir uno de los sueños pajareros que teníamos desde hace tiempo. Hemos empezado este 2025 en tierras gallegas haciendo un par de jornadas de extreme birding en las que teníamos una decena de especies en 6 sitios de la provincia de A Coruña que buscar (entre ellos un buen puñado de bimbos). Todo ello ha sido posible gracias a la info de tres amigos coruñeses, mil gracias Fernando, Xabi y Antonio.

A las 4:30 salíamos de Ávila en dirección al primero de los sitios, donde la protagonista era una gaviota neártica que, llegada del continente americano, lleva varios años invernando en la playa de Lira, en el concello de Carnota. Aprovechando que la bajamar estaba a punto a media mañana estábamos en la zona de la piscifactoría escudriñando el grupo de gaviotas reidoras que volaba entre las rocas junto a gaviotas patiamarillas, gaviotas sombrías, una gaviota argentea europea y un gavión atlántico. 

Nos costó un rato dar con ese precioso ejemplar adulto de gaviota de Bonaparte (Chroicocephalus philadelphia) pues el grupo no paraba de moverse, en parte porque un par de pescadores de movían por la orilla. Una vez vista vimos claramente su menor tamaño, su pico negro, su bonito círculo negro en la auriculares y sus patas anaranjadas, que mostraba en alguno de los vuelos. Se mantenía alejada hasta el momento en que voló y se acercó a pie de playa, donde la pudimos ver a placer y sacarle (entre Eneko y yo) esta bonitas fotos. Fue un momento mágico pues hace un mes nos había dado esquinazo un par de veces el ejemplar que pasa el invierno en Plaiaundi.

Esta gaviota cría en Norteamérica pasando el invierno en las costas del sur de Estados Unidos y México. En la Península es habitual en los mese fríos en puntos de la geografía como cornisa cantábrica o algunos puntos del Mediterráneo repitiendo año a año algunos ejemplares como ésta que pudimos ver. Con ella nos quitamos una espinita y sumamos una nueva gaviota a nuestras retinas.
















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