Tras ver el inornatus abulense que ya os he contado este viernes tocaba un rato en la laguna de El Oso para ver como andaba la cosa por allí, con idea de ver como va el número de grullas comunes (ayer eran 361 y hoy ya pasan de las 600). Pero el protagonista de la tarde fue un limícola típico de zonas de cotas y de plumaje blanco en ésta época.
Cuando llegamos llevaban unos minutos ya por allí Miguel y Alfonso y ya habían visto, en una zona encharcada del humedal, al correlimos tridáctilo (Calidris alba) que haría nuestras delicias. Su blanco plumaje destacaba entre el resto de limícolas que le acompañaban mientras se alimentaba. No se movía de unos pocos metros cuadrados y solo reaccionaba cuando quería echar de su sitio a algún correlimos común (Calidris alpina) de los 9 que cogían fuerzas en la laguna. Con los que parecía tener más paciencia era con los dos correlimos menudos (Calidris minuta) que de vez en cuando se acercaban a su vera y que nos hacía constatar lo pequeños que son estos minuta. Completaban la nómina de limis un puñado de chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), algo más de una decena de agachadizas comunes (Gallinago gallinago), tres combatientes (Calidris pugnax), una solitaria cigüeñuela común (Himantopus himantopus) y 7 avefrías comunes (Vanellus vanellus).
El correlimos tridáctilo es uno de los habituales en el invierno de las playas del norte ibérico donde llegan desde las frías zonas árticas donde crían. En esos viajes a sus zonas de invernada, muchas de ellas en nuestras costas, es cuando pueden verse en humedales de interior. En nuestra provincia es una ave muy escasa con solo tres citas en nuestras zonas húmedas (una de un grupo en Cogotas y otra en este prenupcial en el Oso). Por ello disfrutamos mucho de este blanquito en la laguna de El Oso.
Foto: Miguel Martín
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Saludos Abulenses
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