Día de los que enmarcar el pasado sábado por tierras zamoranas que tengo que agradecer a tod@s los que me acompañaron y a Alfonso y Pepe Barrueso por su información y guía para ver una especie de esas que pensaba que solo vería en las guías de limícolas. Y es que hay especies con las que sueñas pero siendo realista se ven tan lejanas como el lugar donde residen habitualmente. Pero el miércoles pasado una de esas especies se acercó hasta la punta de mis dedos y es que Alfonso Rodrigo y J.J Orduño citaron un correlimos de Baird (Calidris bairdii) en las lagunas de Villafáfila. Aún quedaban unos días para el fin de semana pero confiaba en que se mantuviese unos días por allí. El viernes por la noche lo dejaron en el lugar así que el sábado bien pronto salíamos de Ávila un grupo de locos por las aves, y por las rarezas, conformado por Miguel, Luis Jesús, Alfonso, Eneko, Juanra y yo.
Llegamos a la Reserva y fuimos donde ya se encontraban algunos pajareros de diferentes lugares en busca del ansiado correlimos, que ya lo habían visto aunque de manera fugaz, aunque el grupo en el que se encontraba estaba muy nervioso y no paraba. No tardamos mucho tiempo en relocalizar, con ayuda de Pepe Barrueso, al bairdii en una zona lejana junto a algunos correlimos comunes y combatientes. A pesar de la distancia pudimos ver una de las características fundamentales para la especies como es la longitud de sus alas lo que le da un aspecto muy estirado. También se diferenciaba el tamaño, algo más pequeño que los alpina, y aunque la distancia lo hacía difícil también veíamos el tono de cabeza y pecho y el pico corto. Un pequeño vuelo y se acercó mucho más con lo que pudimos verlo a placer de nuevo con un alpina. Ahora sí que la observación era acorde a la brutalidad de la cita y nos hizo disfrutar muchísimo con su nerviosismo, con un no parar de moverse y de picar el agua en busca de los invertebrados. Tras unos minutos se volvió a alejar un poco hasta que se levantó y le perdimos la pista. No volvimos a verlo en toda la mañana y eso que lo buscamos después desde la balsa de la depuradora donde la luz era horrible (Por la tarde lo disfrutaron desde allí nuestros amigos y con ello lo haremos nosotros pues las fotos que acompañan la entrada son de ese momento).
Para hacernos una idea del citón hay que saber que es la segunda cita para el interior peninsular (la otra es de 2005 en el Azud de Riolobos) y que en la Península hay un total de 22 históricas (se lleva a palma Galicia), 5 en las Canarias y una más en Baleares. Este limícola neártica cría en el noroeste de Norteamérica y el noreste de Siberia y en otoño viaja a Sudamérica a pasar los meses fríos. En sus movimientos algunos ejemplares llegan como divagantes a Europa y alguno de ellos llega a las playas del norte, generalmente. En esta ocasión este ejemplas de primer invierno ha decidido bajar un poco más y hacernos disfrutar de unas imágenes inolvidables.
Y la mañana la remató un falaropo picogrueso que se dejó ver unos minutos lejísimos.
Disfrutad de las fotos de Miguel y Alfonso (gracias por ellas) ya que mis cutrefotos son más de lo primero que de lo segundo.
Gracias por seguir el blog
Saludos abulenses
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