Poco a poco van llegando a nuestros humedales y dehesas unas hermosas viajeras. Cuando llegó febrero y nos tocó despedirnos de las grullas comunes (Grus grus) cuando éstas marchaban dirección norte hacia sus zonas de cría, en zonas pantanosas de Polonia, Alemania, Estonia o Suecia entre otros, quedé en volverlas a ver en octubre en la laguna de El Oso. Pero este año la bajada de nuestras bonitas damas grises se está haciendo esperar y hasta bien entrado octubre no las hemos visto por aquí. Y ahora que tendríamos que tener un par de millares de ellas apenas 300 duermen en el humedal.
Quizás las temperatura altas de estas semanas han evitado que los suelos donde se alimentan en sus zonas de cría se endurezcan y haga muy difícil picotear las semillas o brotes que hay en él; o quizás las fuertes borrascas que hemos tenido en semanas pasadas y que giraban en la Península para barren con vientos del sur a la parte central del continente europeo las ha hecho sedimentar antes de seguir el viaje hacia las dehesas extremeñas (donde inverna el mayor contingente de grullas europeas).
Poco a poco van llegando y ya se están produciendo movimientos en Alemania o Francia que pronto pasarán por los Pirineos y tras descansar en su paraíso aragonés, la laguna de Gallocanta, seguirán dirección suroeste hasta sus zonas de invernada en humedales del interior peninsular como los dos con los que contamos en Ávila: la laguna de El Oso y el embalse del Rosarito.
El tiempo de los trompeteos llegará, mientras tanto esperaremos la llegada de los enormes y ruidosos bandos disfrutando de las que ya han alcanzado nuestra latitud.
Saludos Abulenses
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