Durante las últimas semanas apenas he tenido tiempo para ir al campo aunque si que he ido a ver las grullas que van llegando a la laguna de El Oso y he recorrido el bosque de ribera del Adaja para buscar, sin éxito, los mosquiteros bilistados que este postnupcial están caros en el centro peninsular. Estos momentos me ayudan a recordar cosas que hemos vivido hace un tiempo y que han quedado grabados en nuestra vida pajarera y ello me ha llevado al Monte Aa en el mes de julio.
Nuestras salidas por Cantabria en el mes de julio tuvieron como objetivo ver los dos pícidos estrella de la Cordillera Cantábrica. Y el Monte Aa nos dio al pico mediano (Dendrocopus medius) de una manera inmejorable. Estuvimos recorriendo la pista que lleva a lo alto del Monte tratando de escuchar el canto del picamaderos negro y del pico mediano. Al primero no lo escuchamos en este lugar mágico, si que lo detectamos en Saja, pero el segundo si que lo oímos en el robledal que es la antesala al hayedo. Nos sentamos a dejar que el carpintero de cara blanca apareciese ente nosotros y no defraudó. Volaron, eran dos los ejemplares, y se pusieron ante nosotros durante un momento que Eneko captó de este picatroncos exclusivo de la Cordillera Cantábrica y Pirineos
Ya en lo alto del Monte otra especie fue la que nos dio observaciones increíbles. Aunque no estaba en mis objetivos principales si que lo estaba en el de Eneko pues no había visto al escribano cerillo (Emberiza citrinella) en su hábitat en periodo de reproducción (lo había visto en invernada en Ávila). Fue llegar a los alto y que el bosque diese paso a los prados salpicados de matorrales y el escribano de color del limón no tardó en aparecer. Primero lo vimos volando, luego lo escuchamos para descubrirlo en la cúspide de la vegetación. Pudimos ver una familia con un macho precioso, una hembra espectacular y algunos jóvenes del año.
Gracias por seguir el blog
Saludos abulenses















