Este inicio del nuevo año nos ha devuelto al invierno. Y con la llegada de ambos llega el propósito del recién estrenado, que no es otro que disfrutar lo máximo posible del campo, y si es con la familia mejor que mejor. Y en estos primeros días varias han sido las salidas y en todas ellas he podido ver al protagonista de este entrada. Después del viaje a Santoña con la que cerramos el 2021 y de ir a ver los ánsares caretos de la laguna de El Oso de la primera del 2022 he podido subir a las Fuentes de Adaja, al cerro Pajarote, a una pimpollada que tenemos en el pueblo y a contar los milanos de un dormidero en el Valle Amblés.
En todas ellas he podido ver u oír a uno de los pajarillo más numerosos en los inviernos abulenses. Es un críptico paseriforme que se detecta antes por su canto que por poder ver su cuerpo de tonos ocres con una llamativa cola larga con las plumas externas de un blanco níveo. Al bisbita pratense (Anthus pratensis) se le pude ver en las orillas de las lagunas y lavajos de la Moraña, se le puede detectar en los prados de media montaña de la Serrota, se le puede escuchar en los parques de la capital o se le puede identificar en los campos de cultivo que jalonan al Adaja.
Este pequeñín cría en el norte y el centro de Europa con algunas citas en algunos puntos del norte peninsular. En invierno se produce la llegada de muchas aves a nuestro territorio para pasar los mese más fríos antes de regresar. Es en esos momentos cuando podemos deleitarnos con estas viajeras con sus poco llamativos colores pero que a mi me parecen espectaculares. A este precioso ejemplar lo pudo fotografiar Eneko en nuestro viaje cántabro, donde también abunda.
Mucho ánimo a tod@s
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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