Hoy ha sido uno de esos días que quedarán marcados en mis recuerdos ornitológicos pues me he quitado una doble espina. Para redondear una buena semana ornitológica donde ha podido salir tres días a prospectar humedales abulenses y he disfrutado de los buitres leonados sepulvedanos hoy hemos ido Eneko y yo (aprovechando que teníamos día) al Azud de Riolobos en busca de uno de mis limícolas fetiche con el objetivo no solo de verlo, algo que ya pasó hace unos meses, sino de disfrutarlo (algo que no pasó en ese momento).
A media mañana estábamos en el Azud de Riolobos recorriendo las orillas de las bahías del pinar en busca del Correlimos pectoral (Calidris melanotos) que unos días antes había descubierto Miguel Rouco y que habían visto varios observadores en esa zona del embalse. En los limos íbamos descubriendo bastantes combatientes (al final sumamos cerca del centenar), un puñado de correlimos comunes donde se integraba un correlimos menudo , otro grupito de chorlitejos chicos donde se "escondía" un chorlitejo grande pero no había rastro del melanotos. Más a lo lejos cientos de gaviotas reidoras y sombrías y un gran número de anátidas (reales, frisos, cucharas, silbones y cercetas) llenaban la lámina de vida.
Nos cambiamos a otra pequeña bahía un poco más al norte para ver si por allí estaba el pectoral. De nuevo algún combatiente pateaba la orilla antes de que llegase el momento esperado. En la orilla contraria vimos al precioso correlimos de tamaño grande, con patas claras, ceja marcada y un precioso pecho, típico de la especies, con un estriado en el pecho que se marcaba mucho sobre el blanco del vientre. Disfrutamos de él muchísimo ese momento pero el éxtasis llegó poco después. Mientras buscaba un sitio sin viento para hablar un momento con la radio Eneko me llamó para avisarme que el melanotos se había acercado mucho a nosotros. Nos acercamos un poco más a la zona en que se dirigía y nos sentamos a esperar. Y la espera mereció la pena pues nos dio un momento brutal al que las fotos tratarán de hacer justicia.
El Correlimos pectoral es un ave neártica, que cría en la zona ártica de América teniendo sus zonas de invernada en sudámerica. La especie también cría en la parte más oriental de Siberia. En la Península se observan en los pasos de manera habitual y la observación en este mes en Salamanca es una gran cita fenológica de la especie que además me ha servido para quitarme la espina de poder disfrutar de esta especie como es debido. Y además junto a Eneko.
Mucho ánimo a todo@s
Gracias por seguir el blog
Saludos Abulenses
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