Voy ahora con una entrada que me hace mucha ilusión aunque no sea de mi provincia sino que os voy a enseñar algo que vivimos en nuestro viaje del mes pasado a tierras tarraconenses. Cuando vamos a zona de costa siempre tenemos ilusión por disfrutar de las gaviotas pues en Ávila vemos un puñado de unas pocas especies de láridos. Pero jamás pensábamos que nuestro viaje por Tarragona y el Delta nos daría 9 especies de éstas aves marinas, con observaciones tan impresionantes como os voy a enseñar y con algunas especies y números irrepetibles. Y gran parte de culpa de ello tuvo Albert Cama y la gente del SEPEC con los que tuvimos una salida pelágica inolvidable.
Para mi hubo dos especies de láridos que sobresalieron sobre las demás. La primera de ella es una especie que hace no mucho apenas se identificaba en la Península y que poco a poco se ha convertido en una habitual en nuestras costas en periodo invernal (siempre que aparece la cachinnans me acuerdo de mi amigo Xabi Varela). A pesar de ello es increíble poder ver como vimos a la Gaviota del Caspio (Larus cachinnans). Esta especie, que históricamente se identificaba como una hibridación de la patiamarilla y que fue en 2001 cuando se separo de ella y se trato como especie propia, cría en el entorno del mar que le da nombre y en invierno hace movimientos hacia diferentes zonas europeas como la zona cantábrica o mediterránea. Este primer invierno lucía una cabeza muy blanca con un collar muy definido (boa), las primarias con la típica estructura de la especie con el doble color de las primarias internas y un pico donde no aparece el ángulo gonial.
Otra de las gaviotas escasas en nuestras costas, aunque no así en las del centro y Norte de Europa es la Gaviota Argentea europea (Larus argentatus). Cunado llega el invierno algunos ejemplares de la subespecie argenteus llegan desde sus colonias de cría en Francia o Reino Unido para alegrarnos a los que podemos toparnos con ellas. Los adultos lucen unas preciosas patas rosas sobre un plumaje uy parecido a las patiamarillas. Los ejemplares de primer invierno son más pálidos que los de otras especies similares y destaca una blanca ventana en las primarias internas además de otros rasgos como las cobertoras cuadradas, el plumaje ajedrezado o las terciarias con muescas pálidas.
La segunda especie que nos dejó marcados y que siempre asociaremos a la salida tarraconenses y al momento vivido con Albert es una de las pequeñas entre los láridos. Hasta ahora había podido ver a a minutus solo una vez en el Marjal del Moros y pensaba en volver a ver algún ejemplar en el mes de abril en cualquier zona húmeda. Ni mucho menos pensaba que iba a ver alrededor de 1.600 gaviotas enanas (Hydrocoloeus minutus) que estimó Albert. Mirase donde mirase había grupos de estas pequeñas gaviotas en las que resaltaban el oscuro del underwing (parte inferior de las alas) sobre el plumaje blanco en las que lagunas lucían la cabeza negra típica de los adultos. Esta miniatura cría en Escandinavia, Rusia o Norteamérica llegando a nuestras aguas en invierno y en los pasos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario