Llega la primavera y, como dice el refrán, la sangre altera. Y eso se empieza a notar en el campo donde muchas de las aves empiezan su frenesí de cantos y vuelos con los que quieren encontrar una pareja para sacar adelante una nueva generación de pequeñines con los que continúe la especie. Uno de los cortejos más espectaculares es el de una de los gigantes de nuestra avifauna. De hecho el protagonista de esta entrada es un ave espectacular y el más pesado capaz de volar. Y es que los machos de este gigante pueden llegar a los 15 kilogramos y aún así son capaces de levantar el vuelo sobre los campos de cultivo de las zonas esteparias de nuestra región.
En estos meses los machos de Avutarda Común (Otis tarda) se establecen en sus leks donde exhiben su preciosos plumaje hinchándolo y dándole la vuelta, lo que hace que el bonito plumaje de tonos marrones y anaranjados se tornen en un blanco impoluto que hace que no puedan pasar desapercibidos sobre el verde de los cereales. Así esperan a que las hembras elijan al más apropiado para conseguir sus genes y dárselos a sus pequeños pollos nidífugos que nacerán en el suelo.
Ayer pude disfrutar de estas preciosas gigantes en el mejor lugar del mundo para verlas. La Reserva Natural de Villafáfila, en Zamora, acoge la mayor densidad mundial de la especie que en Europa ronda 30.000 ejemplares de los que España tiene 25.000, contando con alrededor de 3.000 individuos. Cuando llegas a la Reserva y te pones a mirar por el telescopio no hay punto cardinal donde no veas algún grupo de estas preciosas habitantes de las estepas cerealistas. Al grupo que vais a ver lo vimos en el entorno de la laguna de Paneras y rondaba los 30 ejemplares a los que se sumaba a unos cientos de metros otro de 37. Sin duda es uno de los alicientes de este paraíso zamorano y os recomiendo una visita y veréis la ornitología en todo su esplendor.
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